°Antes de comenzar, quiero aclarar que los personajes son de mi autoría, la imagen sólo es referencial.
Dicho esto, continuemos.°
Era muy, muy insistente, termine diciéndole que si.
Mi nombre es Soren, soy un poco alto, tez blanca, ojos violetas y cabello negro ondulado, me enamore perdida mente de mi vecino, valla forma de encontrar el amor, el se llama París, es más alto que yo, tez canela ojos miel y cabello negro.
Fuimos vecinos durante un año, en ese entonces yo tenía a alguien a mi lado, pero a él le importo un carajo y se aferró a mi, en incontables ocasiones me hizo saber que algún día, yo le pertenecería, morí de risa la primera vez que me lo dijo.
No era el típico vecino molesto...bueno si, pero por alguna razón, me gustaba que me molestara.
Estaba todo el día todos los días sólo en casa, así que el era mi única compañía, aunque fuera de pared a pared.
Era guapo, muy guapo, por ende tenía a todo mundo a sus pies, sabía aprovechar ese estatus.- Buenos dias, Soren -
- Buenos días, señora Jade -
- ¿A donde vas tan temprano? -
- Voy por material para terminar una prenda, además estoy aburrido -
- ¡Oh!, Pues llevate a Paris, este igual de aburrido que tú-
- Será en otra ocasión -
- Bueno, me voy, ten lindo día -
- Gracias, igualmente -Iba a tomar el elevador, cuando sentí una mano en mi hombro, me espante y solté un golpe al azar.
- ¡Eso duele, maldición! -
- ¡No puede ser! ¡Disculpame! No tenía idea que eras tú -
- ¿Sale sangre? - mostró su nariz -
- No -
- Me duele -
- Ya dije que lo sentía, a parte es culpa tuya, ¿A quien se le ocurre llegar a alguien por detrás? -
- Claro, en especial a ti, que estas paranoico -
- ¡No lo estoy! -
- Ahora has arruinado mi bello rostro -
- Mentira, se ve bien, como siempre -
- ¿Eso significa que te gusto? -
- ¿Que?, ¡Por supuesto que no! -me puse nervioso -
-Esta bien, algún día lo admitirás, y ese día -me tomó de la cintura - Serás sólo para mi -susurro a mi oído -
- (Forcejee)- Suelta me, alguien nos puede ver -En realidad no quería que me soltara, la sensación de estar entre sus brazos, sus fuertes brazos era única y me encantaba, tal vez lo notó y no me soltó en ese momento.
Al contrario, me levantó como recién casados y me llevó a su departamento, mi corazón latía a mil por hora, claro que quería estar en su cama, pero no de esa manera, mucho menos sabiendo que medio mundo ha estado ahí.-¿Que haces? ¡Bajame! -
-¡Oh, vamos! ¿Es que ni un desayuno te puedo invitar? -
- Perdón pero ya iba de salida, tengo cosas que hacer -
- Sólo por hoy ¿Si? -
- ¿Me dejarás ir después? -
- Claro -
- Esta bien -Todo en él era perfecto, su rostro, su voz, su mirada, su cuerpo... fue el primer hombre al que ví con lujuria, fue el primero al que desnude con la mirada, fue el primero con el que pensé en ser infiel.
Desayunamos y por fin me dejó salir, regrese a mi apartamento por una lista y...
- (Abriendo la puerta)- Dime -
- Un favor, ¿Tendrás un encendedor? -
- ¿Y el tuyo?-
-Se acabó y ahora no puedo fumar - hizo mueca de tristeza -
- Permiteme -Más tarde en entrar a buscar que él en meterse también, obviamente el encendedor era un mal pretexto, me volvió a tomar de la cintura, pero estando yo de espaldas.
-¿Por que sigues con ese tipo? -
- No te incumbe, suelta me por favor -
-Dejálo, vámonos juntos, donde nadie nos encuentre -
-¿Juntos? -casi caigo en sus dulces palabras -
- Si, sólo tú y yo -
-Claro, hasta que te hartes de mi y me botes -