Blake, la observó mientras abandonaba la preparatoria. Era el quinto día en la semana que se escondía en su auto y la observaba salir. Allison, de diecisiete años, era ya toda una mujer. Cada día su parecido con Angela se notaba más con excepción de que Allison era más delgada que Angela y menos voluptuosa. Angela era notoriamente más bonita que su hermana menor, físicamente, pero la sonrisa de Allison, era la sonrisa más hermosa que Blake había visto en sus años de humano.
Allison, se detuvo frente a un auto a unos diez metros de donde él estaba. Su primo, la estaba esperando para llevarla a casa. Esa era siempre su rutina y Blake, ya la tenía conocida de al revés al derecho.
Cuando vio el auto marcharse. Supo de inmediato, que él debía hacer lo mismo.
Prendió el auto con cuidado. A punto, estaba de arrancar cuando una presencia se subió al auto. Blake miró por el espejo retrovisor sin creer lo que veía.
Alto, fornido y con el cabello sumamente largo, se encontraba aquel ser. Aquel hombre que había acechado por mucho tiempo a Allison y que según su hermano ya no representaba un peligro en la vida de su ex protegida.
¿Qué hacía ahí?
Y lo más importante... ¿Qué intenciones tenía al presentarse de esa manera?
No se suponía que su hermano lo había alejado.
─ Has cambiado mucho, pequeño Blake ─ comentó el hombre con voz sarcástica.
─ Jacob... ─ susurró, temblando ligeramente. Por más que quería hablar, las palabras se estancaban en su garganta.
Su sola presencia indicaba peligro por todos lados.
─ Arranca, pequeño, Blake. Vamos a dar un paseo.
La voz macabra de Jacob le hizo ver que no tenía salida. Blake trató de bajar del vehículo; pero, la daga filosa que Jacob presionó en su cuello, se lo impidió. Jacob, presionó sobre su yugular de manera tan sutil que pudo sentir el objeto abriendo paso por su piel.
No tenía salida. Siendo un simple humano, solo podía obedecer.
...
─ ¿Qué es este lugar? ─ preguntó, Blake, preocupado.
─ Solo sígueme. ─ ordenó el ángel maligno.
Jacob, lo había llevado a una mansión a las afueras de la ciudad. Luego, lo había guiado al sótano que parecía la entrada un conducto de cuevas dentro de la propiedad. La oscuridad y la poca iluminación, era aterradora. Pronto, llegaron a una puerta de madera. Jacob la abrió y por fin pudo ver algo de luz en contraste con el ambiente por el que había caminado. Era un cuarto color celeste. Parecía bien cuidado, pese a que estaba bajo tierra. En medio, había un extraño objeto, parecía un cajón muy grande cubierto de una tela que tapaba lo que sea que hubiera bajo ella.
─ Te quiero proponer un trato ─ dijo el hombre mayor. Su sonrisa torcida solo le demostró que nunca sería algo bueno viniendo de él.
─ No deseo nada viniendo de ti ─ escupió con molestia.
Pese al miedo que sentía, reunió el suficiente valor para decirle esas palabras aun sabiendo que probablemente lo mataría.
La risa macabra de Jacob, llegó a sus oídos.
─ ¿Estás seguro, Blake? ─ La mirada de Jacob se volvió contra él. Azul versus azul. Hasta en un reto de miradas se sentía que el vencedor nunca sería un simple humano como él ─ Yo puedo hacerte cambiar de opinión ─ tentó. ─ Acércate, quiero que veas lo que hay debajo de esta tela. ─ Señaló.
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Hacia la luz I: Por una venganza, te conocí
ParanormalLa vida está llena de cambios, con veintiún años, lo comprendí. Tenía la vida que muchos desearían vivir: Dos personas que me amaban con todo su ser, mi madre y mi primo; tenía un novio adorable con el que ya empezaba a imaginarme una vida juntos y...