I've Been Wating For You

Capitulo 5

Capitulo 5

Llegué rápido a casa y subí a mi cuarto. Cerré la puerta con el seguro y después entre al baño. No quería que mis padres volvieran a preguntar, esta vez seguro seguirían con sus sospechas y de nuevo pelearían.

Una pequeña bandita sobre mi ceja y había terminado, solo estaban las marcas rojas que probablemente mañana empezarían a ponerse moradas o rojas. Mierda. Ahora debía pensar que diría cuando preguntaran, ¿que le diría a Akira esta vez? No quería seguir ocultando eso él, pero sabía que si se lo decía el iría tras Mikkami y podrían hacerle algo. No, no quería que él saliera lastimado por mi culpa. Ya pensaría en otra excusa como las demás veces... Por ahora mi cabeza dolía mucho; no sabía si era por los golpes o por pensar demasiado en demasiadas cosas...

Me recosté en la cama y cerré los ojos quedando profundamente dormido.

Estaba caminando por el pasillo de la escuela, miraba a todos lados cuidando de que Mikk no anduviera en los alrededores. Extrañamente todo se encontraba demasiado vacío para ser receso.

Salí al patio para buscar a Akira y pude ver a Yuu hablando con Mikk. ¿Qué mierda estaba haciendo ahí? Quería saber pero no quería estar cerca de Mikkami.

— Un imbécil como tu no va a decirme como tratar a mi pareja. — Escuché la voz de Mikk gritar. Me giré para ver que estaban haciendo y vi a Yuu contra la pared y la mano de Mikk sujetando su camisa.

De pronto sentí unas manos sujetarme de los brazos. Giré el rostro, mierda, era uno de los tipos de su "grupito". — Mira Mikk, alguien vino a verte. — Le anunció con una risa y me lanzó hacia él. Soltó a Yuu, no sin darle un golpe en el estomago.

— ¿Acaso fuiste a llorar con tus "amiguitos"? — Cuestionó el sujetando mi brazo con fuerza.

— Él no me dijo nada. — Replicó Yuu jadeando. «Cállate, idiota», pensé al ver el estado en que estaba.

— L-lo siento... No oculté bien uno de los moretones y preguntó... — Mentí mirando el suelo. «¿Que está pasand? No recuerdo haberle dicho nada a Yuu...»

Sabía que se volvería a poner como ayer en la tarde y me preparé mentalmente para cualquier golpe, pero su mano se vio interrumpida por la de Yuu. — ¡Te dije que lo dejaras! — Gritó enojado y se posó frente a mi, dándome la espalda.

Los amigos de Mikk sacaron aquellas armas blancas que siempre portaban. «Te lo advertimos, Shiroyama» Dijo uno de ellos.

Mierda, mierda, mierda, mierda...

¿Ahora que iba a hacer? No, no podía permitir que lo dañaran. ¿Cuanto tiempo llevaba Yuu ahí hablando con ellos? Pero mas importante... ¿Como se había enterado? Todo debía tratarse de un sueño. Si, eso era...

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la alarma del despertador. Desperté de aquel sueño. Por primera vez agradecía que la alarma sonara.

Me levanté para comenzar otro horrible día; mi cuerpo dolía y ahora los golpes se notaban más que anoche. Rayos. Intenté ocultarlas con un poco maquillaje que a veces usaba para esos casos, pero había otro problema mayor: no hay manera de ocultar la hinchazón en mi mejilla izquierda. Tenía que pensar rápido en algo que inventarme; por mis padres no había problemas, ellos ya se habían ido a trabajar, mi hermana seguro seguiría dormida. Tenía todo el camino hasta la escuela para pensar algo realmente bueno, no quería que aquel sueño se hiciese realidad, Yuu preguntaría y tendría que inventarme algo, no quería que fuera tras Mikk y comenzara una pelea entre ellos dos.

Caminaba hacia mi salón y me abrazaron por detrás, era Akira. Me soltó y me miró, me tomó del mentón examinando mi rostro; ya se había dado cuenta.

— ¿Ahora que fue? ¿Otra vez te asaltaron? — Preguntó en un tono hastiado. Me limité a desviar la mirada. — ¿Cuando me dirás la verdad?

— N-no sé de que hablas... — Susurré y el siguió.

— Se como lo miras, te ocultas de él. ¿Cuanto mas piensas seguir aguantando eso? ¿Acaso quieres que vaya con ese estúpido y le haga lo que te hace? No lo eh hecho porque se que no quieres, pero cada que te veo así solo deseo que se pudra en el infierno y que ojalá muera pronto.

El profesor llegó dejando nuestra plática a la mitad. Se fue dejando en el aire un "Prométeme que pronto acabaras con esto". Salió y me quedé con la respuesta en la mente. No podía, no era que no quisiera, no tenía las fuerzas suficientes para enfrentarlo. No podía solo, pero no arriesgaría a Akira.