INVASION -© [MARKHYUCK]

04: Penumbra.

El tiempo avanzaba lentamente en aquella penumbra. Mark había perdido la noción de las horas desde que su teléfono quedó sin batería. La última vez que lo revisó eran cerca de las doce de la noche, pero ahora, en el completo silencio, no podía saber cuánto había pasado. Su madre y Renjun seguían a su lado, mientras el chico recién llegado permanecía en un rincón, abrazando sus rodillas, temblando y en absoluto silencio. Parecía demasiado asustado para hablar, apenas moviéndose como si temiera llamar la atención de algo que pudiera acechar en las sombras.

Miró a su hermanito, quien empezaba a inquietarse, moviéndose en su lugar y pasando la lengua sobre sus labios resecos. La situación había pasado de ser tensa a urgente: Renjun necesitaba agua, y cada minuto que pasaba lo hacía más evidente. Mark sintió un peso en el pecho; no solo por su responsabilidad de cuidar a su familia, sino por la creciente desesperación de no saber cómo.

Su madre lo miró de reojo, comprendiendo sus pensamientos. Sabía que era un riesgo salir, pero también sabía que debían encontrar una manera de conseguir agua para Renjun y, si era posible, algo de comida para mantenerse en pie. Su mirada se cruzó con la de Mark, y él supo que ella pensaba lo mismo. La situación era cada vez más crítica.

Finalmente, Ji Woo respiró hondo y se acercó al chico, quien todavía no había dicho nada desde que entró. Con una voz suave, le preguntó:

-¿Sabes si hay alguna fuente de agua cerca de aquí? -Sus palabras sonaban casi como un susurro, como si temiera romper el silencio abrumador.

El chico levantó la cabeza lentamente y miró a Ji Woo con ojos llenos de miedo y cansancio. Tardó un momento en responder, como si sus pensamientos estuvieran dispersos en todas direcciones.

-En la zona del supermercado... había un área con botellas de agua y comida enlatada. Pero... -Su voz se quebró y dudó antes de continuar-... ahí estaban algunos de esos... de esos monstruos.

Sintió que su corazón se aceleraba al escuchar esto. Sabía que, para conseguir agua y comida, tendrían que arriesgarse. Miró a su madre y a Renjun, y una determinación comenzó a formarse en su interior. No podía quedarse sin hacer nada mientras su hermano sufría.

-Mamá, yo... puedo ir -dijo Mark, tratando de sonar seguro.

Ji Woo abrió la boca para protestar, pero al ver la firmeza en los ojos de su hijo, supo que no lograría detenerlo. Aunque el miedo la invadía, comprendió que era necesario. Asintió con una mezcla de angustia y orgullo, y le apretó la mano.

-Ten cuidado, Mark. Solo... no hagas nada que te ponga en peligro, ¿sí?

Mark asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad y el amor de su madre en esa mirada. El chico en la esquina levantó la vista y, sin decir nada, extendió una mano temblorosa hacia Mark.