Capitulo IV

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Casi terminaba mi horario en el instituto y hoy no iba a poder irme rápido en el autobús pues quede con Zack en ir a la biblioteca para adelantar aquel proyecto de filosofía. Lo mas probable es que no vea al chico en un rato. Mañana tengo que ir directo a la clase de ukelele por lo tanto, tampoco lo veré.

Nos encontramos dentro del aula mientras la profesora está explicando a unos compañeros de nuevo el tema; Carlee esta sentada a mi lado como siempre y detrás de nosotras está Zack y nuestro otro amigo Daniel, estoy aburrida así que decidí escribir una notita.

"Chico de el autobús, bello chico cuyo nombre no conozco, ¿por que apareciste en mi sueño?"

Cerré mi cuaderno de notas rápido, justo cuando Carlee estiró su cuello en mi dirección para intentar leer.

-¿Qué escribes?.- dijo haciendo cara de detective.

-Nada.

-Mmmm, sospechoso..sospechoso.- dicho esto se voltio y metio su cabeza a su mochila.
Que rayos esta haciendo ahi adentro. Tome su cabeza y la jale hacía afuera, solté una carcajada en cuanto vi que tenía metido un pedazo de sándwich en la boca. Me tape la boca y vi como la profesora levantó la cabeza en nuestra dirección, vio que estábamos calladas así que regresó a lo que hacía, y justo cuando comenzaba a respirar correctamente Carlee saco el sándwich y le dio otra gran mordida, me volví a reír pero esta vez los chicos también se rieron. Está mujer si que tiene problemas.

-Oye ¿que no habías comido ya?.-pregunté

-Si pero me dio más hambre y encontré otro sándwich en mi mochila.- me guiño el ojo.- ya sabes el de repuesto.-comenzó a reír y dio otro mordisco.
Justo sonó la campana de fin de clase.

Nos tocaba entrenar entonces fuimos a los vestidores a cambiarnos.

El entrenador nos puso a dar seis vueltas a la cancha corriendo y después dos caminando, apenas llevábamos 3 y ya estabamos muriendo de cansancio.

-Amiga, no puedo más.- decía Carlee jadeando como perro.

-Yo tampoco pero a darle.-le guiñe y seguí corriendo.

Estaba ya en las vueltas caminando y fue justo cuando afuera de la escuela tras la rejilla estaba él, ahí parado esperando el autobús.

En la parada de autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora