Ayer me miró con amor
Y sentí como la palma de sus pupilas rozaban mi rostro con ternura,
como contemplando un niño.
Me miró,
como teniendo la certeza de poseer algo preciado.
Aquello que no se busca.
Ayer me acarició sin tocarme.
Y me abrazó con la fuerza con la que uno intenta mover las cosas con la mirada,
creyéndose con poder para cambiar la realidad,
desde el observar.
Ayer me miró con amor,
y juraría que no tenía esa noche, el mejor aspecto.
Me he visto al espejo muchas veces,
más desde entonces;
y, podría asegurar,
que aquella noche no lucía el mejor,
ni el más cuidado,
ni el más radiante.
Ayer me golpeó el amor.
Y yo me hice agua,
buscando en su mirada las razones
para abrazar mi alma.
y contenerla,
sin soltarla.
Ayer me miró con amor,
y me condenó a la necesidad
de buscar el calor sin contacto,
el regazo de un segundo.
Me miró con amor,
y sentí la caricia de sus pupilas en mi rostro,
tal vez, contemplando el niño,
como cuidándome.
-FIN-