Capítulo XVII. PROBLEMAS

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Melissa estaba tan emocionada por contarle a Leonardo sobre la idea de abrir un local de ropa de dama.  Nadie sabía sobre eso. Hasta apenas su hermana en la mañana y ahora estaba por decirle a su esposo, pero no sabia que el llegaría de tan mal humor.

-Mi amor que bueno que llegas – le dijo en cuanto lo vio entrar por la puerta – tengo algo muy importante que contarte.

-Mira Melissa ahorita no estoy de humor, no tengo ganas de escucharte, así que por favor solo sírveme de comer, y en silencio.

-Óyeme, quien te crees para hablarle así a mi hermana – dijo Metzi entrando en la cocina.

-Todavía estas aquí,  que no tienes casa, y le habló como a mi se me da la gana porque es mi esposa.

-Discúlpame Leonardo, pero aunque lo sea no tienes porque tratarla así, ella no tiene la culpa de lo que sea que te allá pasado en tu trabajo, con ella no te desquites.

-Ya Metzi déjalo, solo viene algo cansado – trato  justificar Melissa.

-Eso no importa, vas a dejar que te trate como una tonta, vez porque te digo que todos los hombres son unos idiotas.

Melissa se quedó callada sin decir nada y eso a Metzi le caía más mal que su hermana no se defendiera de los tratos de Leonardo.

-Solo te quería decir que ya conseguí un local para mi negocio, y ya no voy a ir a trabajar a la farmacia, me dedicaré a acomodar la ropa en el local y espero el fin de semana pueda hacer la inauguración. – dijo Melissa un tanto triste, no sabía que pasaba, solo que ese no era el Leonardo que ella conocía.

-Sigues con esa tonta idea de poner ese maldito negocio,  te dije que lo hablaríamos después, porque no me haces caso – grito Leonardo,  al momento de levantarse y subirse a su recámara.

-No vas a comer – pregunto Melissa – no ya se me quito el hambre, no me molestes hasta la hora de la cena.

-Que fregón me salió el cuñado – comentó Metzi – no quiere comer pero si cenar.

-Ya Metzi por favor, no quiero pelear con el otra vez.

-Esta bien me voy, ya no quiero dar molestias, nos vemos – Se despidió de su hermana y se fue.

Esa fue la primera vez que se peleaban y no sabía porque, pero de algo estaba segura que algo en el estaba cambiando desde que se le noto más el vientre por el embarazo.

Subió hasta su recámara y vio que Leonardo estaba haciendo algo que a ella la hizo sentir la peor de las mujeres.

-Te dije que quería descansar porque no entiendes. – dijo este molesto cubriéndose.

-Pero que haces, porque lo haces, aquí estoy yo para satisfacer tus necesidades o que ya no lo hago – dijo Melissa triste.

-Pues si, lo hacías y muy bien pero desde que se te nota más la panza ya no me dan ganas de hacerlo contigo y tengo que encontrar otra manera de satisfacerme. Además siempre que quiero tu no tienes ganas, siempre estas cansada.

-Sabes porque, es por la niña que me siento así, y que estoy así, ambos estábamos de acuerdo, no entiendo porque.

Leonardo se levantó y se dirigió al baño, mientras Melissa se quedaba en la cama sentada acariciando su vientre, sabía que la bebé no tenía la culpa, pero no podía siempre satisfacer a su marido en lo que el quería, estaba por cumplir los 6 meses y estaba creciendo cada día más su vientre y pensar que aún le faltaban 3 para dar a luz. Solo esperaba que todo se arreglará con el nacimiento de ella.

………

Por la noche bajo a darle de cenar a su esposo, no platicaron ni emitieron ninguna palabra, así pasaron toda la cena, en silencio. Terminaron y subieron a su habitación. Se acostaron cada quien por su lado hasta que Leonardo sintió culpa por escucharla llorar y la rodeó de la cintura con su brazo.

-Amor perdóname si, es que  hoy tuve un día muy pesado y la verdad estaba muy estresado. – dijo el hombre arrepentido.

-Si pero eso no te da derecho a tratarme así y menos a mi hermana – respondió Melissa llorando – lo qué pase en tu trabajo allá se queda, aquí es otra cosa, yo estaba muy emocionada porque por fin encontré un local para el negocio por el  que tanto he ahorrado y tu me sales con tu indiferencia.

-Lo se mi amor perdóname, no quería portarme con ustedes de esa manera – dijo dando un beso en la mejilla de su mujer y bajando hasta su vientre para besar a su bebé. – te prometo que no vuelvo a portarme como un idiota. Mejor cuéntame como es que conseguiste el local y en donde.

Melissa le contó todo lo que pasó ese día cuando fue a ver el local y también le comentó que había invitado a comer a Luis con su familia. Toda la noche fue mejor, platicaron sin pelear y Melissa sintió un gran alivio en su corazón, pues no le gustaba pelear con su esposo.

Aunque no podía olvidar lo que había visto, se sintió culpable por no tener relaciones con su esposo, así que intentó seducirlo un poco pero no dio resultado, estaba perdiendo la llama de la pasión.

*Pobre Meli 😢

Traición #1 [TERMINADA]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora