Parte única

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NOTA:

¡Buenas! ¡Ya amenacé en su día con volver con otro shot ShikaTema, y esta vez con su buena dosis de lemon! Así que aquí estoy, cumpliendo promesas, Karinits-sanBySaira y Sha-Tea <3

 Por supuesto, vengo cumpliendo promesas aprovechando que este domingo 28 de abril son las elecciones en España. ¡Recordad VOTAR! ¡Cada voto cuenta!


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Entraron a trompicones en la casa, besándose con hambre, mordiéndose los labios, el cuello, la clavícula, dejando chupetones allí donde hubiera una extensión de piel descubierta.

Las manos de Shikamaru se deslizaron por el cuerpo de Temari, acariciando todo a su paso desde el esbelto y pálido cuello, pasando por aquellos pechos que tanto ansiaba exhibir ante sí, recreándose en ellos, acunándolos con sus grandes manos y apretándolos, jugando con los pezones ya endurecidos por encima de la fina tela de la camisa. Temari gimió, deseosa de sentir aquellas manos en su piel, tan enfebrecida que toda caricia era sentida con mayor sensibilidad.

―Shikamaru...― le llamó, jadeando y con voz temblorosa. El morocho sonrió de lado, dejando escapar un gruñido cuando sintió las manos de Temari tanteando su entrepierna ya despierta por encima de los pantalones. Shikamaru volvió a apresar aquella dulce boca con la suya en un beso feroz.

Las manos de Shikamaru siguieron su camino, paseándose por el plano vientre y las anchas caderas. Temari se estremeció al sentir aquellas frías manos estrujar su trasero con fuerza, delineando el contorno de sus glúteos a través de la falda, queriendo meter los dedos entre ellos y sentir la humedad que estaba seguro empezaba a emanar del interior de la rubia. Pero la maldita falda se lo impedía. Gruñó insatisfecho, aunque sentir los dedos de Temari jugueteando con su coletero hasta que su cabello cayó libre de toda atadura, lo calmó ligeramente.

Temari tembló como una hoja al sentir aquellas manos ásperas por la guerra meterse por debajo de su falda y palpar su intimidad por encima de las braguitas de fino encaje. Gimió cuando aquellos dedos encontraron la parte más húmeda de la prenda y presionaron allí, retorciendo con suavidad su clítoris y rozando despiadadamente su entrada, que ya palpitaba de anticipación.

Temari llevó las manos a la camisa blanca de Shikamaru, deshaciendo con premura los botones; hacia el final tan desesperada ya por quitarse de en medio la dichosa prenda que terminó rompiendo las últimas piezas de la fila. Rápidamente sus labios, eróticamente hinchados por los besos, descendieron por el cuello de Shikamaru, mordisqueando la clavícula y continuando por su amplio pecho, amando cada una de las nuevas cicatrices que ahora decoraban su torso. Sus manos, mientras tanto, se encargaron de deshacerse del cinturón y desabrocharle los pantalones.

Shikamaru suspiró al sentir aquellas manos palpar su erección a través del bóxer. Gimió cuando una de ellas se coló por dentro de su ropa interior y empezó a masajear directamente su hombría. Un sonido gutural escapó de su garganta, casi como un jadeo de anticipación y éxtasis, cuando sintió los besos de Temari descender poco a poco.

La rubia se arrodillo frente a él, sacando finalmente la erección de Shikamaru de aquella prisión elástica. Temari se relamió al ver el largo pene, completamente hinchado, ligeramente curvado; su gruesa cabeza ya empapada de líquido preseminal, enrojecida por la necesidad. Se relamió los labios, golosa, deseando probar aquél pedazo de carne que tanto ansiaba tener dentro de ella, y así lo hizo. Envolvió con sus cálidos labios el sexo de su amante, acariciándolo con ternura al principio, casi con timidez. Pasaba la lengua desde la base hasta la punta, recreándose en el glande.

A mordiscos [SHIKATEMA] [LEMON] Where stories live. Discover now