7-. Un día tranquilo

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El joven teniente de ojos verdes paso de lado de Renji sin decirle ya nada y solo escucho como entraba en la oficina de la pequeña shinigami. Se molesto más, no debió ir, no debió verla, no debió hablarle. Pero sentir su energía y saber que estaba cerca lo inquietaba. Sabía que sufrió una herida muy grave en la batalla, por la que le tuvieron que dar varios meses de descanso, eso lo había escuchado accidentalmente de sus oficiales Kiyone y Sentaro

Todo mundo omitía el nombre de ella cuando sabían que estaba cerca. No sabían los detalles del problema de ambos pero sabían que era tabú mencionarla. Aún así todos del escuadrón la apreciaban.

5 años pasaron sin saber del uno del otro, sin verse, sin toparse, sin hablarse, sin ningún contactó, para un shinigami 5 años no es nada y eso provocaba que el dolor, el resentimiento, el odio y otros sentimientos que no quería admitir lo atormentaban aún.

Se fue de la academia, tenía que volver a sus labores de teniente en el 13vo escuadrón, solo había pedido permiso para ver a su hermana en la ciudad y fue cuando él sintió su energía cuando ya iba de regreso, pero prefirió esperar que fuera de noche para verla.
Se odiaba a él mismo por a ver ido.

Y sin más uso el shunpo para llegar cuanto antes y así olvidar todo con el trabajo.

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Siempre había tratado de olvidar todo con trabajo y ese día no iba a ser la excepción, deshizo el abrazo de su mejor amigo y le dedico una mirada más relajada, bueno no exactamente pero si dándole a entender que se encontraba mejor. Él la soltó y trató de convencerla para que fuera a dormir de una vez, cosa que ella no acepto, los dos podían ser tercos pero ella le ganaba así que decidió hacerle compañía, no quería dejarla sola. Y se dedicó a ayudarle sin preguntarle nada. Pasaron la mayor parte de la madrugada trabajando, llego un punto en el que Renji se quedo dormido sobre la mesa. No lo molesto y siguió trabajando.

Después de un largo rato se paró de la silla, necesitaba estirarse y abrió las cortinas, noto que estaba nublado.

- en definitiva, para mí ya no existen los días soleados.- lo dijo en un susurro, solo para ella viendo el cielo nublado.

No se dio cuenta que su amigo ya había despertado y escuchado, este no supo qué decir así que prefirió hacerse el dormido un rato más.

Cuando por fin se despertó este le insistió para que se fuera a su cuarto a descansar. Tuvo que mentirle diciendo que terminando un expediente se iría, el quiso creerle y se marchó.

Tenía lo suficiente para su aseo personal en su oficina así que ahí permaneció, sabía perfectamente que si se iba se derrumbaría y no quería eso.

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Desde que pasó la evaluación muchos decidieron marcharse a sus casas, aprovechar el tiempo que les quedaba.
Inue y Chad le insistieron mucho a su amigo para que los acompañara, pero el desistió, dando escusas de que le habían pedido ayuda unos profesores para que entrenará con los nuevos. Inue le dijo que ella también se quedaba pero Ichigo sabía muy bien que tenía ganas de ver a su mejor amiga y la convenció de que se fuera y disfrutara los días que les habían dado ya que después estarían muy ocupados para irse a visitar a sus familiares y amigos. En verdad apreciaba que quisiera quedarse con él y le agradaba la idea pero sabía que ella tenía muchas ganas de irse y disfrutar de la ciudad. Cuando vieron la decisión del pelinaranja ya no le dijeron nada y lo dejaron en el campus.

No quería irse, prefería quedarse a entrenar, se dio cuenta con la pelea que aún le faltaba dominar su energía, su último ataque lo había agotado demasiado.

Aprovecharía que estaría casi solo para entrenar sin interrupciones. No podía pedir ayuda de los tenientes ya que también les habían dado días de descanso.

Mi camino... serás tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora