Me encuentro dando una caminata por el bosque tranquilamente, junto con Dialixer. De esas caminatas que no tienen rumbo fijo, en las que el único propósito, más allá de conocer el entorno, es simplemente caminar.
En un momento, pasamos al lado de un río. Y entonces, de la nada, Dialixer me empuja a él, haciéndome caer.
Reacciono rápidamente para luchar contra la corriente y evitar que me lleve. Finalmente, logro salir.
Miro fijamente a Dialixer, enojado. Él sólo me mira, sin cambiar su expresión ni decir nada.
-¿¡Qué rayos te pasa?! -Le digo.
Pero entonces, repentinamente vuelve a empujarme, haciéndome volver a caer.
Y así, sucesivamente, siempre vuelve a empujarme con cada vez que logro volver a salir del río, haciéndome caer otra vez. Comienzo a tratar de evadirlo cada vez más desesperado. Pero mis intentos por salir contracorriente me desgastan más energía de la que necesito para esquivar sus empujones, cada vez más cerca de la orilla.
Entonces, después de incontables veces en las que me empujó, resignado, dejo de luchar contra la corriente para poder salir. Me dejo llevar por ella, hasta que por sí sola, unos metros adelante, me conduce hasta la orilla. Ahí, aprovecho salir.
Pero justo saliendo, vuelvo a toparme con Dialixer en frente de mí. ¿Qué...? ¿¡Cómo rayos le hizo para llegar tan rápido?!
Lo miro un poco alterado, algo temeroso, preparado para defenderme en caso de que quiera volver a aventarme. Pero ya no lo hace. Sólo se queda ahí, parado frente a mí, viéndome en silencio, aún sin cambiar su expresión.
Entonces, comienzan a aparecer a mi alrededor un montón de esferas transparentes con destellos brillantes. Se juntan, lentamente, todas en mi mano. Extiendo mi palma. Finalmente, se forma de ellas una igual gema transparente con brillitos incrustados. La miro. Observo que tiene una frase grabada: "La prisa por terminar las cosas las echa a perder. La paciencia al ejecutarlas las vuelve virtuosas."
Volteo de nuevo hacia el frente. Dialixer ya no está.
ESTÁS LEYENDO
La Esencia de la Vida
SpiritualUna familia que me quiere mucho, con buen nivel económico, la oportunidad de estudiar en las mejores escuelas del país donde vivo, y muchos amigos. ¿Qué más podía pedir? La estabilidad rodeaba todos los aspectos de mi vida. Estaba acostumbrado a que...