7.

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Los padres de Lucía no daban crédito con lo que acababan de escuchar.

- ¿Es una broma Lucía? Dime que sí, porfavor. - Dijo su madre nerviosa.

Su padre la miraba sin decir nada pero a través de su mirada mostraba la decepción que sentía por ella.

- Mamá, ¿cómo voy a jugar con eso? - Dijo llorando y alterada.

- ¿Abortarás, no? No tenemos dinero para mantener a un bebé. Lo sabes perfectamente. - Continuó preguntando su madre. Esa pregunta le dolió a Lucía.

- No pienso abortar mamá. Este bebé nacerá y yo me preocuparé de que no le falte nada. - Dijo mirando a su madre esperando su reacción.

Su padre cotinuaba en silencio. Le dolía mucho que su hija que siempre cumplía las normas y no cometía ninguna locura, le dijera eso. No se lo creía, no quería creerlo.

- ¿Cómo fue? - Dijo al fin su padre con un susurro que no escuchó bien Lucía.

- ¿Qué? - Dijo Lucía observando a su padre.

- ¡¿Qué cómo fue?! - Respondió su padre alterado y dando un golpe a la mesa.

Lucía asustada seguía llorando mirando a su padre.

- Mira, vete a tu cuarto porque ahora mismo no te quiero ni ver. - Dijo su padre apartando la miraba de ella. Mientras su madre le tocaba el brazo a su padre en un intento de tranquilizarlo.

Lucía sollozando se fue a su cuarto y cerró la puerta. En la planta baja, donde estaban sus padres, se escuchaban las voces de ellos peleándose. Si ya de por sí se sentía mal por la decepción que le había provocado a sus padres, ahora se sentía peor por causar una discusión entre ellos.

Cogió una almohada y la puso en la cabeza en un intento de no escuchar la voces. Cuando logró tranquilizarse un poco, se le vino a la cabeza la imagen de Erick y sin pensarlo dos veces comenzó a limpiarse las lágrimas y a arreglarse un poco. Abajo aún se oían las voces de sus padres. Sin importarle nada, bajó las escaleras hasta llegar a la puerta de su casa. Sus padres le dijeron que a dónde iba pero ella no respondió y se fue de allí.

Era una noche fría y en un intento de darse calor, se abrazó a ella misma. Se dirigió a la estación del metro para ir hacia el hospital. Pero pensándolo, ella no sabía en que hospital estaba.
Decidió escribirle un mensaje a través de Facebook a el mejor amigo de Erick, Andrés. Al cabo de unos minutos le contestó y ella le respondió con un gracias. Justo en ese momento llegó el metro y se montó rumbo al hospital. Ya en el metro su móvil empezó a sonar varias veces y ella decidió apagarlo. No tenía ganas de escuchar a sus padres.

Al llegar al hospital, entró y preguntó por Erick en el mostrador que había nada más entrar. El joven que había allí le dijo que ahora mismo no podía visitarlo. Lucía le dijo gracias y se marchó a la sala de espera. No quería regresar a casa.

En la sala de espera reconoció al padre de Erick, a su madre y a Andrés.
Saludó a los tres y preguntó por el estado de Erick. Andrés le respondió diciéndole que estaba grave ya que le habían clavado ese trozo de metal 24 veces y que había perdido mucha sangre. Lucía se echó a llorar de nuevo y se sentó junto a Andrés.

- ¿Tú lo quieres, verdad? - Dijo Andrés mirando como lloraba.

Lucía asintió mientras se llevaba las manos a la cara. Sentía que no podía más con todo lo que estaba pasando.

Andrés, intentando tranquilizarla, la abrazó. Ella se dejó agradeciendo el gesto de él.

- ¿Tú eres Lucía, la chica que salvó a mi hijo? - Preguntó el padre de Erick a Lucía.

- Sí, soy yo. - Dijo algo tímida mientras se secaba las lágrimas.

- No sabes cuanto te agradecemos mi mujer y yo lo que has hecho por él. Si no llega a ser por tí, mi hijo no estaría vivo. - Dijo él con una mirada de agradecimiento.

Lucía le sonrió.

- Perdón, con todo lo que ha pasado no nos hemos presentado. Yo soy Jacobo y mi mujer se llama Carla. - dijo dándole dos besos a Lucía y después Carla le dio también dos besos a ella.

Estuvieron hablando un rato entre ellos hasta que el cansancio de estar toda la noche despiertos hizo huella. Andrés se había dormido en el hombro de Lucía, Jacobo se mantenía despierto como podía mientras su mujer dormía y a Lucía se le empezaban a cerrar los ojos.

En ese momento llegó el médico y preguntó por los familiares de Erick.
Rápidamente los padres de Erick fueron hacia donde estaba el médico y Andrés y Lucía.

- No os voy a mentir, el estado de salud de Erick es crítico. Ha perdido mucha sangre y tiene un riñón perforado. Le hemos operado de urgencia y ahora mismo está estable. - Dijo el médico mirando a todos los que estaban allí. - Ha estado pronunciando un buen rato un nombre. Decía Lucía. -

A Lucía le dio un vuelco el corazón y todos la miraron.

- ¿Cuándo podemos verlo? - Preguntó la madre de Erick cogiéndole la mano a Jacobo.

- Ahora mismo si quieren pero no se demoren mucho porque necesita reposo. - Dijo el médico con una sonrisa.

Los padres de Erick se fueron con el médico hacia la habitación donde se encontraba él. Lucía mientras esperaba con Andrés, mordiéndose las uñas de los nervios.

Después de unos 15 minutos aparecieron Jacobo y Carla.

- Lucía deberías de ir tú ahora. Erick está durmiendo. - Dijo la madre de Erick.

Lucía asintió y fue hacia la habitación que le había indicado la madre de Erick. Allí estaba él, acostado en la camilla con algunas máquinas a su alrededor. Estaba durmiendo y estaba algo pálido. Lucía se acercó a él y se sentó en una silla junto a él. Le dio pena verlo así y a la misma vez se sentía culpable de lo que le había pasado a Erick. ¿Cómo no pudo darse cuenta en todo este tiempo de que Erick estaba justo en frente de su ventana?

Lucía empezó a llorar en silencio y cogió su mano. Empezó a acariciarle los nudillos y ...

- ¿Lucía? - Erick acababa de despertarse y la miraba.

               * * *

Muchas gracias a todos los que leéis mi libro. Me hace mucha ilusión cuando veo algún like o algún comentario. Me alegrais el día y me motivaís a seguir escribiendo.

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