IV

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ᴘᴀsᴀᴅᴏ


Klaus observaba a su hermana, le sorprendía verla así, alterada, implorando por algo, la verdad, nunca imagino verla así, así que la levanto del suelo para llevarsela a unos cuantos pasos lejos de aquel señor.

-- Karen --llamó, Karen lo observo, limpiando sus lagrimas con su sudadera--, mejor volvamos a casa... No quiero que pierdas tu dignidad por mí.

-- No, Klaus --soltó Karen--. No podemos ir a casa, ya pasaron dos meses, además, ¿no dijiste que yo soy tu casa?

Klaus asintió.

-- ¿Entonces? --las lagrimas y aquel nudo se le estaba instalando a Karen en la garganta--¿Qué cambio?

-- Nada --dijo Klaus, para luego ver a su hermana volver con aquel señor para empezar a implorar por un empleo, incandose frente a él.

-- Por favor, señor --imploró Karen, nunca creyo que perdería la dignidad tan joven, quizas cuando tuviera veinte con su futuro novio, pero no connun trabajo--. Haré lo que sea, por favor.

El señor la observo, para luego sonreír.

-- ¿Lo que sea? --preguntó.

Karen entendío, entonces asintió.

-- Ven, niña... Entremos a mi oficina --dijo, Klaus se le acerco por detras, pero el señor lo detuvo--. Sólo ella, niño.

Dicho eso, Karen lo observo con una sonrisa, tratando de hacer que no se preocupara, pero era obvio que solo lo hacía para hacerse creer ella misma que todo estaría bien. Así pasaron dos años, hasta que Karen consiguio otro trabajo, y así, salio de aquel trabajo (aunque mejor dicho, la corrieron, pues el jefe ya no la necesitaba y no hacía bien su trabajo), donde para quedarse tenía que venderse a su jefe.

-- ¡Vaya, mucha comida! --exclamó Klaus al ver como Karen había hecho la comida, ver tutoriales en Youtube, si funcionaba.

-- Lo hice para ti...

-- ¿Y tu? --preguntó Klaus confundido.

-- Conseguí otro trabajo de medio tiempo, por eso pague tu salida de rehabilitación --sonrió Karen, para agarrar su mochila--. Ser paquetera no es tan malo, me pagan bien.

-- ¿A qué hora vuelves? --preguntó Klaus triste, aunque no dejaría que su hermana lo viera.

Karen agarro las llaves del apartamento para abrir la puerta y antes de cerrarla dijo:-- A las doce, no te quedes despierto, comete todo, no desperdicies, y dile a Ben que lo dejo a cargo.

Klaus asintió, viendo como su hermana se iba.

-- ¿Klaus, eres idiota? --preguntó Ben de malas, Klaus lo volteo a ver-- Karen esta teniendo tres trabajos, y esta estudiando la universidad... No vendrá a las doce, vendrá mañana a las cinco, y se ira a las ocho. Dormirá una hora, porque te hará de comer, y todavía debe pagar la luz, el agua, el gas y sus estudios.

-- No puede hacer todo eso, explotaría.

-- Hacía lo mismo cuando se acostaba con el señor Jefferson, aunque lo hacía con asco. Es una lastima, que lo tuviera que hacer por tener dinero y trabajo.

-- ¿Acostarse? No pudo haber hecho eso, ella solo era una niña, y ese señor le doblaba la edad.

-- Klaus, a veces eres demasiado ciego --dijo Ben, para irse a ver la televisión.

ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴅᴀᴅ

Karen se encontraba caminando hacía la academia, recordando todo lo que había hecho, entonces lo supo. ¿Por qué lo hacía por Klaus? Porqué tenía miedo, perdió a Ben, a Cinco, no quería perder a alguien más, y mucho menos alguien cercano, por eso, por eso hacía todo por Klaus, tenía miedo de perderlo, de que se alejara de ella, así que por eso, le daba todo lo que Klaus quería. ¿Quería dinero? ¿Cuánto? Ella se lo daba. ¿Quería salir? ¿Cuándo? Ella pide días. ¿Necesitaba droga? Ella le daba dinero. ¿Que necesitaba algo que cuesta demasiado? Ella trabajaba el doble de todos sus trabajos por él.

Y entonces se dio cuenta. A ella no le importaba nada más que Klaus, no le importaba su enfermedad, si se tenía que prostituir, vender droga, armas, hacer servicios, lo único que le importaba era Klaus, y no lo iba a perder por nada.

Y si eso significaba dar su vida, lo haría.

Por otra parte, al otro lado de la ciudad, en el jardín de la academia, todos se encontraban viendo un portal azul, un señor trataba de salir, y al salir, un niño cayó al suelo, no era cualquier niño. Cinco Hargreeves estaba ahí.

-- ¿Alguien más ve al pequeño número Cinco? ¿O solo yo? --preguntó Klaus, deseando que solo fuera su imaginación.

-- Mierda --soltó Cinco al observar su físico para luego ver a sus hermanos, entonces recordo aquel libro de Vanya, todos estaban, menos Ben que había muertos, entonces se dio cuenta-- ¿Y Karen?

Entonces Klaus reacciono, Karen no tenía que verlo, si lo veía eso haría que lo dejara de lado. Eso no le gustaría a Klaus, y menos si Karen y él sobrevivieron todo lo que tienen de vida. Aunque también vio algo, estaba tan celoso que Cinco le quitara su lugar, que ni siquiera se fijo ni tomo en cuenta que si Karen estaría feliz. Entonces se escucho una voz.

-- ¡Klaus! ¿¡Klaus, dónde estas!? --la voz de Karen lo llamaba.

Entonces Karen salio de la academia para encontrarse a sus hermanos observarla, ella confundida se acerco a ellos, y al acercarse, todos hicieron un espacio haciendo que Karen viera a Cinco de nuevo, y sin previo aviso, Klaus corrio hacía ella, en el momento justo que Karen caía al suelo inconciente.

Cinco Hargreeves al ver aquella reacción, corrio hacía ella, gritando su nombre.

ᴘᴀsᴀᴅᴏ

Cinco observaba a Karen comer sus alimentos, ¿era extraño tener una de repente fascinación por la chica? Si es así, entonces ¿por qué ahora? Entonces siguio observandola, hasta que Karen levanto la mirada encontrandose con la mirada de Cinco, ella sonrió para luego observar su comida y seguir comiendo.

Entonces Cinco sintió, unos murciélagos se sintieron en su estomago, unos murciélagos de amor.

APOCALYPSIS ϟ ᴄɪɴᴄᴏ ʜᴀʀɢʀᴇᴇᴠᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora