Un horrible viaje intergaláctico

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De alguna manera, entre toda esa tranquilidad, el tiempo había pasado a segundo plano, tanto que se había vuelto un compañero más en la nave. En ese momento, se encontraban viajando por la galaxia a una velocidad baja, con el timón en automático y sin rumbo exacto. Para ese punto Rojo se preguntaba cómo es que no se habían estrellado con algún cuerpo celeste, asteroide o planeta, ya que la nave en la que se transportaban era una versión desactualizada, hasta se atrevía a decir que era obsoleta comparado con la gran nave en la que alguna vez viajó. Con más exactitud, hace casi un día.


Aunque honestamente se cuestionaba si habían pasado días completos o meses, incluso podrían haber sido ser años, pues su única fuente de información era el viejo sistema de navegación, el cual mostraba la hora y el día en Irk, o eso se suponía, ya que ni siquiera parecía leer los puntos de desfases en el tiempo que había a través de la galaxia. Pero lo que sí había hecho revisar el tiempo desde que comenzaron y continuamente revisarlo para calcular el paso del tiempo desde el primer momento en el que zarparon. Ante eso último no pudo evitar soltar una risa irónica ya que no habían 'zarpado' sino los habían echado de la inmensa, permitiéndoles únicamente tomar un crucero Voot viejo, algunas provisiones y un mapa para viajar a una galaxia lo más lejos del territorio irken.


Esa era su realidad. Y aunque era difícil de aceptar del todo, sobretodo tomando en cuenta que había sido considerado el más importante de todo un imperio, sin contar a los cerebros control, claro. Pero el hecho de que lo echaran sin más que decir que habían traicionado a Zim era completamente increíble.


Un movimiento en el asiento del copiloto desvió sus pensamientos hacía su compañero, quien finalmente despertaba. Ciertamente estaba intrigado de si estaría bien, pues no había consumido azúcar en las últimas horas, probablemente estaría debilitado, como solía ocurrir en su raza cuando eran privados demasiado tiempo de alguna golosina o botana.


—¿Dónde...? ¿Qué...? —murmuró Púrpura recuperando la conciencia, aunque viéndose incapaz de terminar de formular una cuestión completa y parpadeó un par de veces mientras se incorporaba, adaptándose al inesperado ambiente.


—Al fin despiertas, debes comer algo—dijo Rojo y le lanzó un paquete de donas, el cual cayó en el regazo del contrario, a lo que Púrpura reaccionó de inmediato alarmado, pero no fue por la repentina golosina que había caído en sus piernas.


—¡¿Dónde estamos?! ¡¿Y qué hacemos en una nave tan diminuta?!—comenzó su compañero mirando por todo el lugar intentando encontrar un sentido a lo ocurrido, mientras su mente recuperaba los recuerdos difusos de lo que ocurrió.


—¿En serio lo has olvidado? —preguntó cauteloso Rojo, tentando el terreno y manteniendo la calma para no alterar más al otro, pero al mismo tiempo preocupado porque Púrpura de verdad pudiera haber dañado la memoria en su PAK. No podía permitirse eso, mucho menos ahora que estaban completamente solos, por lo que tener alguna falla se volvía algo de vida o muerte.


Al parecer, Púrpura no tardó mucho en darse cuenta de todo lo ocurrido porque exclamó: —. ¡La decisión! ¡Los cerebros control han cometido un error, Rojo! ¡Esto no puede ser posible! ¡Es completamente inaceptable! ¡Rápido, da la vuelta, debemos volver y tomar el control del Imperio! —exclamó agitado, probablemente presa del pánico como siempre pasaba cuando las cosas estaban fuera de su control. Y Rojo suspiró, expectante de algo como eso—. ¡Nosotros-!

De Más Altos a ExiliadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora