What You Hide [TERMINADA] (YKG)

XI

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Sentí como Yoongi quiso alejarse, pero debido a que en ningún momento él me ha soltado, apreté su mano para impedir que se alejase. Ahora que podía tocarlo, era lo único que me mantenía en pie, aunque mi cabeza fuera un nido de preguntas y la excitación esté a flor de piel, tenerlo cerca me controlaba y no pensaba soltarlo.

—Jungkook, tu... —no quería ver a mis amigos y solo me concentré en detallar cada facción de Yoongi intentando relajarme pero mi respiración iba en aumento descontrolado.

—Al parecer ustedes tampoco han escuchado sobre el celo de un alfa. —se dirigió él hacia los chicos, apretando nuestras manos enlazadas una vez perdió contacto nuestras miradas.

Ya me había comentado sobre eso... pero dudo que sea este mi caso ya que solo reacciono de esta manera teniéndolo a él cerca y escuchando su hermosa, profunda y atrayente voz que ahora parecía, quería desviar mi problema a una explicación lógica pero alejada a lo que sucedía en realidad.

—¿El celo de un alfa? —cuestionó curioso Jimin y un tanto sorprendido— El celo solo pasa con los omegas —le dice como tratando de explicar.

—Los alfas jóvenes también tienen celos y es cuando sus hormonas se disparan con violencia, eso no necesariamente teniendo a su omega destinado. —les explica tranquilamente pero sin dejar su postura seria.

—Eso explicaría la reacción de Kookie —dice pensativo y siento la mirada de ambos sobre mí pero aún me niego a apartar la mirada de las facciones de Yoongi.

—Es muy fuerte —no hace falta girarme para ver la incomodidad de los chicos ante mi olor— Será un gran problema ya que los estudiantes están saliendo —menciona y la mirada de Yoongi se dirige a un punto fijo.

Nuevamente iba a soltarse pero apreté su mano un poco pidiéndole con la mirada que no me dejase, porque si lo hacía podría correrme en mis pantalones frente a todos. Afortunadamente pareció captarlo y me miró inexpresivo... aunque eso era normal.

—No te atrevas —me advirtió y como un mensaje directo, mi polla se apretó más y mi lobo lloriqueo, pero sabía que no me correría, solo que mi olor se intensificó debido a la abrumadora sensación de excitación.

—Kook...

Dejé de escuchar, cerré mis ojos con fuerza soportando los espasmos que comenzaban a hacer vibrar mi cuerpo y sabiendo que mis amigos se estaban esforzando por mantenerse serenos a mi lado.

—¡Todos vayan a sus casas de inmediato! —escuché la fuerte voz de Yoongi pero no podía abrir los ojos para darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor.

No soportaba el dolor en mi miembro por la tan ansiada liberación y mi lobo también sabía que por esa advertencia no lo haría. Ella tenía total control en mi sistema y aunque me inquietaba, incluso me asustaba, también me gustaba esa sensación. Sabía que era mayor, aunque no me importaba en lo más mínimo, pero la sensación era demasiado extrema.

Quería, necesitaba liberarme y deseaba con todas mis fuerzas hacerlo dentro de él. Penetrarlo. Follarlo fuerte y escuchar sus gemidos y mi nombre. Me estaba matando esta situación casi agónica. Sentí mis uñas alargarse y mis orejas ensancharse. Me asusté. Jamás había tenido una transformación y había presenciado alguna antes.

De lo único que era consciente, es de mi olor que comenzó a esparcirse por todo el lugar. Caí de rodillas al suelo, apretando mi miembro con mi mano libre, con fuerza, como si tratara de evitar lo que ya no podía. Sabía que alteraría a todos y temía lo que pudiese pasar. Sabía que mis dos amigos cuidarían de mí. Siempre lo hacen ya que soy el menor de los tres y me ven como su hermano menor, pese a que solo es por meses, aún así, esto es mayor a cualquier otra cosa n el mundo.

—JungKook...

Puede que haya escuchado mal, pero no podía cerciorarme ya que no podía abrir los ojos. Pero claramente escuché el grito de mi madre afligida. Varias manos se posaron en mi espalda con la intención de calmarme, pero mi excitación estaba al tope y mas porque no podía correrme debido a la orden antes dada por él.

Quería hacerlo dentro de él... de Yoongi, ni siquiera me importaba que estuviera en la mira de todo el instituto. Sólo lo necesitaba a él.

—Hijo ¿Qué sucede? Esto es demasiado fuerte... —reconocí de inmediato la voz preocupada de mi padre muy cerca, mas yo no podía hablar.

—Yoongi, cariño. Haz algo por el muchacho o se alterarán los omegas y los alfas se descontrolarán,incluso los betas tendrán serios problemas —habló con dulzura y calma a la que reconocí como la señora Min, la madre de Yoongi.

—Tu madre tiene razón Yoongi. Siento el celo del chico hasta el edificio del piano —fue hasta escuchar la voz del señor Min que me di cuenta que la melodía del piano dejó de sonar— Y sin mencionar que si su olor sigue esparciéndose, atraerá a esos tipos de nuevo y estoy aburrido como para volver a pelear. Mi melodía no ayudó en nada.

Pasó un momento para luego sentir las mano de Yoongi en mi mano que seguía apretando mi miembro por sobre el pantalón y la otra entrelazada con su mano.

—Abre los ojos JungKook —automáticamente le obedecí. Estaba acuclillado frente a mi y sus manos posadas sobre las mías las quitó gentilmente de mi pantalón y las llevó a su cintura.

—Duele... —susurré entre dientes, casi suplicándole, él colocó sus manos en mi rostro acunando mis mejillas con delicadeza y una expresión afligida recorrió su rostro.

—Dijiste que la melodía te calmó la otra vez, pero mi padre la ha tocado y no pareció tener el mismo efecto —susurra pensativo.

—Tal vez solo funciona si la tocas tú —Yoongi giró su cabeza para ver a su padre y asintió.

No dejé de verlo. No podía y no quería.Parecía que era lo único que podía hacer. Los demás me daban igual, verlo a él me hacía olvidar todo sentimiento y dar paso solo a las sensaciones. Quería... ansiaba una orden suya para poder calmarme.

—Levántate.

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