Prólogo

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Habían muchas personas en un lugar oscuro que tan solo era iluminado por algunas luces y la del centro en donde se presentaban a las personas que vendían. Una chica rubia pasó hacia el centro sus ojos estaban vendados y estaba encadenada de manos y pies. Un señor la presentó como si fuese un objeto lo cual ya le daba igual pues lo único que esperaba era la muerte.

Aquel hombre le quitó la venda de sus ojos los cuales estaban apagados y con grandes ojeras. Muchas personas daban mucho por ella pero una de esas personas había ganado la subasta un hombre de unos 35 a 38 años con una gran barba y de ojos azules.

Ella solo lo miró y volvieron a quitarla del escenario para llevarla a un salón con un poco más de luz ahí se encontraba aquel señor firmando unos cuantos papeles. Le quitaron las cadenas y el le ofreció su mano a la joven rubia, ella no quiso tomarla.

Alguien le había ofrecido al señor de ojos azules volverla a encadenar para que ella no escapase, el se negó y volvió a ofrecerle la mano a la rubia la cual aceptó.

El hombre subió a una gran limusina junto con ella, el intentaba entablar una conversación con ella pero la joven de 12 años era muy cortante. Al hombre le dolía verla de esa manera ella tenía un vestido blanco desgastado y sucio, su cuerpo tenían manchas de polvo y suciedad. Su cabello estaba maltratado al igual que el pelaje de sus orejas y cola de gato.

Después de un viaje largo y callado habían llegado a la residencia Fazbear, ambos bajaron de la limusina la chica ya no tomaba la mano del mayor. La mirada de la rubia se enfocaba en sus pies descalzos.

-Querido ¿Volviste a ese lugar?- Pregunto molesta una mujer castaña y de ojos ámbar.

-Lo siento querida tube que hacerlo- Se disculpó el Hombre.

-Sabes muy bien que no me gusta que vayas a ese tipo de lugares... no se sabe lo que puede pasar- Dijo preocupada la mujer.

-Perdoname cariño te prometo que no volveré a ese lugar...- El castaño se acerco a su querida esposa y la abrazo.

-¡Papi!- Grito un chico al parecer la misma edad que la rubia.

-Hola campeón- El castaño cargó a su hijo.

-Hoy hice un gran avión de pap...-El niño dejó de hablar, sus padres ya sabían su trastorno de doble identidad.

-¿Quién es está hermosa señorita?-Dijo con un acento español lo cual sorprendió a Joy pero está no lo expresaba.

-La rescaté de un lugar peligroso- Dijo el padre del pequeño Fazbear- Aún no me has dicho tu nombre.

-Mi nombre es Joy, Joy Golden- Dijo la pequeña carente de expresiones mientras dejaba a la familia sorprendida, pues la familia Golden fue asesinada desde hace ya 4 años y según los reportes no hubo ningún sobreviviente.

-Debio de ser muy duro para ti ¿no es así?- Dijo preocupada la señora Fazbear mientras se acercaba a la pequeña la cual quería llorar pues ya tenía mucho tiempo de que alguien le diera amor y afecto, pero supo controlarse ella no se debía mostrar débil frente a los demás. Lo único que puso hacer fue corresponder al abrazo.

-Por favor querida cuéntanos todo sobre ti queremos saber qué pasó con nuestros amigos los golden- Dijo la mayor- Queremos saber lo que has sufrido para poder ayudarte.

La pequeña solo se quedó estática mirando hacia el suelo, parecía una muñeca y una muy desgastada. La señora Fazbear le preparó la bañera, ropa y una toalla.

La pequeña se bañó y ahí es donde pudo desahogarse ella no quería que nadie la escuchara o la viela llorar. Ya habían pasado varios minutos de que ella estaba ahí.

La pequeña salió de la ducha, seco su cuerpo y se cambió de ropa. Se pillo su largo y dorado cabello para después salir de aquella habitación.

La señora Fazbear al verla quedó encantada, parecía una hermosa muñeca solo que faltaba una sonrisa y que el brillo de sus ojos regresasen.

Todos estaban sentados en la mesa solo faltaba la pequeña Joy, la cual antes de sentarse comenzó a llorar al ver la comida en la gran mesa. Le recordaba a su querida familia, además ya tenía unos cuantos días sin comer ¿por qué eran tan buenos con ella? Ella simplemente se había comportado fría y distante. Ella no se merecía tal acto de amabilidad.

La señora Fazbear se levantó, la abrazo para después sentarla.

-¿Por que son tan buenos conmigo?- Apenas se podía escuchar su voz por lo quebrada que estaba.

-Después de lo que has sufrido mereces ser feliz- Dijo el señor Fazbear.

-Gracias, en serio muchas gracias- La niña comenzó a comer mientras limpiaba sus lágrimas, el pequeño Freddy la miraba com preocupación, el quería ser su amigo pues no tenía a ninguno por su contraparte "Fred".

-No hay de qué pequeña disfruta tu comida- Dijeron ambos adultos al mismo tiempo.

Janecoffe ☕☕

Volveré a escribir la historia.

Razones:

-Fuera de contexto

-Narración

-Adaptación de la historia

-Entre otros.

Os invito a que leáis la descripción de la historia así entenderéis mejor.

Chao

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2019 ⏰

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