Al ver lo que vio mis ojos, mi corazón se acelero muy rápido, realmente no se si era emoción o miedo, miedo de lo que puedo descubrir detrás de esto, me quede parada, allí, como una estatua, cerré mis ojos por un momento, una lagrima salio cayendo lentamente por mi mejilla, estaba confundida y por alguna razón sentía frío, seque mis lagrimas y comencé a ver detalladamente la pintura, veía una escritura de color rojo carmesí, escrita delicadamente para no ser descubierta debajo de la firma de mi padre.
-Realmente si le gustaba el color rojo- Pensé en voz alta mientras visualizaba.
No me puedo desconcentrar, ahora no, me propuse a buscar mis gafas (si, mis lentes, tengo miopía), camine hasta una mesa al lado de la TV de la sala, agarre mis gafas y me las puse, estaban un poco empañadas, así que las limpie con mi camiseta, cuando termine camine hasta el cuadro, y si, al fin pude ver algo, se notaban algunos puntos donde parecían como "Código Morse" una especie de pequeños puntos debajo de la firma, no era lo que me imaginaba en un principio, no conozco ese tipo de claves (señales), pero sin duda era una pista, tengo que averiguarlo.
Empecé, a darle pequeños tactos a los dichosos puntos (raros por cierto), subí las escaleras, llegué a mi habitación, y recogí mi libreta para escribir ordenadamente el "Código Morse".
-Realmente no se que sea, pero lo tengo que averiguar- Susurre mientras bajaba las escaleras.
Cuando bajaba el octavo escalón, empezó de nuevo...
-No, otra vez no- Rogué, estaba asustada.
Comencé a ver borroso de nuevo, ese horrible escalofrió recorría todo mi cuerpo, desde la punta de mis dedos, hasta cada poro de mi piel abriéndose, y cada uno de mis vellos erizándose, ese momento, ese sentimiento...
Escuchaba gritos desgarradores, unos gritos provenientes de una mujer, una mujer muy preocupada y desesperada, pero no podía ver nada, estaba todo borroso, solo podía ver sombras. Los gritos seguían luego de dos minutos, tenia miedo, no sabia que me estaba ocurriendo, no podía correr, ni terminar de bajar las escaleras, tenia mucho frío, escuchando cuidadosamente lo que estaba pasando, estaba aterrada, luego vi que la mujer (la dichosa mujer), estaba corriendo hacia mí, desesperada escapando de la figura de un hombre, venia detrás de ella, todo se volvió en silencio por un momento, un silencio aterrador, solo se podían escuchar los suspiros acelerados de la mujer, hasta llegar a mis pies, no podía verme, se había tropezado con el segundo escalón, volteo y allí estaba el, un hombre alto, (mínimo 1,83 de altura) se veía fuerte, no podía reconocer su rostro, la mujer comenzó a gritar, pero ya era tarde, él ya estaba frente a ella.
-Hola princesa, ¿me extrañaste?-Le preguntó el hombre con una voz burlona y sarcástica, agitado por la persecución, su voz daba escalofríos.
-¡Por favor, lárgate!-Respondió llorando, con la voz quebrantada y asustada.
-No, princesa, aún no termino contigo, ¿no te quieres divertir conmigo un rato?-Respondió con la voz seca.
La tenia acorralada. La mujer miraba a su lado derecho para ver si tenia una manera de escapar, para mi realmente no la tenia, tenia miedo, aunque no podían verme. La mujer hizo un movimiento rápido e intento subirse arriba de la barandilla de las escaleras, logró atravesarlas, pero no por mucho.
-Parece que no te quieres divertir, ¿no es así?
No podía cerrar los ojos, no podía ver lo que estaba apunto de pasar, ya era suficiente para mi, pero todavía no había terminado...
Se notaban las ganas de quitarse encima a aquel hombre, corrió hasta la mesa principal de la cocina, buscando algo con que defenderse, vi que agarro un florero, allí estaba, parada al lado de la mesa, temblando, podía sentir el miedo en sus ojos, por que al igual que ella, yo lo tenia. El se acercaba lentamente hacia ella.
-Sabes que no podrás escapar de mí ¿verdad?-Se burlo mientras caminaba hacia ella, tenia una serenidad en su voz.
-Tendría que intentarlo-Respondió, se oía decidida-Tenia el florero a la altura de su pecho, mientras él, se iba acercando.
-No podrás hacerme nada-Siguió hablando con la voz quebrantada, se acercaba su peor pesadilla...
Él comenzó a acelerar un poco el paso, sus pisadas acercándose, cada una de ellas dejaba un nudo en mi garganta, y un vacío en mi estomago cada ves mas grande. Se acerco, lo suficiente para jalarle uno de sus brazos, ella forcejeaba, ahora con un movimiento rápido tenia una mano forcejeando para que soltara el florero y la otra en su cuello, hacia gemidos de dolor, la estaba ahorcando.
-Me gusta cuando pones esa carita-La interrumpió con una voz dulcemente macabra.
La voz de la mujer era cada vez mas débil, se estaba desvaneciendo por completo, tenia que hacer algo, pero no podía, era inútil.
-Eres tan hermosa-Alagó mientras se acercaba a su rostro.
Ella cerraba sus ojos lentamente...
Mientras ella los cerraba yo también hacia lo mismo, hasta que algo me alertó.
-Maldi...-Lo interrumpió el dolor, él ya estaba en el piso.
Lo golpeo con el florero, había sangre en el suelo, saliendo de su cabeza, ella estaba temblando, respirando aceleradamente para recobrar el aire, no hacia nada más que mirarlo casi inconsciente, quería gritarle que corriera, pero no me salia, no podía, estaba desesperada.
- ¡Corre, mami, corre!-Gritó una voz detrás de mi, que provenía de una niña pequeña, estaba llorando.
Aquella mujer miró hacia las escaleras y reaccionó, corrió hacia estas y se detuvo para mirar a su pequeña, llorando subió, hasta que cayo de nuevo, el hombre tenia agarrado su pie izquierdo, no podía subir, aunque él estaba arrastrado en el suelo ella con lagrimas en los ojos volteó a mirarlo, realmente este estaba pasando frente a mis ojos y no podía hacer nada, ella se agarraba del barandal tratando de desprenderse de él.
-¿Pensarías que te ibas a escapar?, sigue soñando-Sonrió macabramente, subiendo cada vez mas sus manos a sus piernas, cubiertas de sangre.
En su bolsillo tenia una navaja, él la sacó...
-¡No, suéltame!-Forcejeaba sin ningún resultado.
-Ahora vamos a divertirnos, ¿no te parece?-Exclamo con una voz fría y sonriendo.
Cada vez acercaba más la navaja a su pecho...
En ese instante, desperté...
ESTÁS LEYENDO
Yo soy el Secreto
Mistero / ThrillerNuestra mente puede guardar millones de secretos, pero... La pregunta es, ¿hasta cuando puede guardarlos?, ¿nuestra mente soportaría la magnitud de cada uno escondiéndolos durante muchos años?. Puede ser que no. Pero, ¿cuanto afectaría nuestra men...