Capítulo 8

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La semana ha pasado de la mejor manera, he salido varias veces con Jake. Ayer fuimos a caminar al parque, un niño se nos acercó y le dijo algo a Jake que puso de colores la cara de ambos.

- Te conseguiste una bonita novia, Jake - lo cierto es que él y yo aún no somos nada, solo nos estamos conociendo.

Jake solo se agachó para quedar a la altura del pequeño - Lo sé, es una bonita novia - e hicieron miradas cómplices, las cuales ignoré para evitar titubear o quedar en ridículo.

El pequeño salió corriendo donde su mamá y le susurró algo al oído, luego ella volteó a ver hacia nuestra dirección y le guiñó el ojo a Jake, levantando su pulgar.

Voy camino a la salida del colegio, Jake me está esperando. Quedamos de ir por unos helados y luego irnos caminando a casa, por dicha razón él no trajo su auto hoy.

- ¿Lista para un helado? - está arrimado a la base del portón, con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón y mirándome de una manera que sólo él sabe hacer que mis mejillas se tornen a carmín.

- Lista - afirmo, abrazándolo y dando un beso en su mejilla. Él devuelve el abrazo y me carga en el aire por unos segundos.

- Bien, vamos. El camino es largo y eso es lo que más me gusta - guiña un ojo para mí.

- A mí no me agrada caminar mucho que digamos.

- A mí tampoco, pero no es el camino el que me gusta, es la compañía - otra sonrisa surca su rostro, ese rostro que parece ser tallado por los mismos ángeles.

»Un par de semanas y ya sacó tu lado cursi«

Por ésta vez, concuerdo con mi subconsciente pero de igual forma no niego que me da miedo que pueda resultar de todo ésto y tampoco niego que sea cual sea el resultado, estaría dispuesta a arriesgarme una y otra vez.

Compramos los helados y agarramos camino rumbo a mi casa, Jake agarra mi mano y la entrelaza con la suya; una corriente de emociones recorre por mi cuerpo. Ambos vemos la unión de nuestras manos y luego nos vemos fijamente a los ojos.

- Encajan perfecto - una sonrisa de lado aparece en sus labios y da un leve apretón a nuestras manos.

- Creo que sí - afirmo, sintiendo un sinfín de emociones.

- ¿Crees? Yo estoy muy seguro, muy seguro de que me gustas y mucho - ahora su mirada está en el camino que tenemos por delante.

- También me gustas, Jake; solo que a veces es mejor no afirmar nada, que se den las cosas si son de darse pero no estar presionando o preocupados por si se van a dar o no.

Parece que mi comentario llamó su atención, pero no sé si para bien o para mal.

- Soy un tóxico, Jessica; vengo de una relación que no terminó para nada bien, pero eso no quiere decir que te haré lo mismo a tí en venganza o para saciar mis deseos. No, tu alma es muy dulce y eso es lo que me atrae muchísimo de ti, mi corazón sigue roto, pero ¡Maldita sea, Jess! apareciste y con tan solo una sonrisa vas sanando poco a poco, y no importa si esa sonrisa no es para mí, pero cuando me miras, ¡Ay Dios! Cuando me miras me siento como mantequilla, me derrito ante tus encantos - lame su helado y frunce su ceño - y sí, ahora estoy siendo un cursi empalagoso, pero tenía que decírtelo.

- La verdad, es que... ya no sé quién es más dulce; si mi helado o tú - ambos reímos.

- ¿Te acabo de expresar lo que siento y solo ríes? - levanta su ceja.

- ¿Te acabo de decir que eres dulce y solo me cuestionas? - ahora yo le regreso su gesto.

- ¿Te acabo de pedir un beso y no me lo das?

- Te... Espera, !¿Qué?! - parece darle gracia mi gesto porque solo ríe - No me has pedido nada, eres un tramposo.

- ¿Ah no?

- No - afirmo segura y lo que hace, no me lo esperaba.

Suelta mi mano y la lleva a mi nuca, me mira con  suficiencia y pasa, me besa. No me molesto en corresponder el beso, sé que ambos lo deseábamos.

Es lento y simplemente lo disfruto; enmedio del beso dice algo que parece ser "Me gustas, Jessica". Lo único que quiero es que continúe con el beso, pero acaba muy ligero para mi gusto.

- Me gustas - vuelve a decir, pero ésta vez es más entendible ya que no nos estamos besando; sus labios están más rojos de lo normal y solo me dan ganas de que se repita el beso.

- También me gustas, pero tu beso fue muy corto.

- Lo sé, soy adictivo - levanta su ceja y no pienso alimentar su ego.

- Engreído, diría yo - le doy una probada a mi helado que ya comienza a derretirse.

- Engreído, pero así te gusto - su ego anda a mil.

- No besas tan bien como pensé - decido contradecirlo.

- ¿No, y entonces porqué lo querías más largo? - rayos, tiene razón.

Jake 1, Jessica 0

- No seguiré aumentando tu ego, te recuerdo que el camino aún es largo.

- En la otra esquina te doy otro beso y vamos a ver si sigues pensando que no beso tan bien - una sonrisa de boca cerrada y de lado aparece en su hermoso rostro.

- No necesito de esquinas, Señor Ego - sigo lamiendo mi helado.

- ¿Me estás incitando a que te lo de aquí, justo ahora?

- Alto ahí Romeo, tampoco seremos exhibicionistas y dar un show en plena calle.

- Ya sé porqué quieres llegar ligero a casa, entonces - una mirada con toque de picardía aparece.

Entiendo a lo que se refiere y le doy un codazo en sus costillas, él egocéntrico solo ríe.

- Ya, calma solo bromeaba - alza sus manos en señal de rendición.

Avanzamos más y al llegar a la esquina que había mencionado anteriormente, solo ríe para él mismo. Yo hago lo mismo.

Llegamos al parque que queda a unos cuántos metros de mi casa, decidimos que sentarnos en una banca es lo mejor.

Estoy sudando a chorros, así que saco un pañuelo de mi mochila y limpio mi rostro. Jake me observa con demasiada atención, lo cual me intriga.

- ¿Qué pasa? - pregunto, aún continuando con mi tarea.

- Nada, es que eres... - algo detrás de mí parece frenar lo que sea que fuera a decir y su cambio es repentino.
Toma mi muñeca y hace que me levante de la banca con algo de brusquedad.

- Vámonos, ya es demasiado tarde - no me mira, solo se empeña en sacarnos de allí.

- Oye, Jake, !Aush! Mi mano - me comienzo a quejar, su agarre se volvió demasiado fuerte y me estaba lastimando la muñeca.

Me ignora.
Vuelvo a quejarme y hace caso omiso a mis quejidos. Entonces decido soltarme de su agarre.

- ¡Basta! Me duele, me estás lastimando - al fin logro llamar su atención, parpadea varias veces y examina mi rostro y manos.

- Discúlpame, solo salgamos de aquí - otra vez su semblante serio y distante.

Traté de llamarlo varias veces, pero no decía nada. Decido que el resto del camino a casa, será mejor si lo hago sola.

- Si para ésto querías que saliéramos a caminar, a la otra ahórratelo.

Y así lo dejé atrás, pero la confundida era yo y no él; no preguntó el porqué solo se quedó parado y decidí apresurar mi paso.

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⏰ Última actualización: May 21, 2019 ⏰

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