8-. Cosas inesperadas

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Estaba por terminar mi rutina así que me desvié para quedar frente a un edificio blanco, esperando encontrarla ahí. Me decidí entrar por esa puerta café, luego reaccionó que no tenía ni la menor idea de cuál era su oficina, así que me tendría que tocar cada puerta, para mí suerte solo hay tres oficinas y una sala común. No vi movimiento así que me dedique a subir, otras 4 oficinas, pues ya que a continuar tocando cada puerta. Oí un ruido al final del pasillo así que sin pensarlo dos veces fui asta ahí, apenas iba a tocar cuando escucho su voz.

- pasa de una vez.-

Abro la puerta y me acerco a su escritorio, su oficina sí que era amplia, con una salita, libreros y una gran ventana, más adelante había otra puerta. Ella nunca volteo a verme se veía muy concentrada trabajando.

- cómo supiste que había alguien?.- le pregunte

- Ya te había dicho que desperdicias mucho tu energía.- me contestó aún sin mirarme y poniendo un archivo a lado y tomando otro.- y note que alguien estaba aquí, tardaste algo.- suspiro.- que se te ofrece?.-

- vine a dejarte esto.- me quite un audífono, saque el MP3 de mi bolsillo y se lo puse en su escritorio.- lo olvidaste en mi mochila

- y acostumbras a utilizar las cosas que no son tuyas?.- alzó una ceja pero no sonaba molesta

- No, pero ya que lo tenía me gano la curiosidad de saber que música tenía y tienes unas muy buenas.- lo dije sin importancia, aún seguía viéndome

- pues muchas gracias por traerlo y por el alago.- lo tomo y guardo en el cajón de su escritorio.- algo más?

- la verdad si.- no sabía por dónde empezar. Suspiro.- quiero ver en que te puedo ayudar y a que me entrenes.- creo que fui muy directo, se me queda viendo con la ceja levantada de nuevo

- crees que tengo mucho tiempo?.- y volvió a trabajar

- sé que no, pero puede ser cuando puedas y yo puedo ayudarte con lo que gustes.- tenía que dar algo a cambio si quiero que acepte

Suspira y se recarga en su silla, creo que lo está pensando.

- Creo que no podré, como vez tengo mucho trabajo aún.- señaló todo lo de su escritorio.- además son papeles que tú no puedes ver y cosas que no estás al tanto así que ayudarme no podrías. Además aún me molesta el hombro y no podría entrenarte como es debido.

- Pero si puedes observar si lo hago bien o no.- le sugerí

- Ichigo en verdad me alaga que quieras que sea tu entrenadora pero por el momento no creo poder, ya será más adelante cuando se te asigne a un grupo con el cual podrás entrenar lo suficiente. Por mientras deberías descansar, ir a ver a tu familia.- su tono era cansado

Sabía que se nos iba a asignar en grupos un teniente o un oficial de los que están aquí para fortalecer nuestros puntos fuertes antes de entrar por completo al escuadrón y a la vez era para verificar si en verdad queríamos seguir con esto. Pero de seguro como somos muchos y pocos de ellos no iba ser tan personalizado el entrenamiento y yo quería mejorar.

- Pero de seguro no será lo mismo, no será nada personalizado ya que somos muchos los evaluados y pocos de ustedes.- le dije serio y pensativo.- yo quiero mejorar para poder ser un candidato para ir al campo de batalla.

Nos quedamos en silencio, así que decidí sentarme para ver si podía convencerla.

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Veo cómo se sienta, en verdad que no tengo tiempo, ni ánimos, pero creo que es de las personas que no espera un no por respuesta.

- en verdad no puedo.- le digo rompiendo el silencio

Mi camino... serás tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora