My Evil Tentation •Taehyung My Daddy•

| ¿QUE SIENTO POR ELLA? |

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Todo la cena fue callada hasta el momento de terminar.
Al momento que retiraron los platos empezaron a hablar sobre sus empresas y lo que tenían planeado como nuevos socios, sus propuestas y bla bla bla...mis párpados cada vez se hacían más pesados con cada palabra.

Sus voces se escuchaban cada vez más lejos, me estaba desconectando del mundo.

—Veo que te aburre escuchar de negocios
-una voz a mi lado se hizo presente.

—¿Q-que? -pregunté algo nerviosa.

—Tu cara lo dice todo,si tuvieras la comida frente a ti sería divertido si caes dormida en el plato -sonrió disimuladamente.

—...-mi cara ardía de la vergüenza.

Juro que moría en el instante que él dijera que se me veía ojeras o peor aún una lagaña. Voltee un poco mi rostro para que no me vea directamente a la cara.

—¿Crees en el destino? -volvió a hablar en voz baja.

—¿Por que la pregunta? -repetí su acción.

—Por que hoy empecé a creer en ello, al verte en la tienda y ahora estas aquí -asintió ante la palabra de su padre, la verdad no se como podía conversar conmigo y atender lo que decían- el mundo es tan pequeño T/n.

Por alguna razón sus palabras eran tan ciertas para mi, su voz tan relajada me hacia sentir una punzada en el pecho.

—¿Quieres irte de aquí? -volvió a preguntar en voz baja.

No sólo lo quería, deseo irme de este extraño infierno. Asentí Disimuladamente.

—Bien -susurró.

Movió su mano para alcanzar una fruta que se encontraba en un bandeja frente a mi,al regresar a su posición de inicio chocó su copa de vino derramando todo sobre mi vestido.

—¡OH POR DIOS! ¡lo siento mucho! -dijo fingiendo asombro.

Al principio me había exaltado un poco por su extraña idea, fue una pena arruinar ese lindo vestido.

—Está bien, no te preocupes -dije extrañada mientras lo veía directamente a sus ojos.

El me dedicó una mirada fugaz acompañada con un guiño.

—Es mejor que vallas a cambiarte -opinó Taehyung.

—Si, lo siento por interrumpir su reunión -dije apenada, obvio todo era fingido.

—No hay problema, los accidente nunca deben faltar. -mencionó el padre de Jimin con un tono muy formal.

—Bueno, con su permiso -dije haciendo una reverencia.

Caminé lentamente hasta llegar a las escaleras,una vez en ellas subí saltándome algunos escalones...ahora mi único lugar favorito en esta mansión era la habitación donde dormía. Me bañe y cambie a una ropa más cómoda, pero algo formal si es que me tocará bajar otra vez.
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Ya habían pasado más de una hora y fui al balcón de mi cuarto, al acercarme a este escuché voces del balcón de al lado, me agache para poder escuchar quienes hablaban.

—¿Por qué lo hiciste? -una voz suave, seguramente Mina.

—¿A que te refieres? -respondió el chico.

—Aceptar el contrato -se podía notar que estaba algo alterada.

—Fue decisión de mi padre, no me culpes a mi -esa voz ya la conocía.