Capítulo 11: El Plan de la Familia Gentile (2)

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En las alcantarillas, a unas cinco cuadras de donde había bajado, se encontraba Jon, avanzando como podía a través del canal subterráneo. Su pierna herida le dificultaba el movimiento, y además se sumaba la fuerte corriente de agua de lluvia que había inundado la alcantarilla. Se dirigía en dirección contra corriente debido a que intentaba llegar a su casa cuánto antes, para poder ser atendido adecuadamente allí. Si escapaba hacia el lado de la corriente, podría ser arrastrado lejos y sería peligroso. Además, aunque saliera al exterior y fuera ayudado por alguien, terminaría siendo hospitalizado y finalmente capturado. Por eso, debía hacer el esfuerzo de dirigirse como fuera posible hacia su casa y evitar cualquier atención de personas desconocidas.

Jon continuó caminando mientras jadeaba y se sostenía de una de las paredes de la cloaca. La fuerza con la que el agua fría fluía entre sus piernas hacía que se le entumecieran y le costara desplazarse cada vez más. Había comenzado a sudar, sentía que probablemente estuviera engripándose. De pronto se sintió adormecido y con la vista nublada, cada paso se le hacía más pesado que el anterior. 

«Diablos... a este paso no podré lograrlo. Si me dejo arrastrar puedo terminar muy mal... ¡Espabila, maldición! ¡No falta tanto!» se decía a sí mismo Jon. De pronto, sintió un rápido movimiento que se acercaba por detrás. Jon intentó reaccionar a para defenderse de la posible amenaza, pero no hizo a tiempo. Apenas giró, el oficial Seiji le detuvo el puño con el que lo intentó golpear.

—Nos volvemos a encontrar... parece que no la estás pasando muy bien.

—¿Tú? Maldición... —Jon intentó zafarse del brazo del oficial, pero no tenía fuerza suficiente.

—Tranquilo, estoy aquí para ayudarte. No puedo permitir que mueras antes de definir nuestro combate.

Seiji cargó con Jon, y juntos se desplazaron hasta alcanzar la siguiente escalera que comunicara con una salida a la calle. Luego de subir cargando a Jon en sus espaldas, ambos lograron salir hacia una calle que se encontraba a más de un kilómetro de donde había ocurrido la tragedia.

—¿Dónde está tu casa?

—A unas dos cuadras de aquí...

Seiji intentó cargar nuevamente con Jon para ayudarlo a caminar.

—Alto ahí —se escuchó repentinamente decir a Ringo, quien había encontrado finalmente a Jon y apareció a pocos metros de la cloaca— deja a mi sobrino ahí mismo. ¿O acaso piensas capturarlo?

—¿Es el tío? Tranquilo, no sé de qué habla. Sólo lo he encontrado en las alcantarillas herido, parece que ha tenido un accidente —respondía Seiji con disimulo, pretendiendo no conocer a Jon.

«¿Acaso cree que puede engañarme? Este tipo lo buscaba por escapar del callejón», pensaba Ringo, ya que había visto perfectamente a Seiji meterse en la cloaca en el callejón. «Probablemente quiera llevarlo a un hospital para mantenerlo vigilado y luego capturarlo».

—¿Y qué hacia un policía en la alcantarilla? Yo creo que está claro que estabas buscándolo precisamente a él.

«¿Qué quiere este tipo, que le de la razón y meterse en un lío? Parece ser que es cierto que es su familiar. Aparentemente me ha descubierto, será mejor no seguir con esto», pensó Seiji.

—Digamos que tiene razón, pero hagamos de cuenta que no ha sucedido nada. Si Jon está de acuerdo en irse con usted, no hay problema —agregó en voz alta.

—Tío, me alegra encontrarte... —dijo Jon con dificultad.

—Ven aquí, Jon. Te llevaré a casa.

Odisea de Clanes | Volumen 1 - Primera Odisea en IneriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora