Liz estaba nerviosa, ¿iban a despedirla?
De repente el señor Woods le había comunicado que vendría un médico a chequearla, como medida preventiva ya que no tenía análisis previos.
¿Si no los pasaba iban a despedirla?
Esa mismo día Chloé le había presentado a un médico que traían varios aparatos para examinarla. Además venía un pediatra para evaluar a la pequeña Emma.
Tenía miedo por la niña, ya que era consciente de que no estaba muy gordita para su edad, ¿llamarían a servicios sociales?
Madre e hija habían entrado a la habitación acompañada de Chloé mientras Grizzly vigilaba de cerca. Estaba nervioso y Max se burló de ello. No era su culpa si la mujer pequeña no comía, en realidad ella tenía una despensa llena, podía tomar lo que quisiera. Ella debía saberlo.
Suspiró negando y fue hacia el salón sentándose, mirando el reloj.
En la habitación Liz, miraba como el pediatra sentado en el suelo junto con la niña, la examinaba y sacaba múltiples juegos e imágenes, su hija miraba curiosa las cosas pero aún quieta sin moverse. Mientras su hijo, también doctor, la examinaba a ella y le sacaba sangre.
Era madre primeriza y tenía miedo, era consciente de que su hija, de más de un año y medio no era un bebé normal.
Emma era especial, había nacido dos meses antes de lo previsto pero estaba perfectamente sana para cuando un mes después salió del hospital. Los ahorros para la universidad y su último sueldo se habían ido en la factura del hospital y en mudarse a Miami junto con su mejor amiga.
Emma siempre había sido un poco más lenta que los bebés de su edad, Liz lo atribuía quizás a haber nacido antes de tiempo. Pero las cosas comenzaron a ser extrañas cuando la niña, no mostraba interés alguno en hablar, mucho menos caminar pasado el año. Ella decidió darle tiempo, Emma poco a poco, comenzó a responder a su nombre, a decir mamá y a señalar e interactuar con su entorno. Sin embargo ni rastro de querer andar con ya dieciocho meses cumplidos y apenas sabía cinco palabras.
Por eso, esperaba oír malas noticias cuando el médico le dio su diagnóstico después de que su hijo se retirase.
— Su hija, es tímida.
Liz se quedó perpleja.
—¿Qué...?
—Su hija es tímida.
—Que Emma es tímida — Chloé sonrió aliviada a Lisset pero esta aún seguía perpleja.
—No...entender...
—Su hija no presenta síntoma alguno de autismo, ni de tener incapacidad motora, escucha perfectamente y entiende órdenes sencillas. Puede señalar, coger cosas, gatear, pasar páginas, reconocerla en una foto e identificar algunos animales y sus sonidos, cosas normales de un bebé de sus características. El hecho de que no hable ni camine no quiere decir que no esté aprendiendo y cada niño, va a su propio ritmo y no por ello es menos inteligente.
Chloé iba traduciendo lentamente lo que el médico decía y Lisset sintió un gran alivio invadir su cuerpo.
—Caminará a su debido tiempo y cuando se sienta preparada. Me preocupa mucho más su peso, le faltan dos kilos pero se ve que al igual que usted, la niña será bajita y de complexión delgada. Aun así ella está bien señorita, simplemente es tímida y algo asustadiza. Nada que no se pueda arreglar con una buena dosis de guardería.
No la iban a despedir ni a sacarle a su hija. Suspiró aliviada sonriendo y tomando a su hija en brazos.
Cuando salieron vio al médico que la había atendido hablando con el señor Woods, ambos se giraron al verlas.
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Grizzly (Parte I)
RomanceMaximiliano Woods. Empresario reconocido, hijo de una buena familia neoyorkina,luego de que su familia muriera y él tuviera un horrible accidente, su vida se volvió cenizas al despertar y verse lleno de cicatrices y quemaduras. Vive para su trabajo...