Noche. [superbat]

[único capítulo]

Batman entra en la baticueva, son las 3 de la mañana y la noche a sido larga. Deja su máscara atrás mientras sube a la mansión, dejando poco a poco sus cosas por el camino, luego podrá disculparse con Alfred por el desorden. Ya sólo lleva el pantalón cuando sube a las habitaciones, revisando una por una para cerciorarse de que todos los chicos estén acostados. Ese día había decidido ir solo a patrullar por las calles de Gotham. Cerrando la puerta de la habitación de Damian, prácticamente se arrastra a la suya. Aunque no ha recibido daños graves físicamente, esa mañana había tenido muchas reuniones agotadoras de la empresa.

Cuando abre las puertas a su habitación, enciende las luces, sin sorprenderse del hombre dormido en una de las sillas de allí. Clark Kent, al único que ha permitido llamar amante desde hace un tiempo, duerme como un bebé con un libro sobre su rostro. Las puertas se cierran detrás de la espalda cicatrizada y descubierta del murciélago de Gotham, su ciudad. Con pasos ligeros, como siempre, se desprende de su última prenda quedando en un bóxer azul marino mientras se acerca hasta el otro hombre, alejando el grueso libro del rostro.

Sin despertar, Bruce se burla de él ¿y así puede llamarse héroe? Durmiendo tan tranquilamente y sin despertar ante la presencia de alguien más en la habitación. Siendo cuidadoso, y sin poder detenerse, Bruce levanta su rasguñada mano y acaricia con delicadeza la mejilla de Clark, rozando su pulgar con el labio inferior. Sorprendido, Bruce tiene su muñeca sujeta y está siendo observado por unos intensos ojos azules. Había estado tan concentrado en los labios del periodista, que se dejó atrapar en sus acciones.

Sin forcejear, Bruce deja a Clark mover su mano atrapada como él quiere, girándola para descubrir su muñeca, allí donde las venas sobresalen más que en otra parte. Clark, sin apartar la mirada del hombre semi desnudo parado frente a él, besa con cariño la zona que une su mano con su brazo. Bruce no parpadea, no desvía la mirada, pero eso no significa que su corazón no se saltara un latido por el alienígena frente a él. Esa sonrisa que le da es sólo una afirmativa a que notó el cambio en su corazón.

-Es tarde -susurra Clark.

-Noche larga -es lo que dice Bruce sin evitar hacer una mueca cansada mientras se masajea el cuello con su mano libre.

-Vayamos a dormir -El periodista del Dayli Planet suelta la mano de Bruce sólo por un segundo, porque sin dejarla alejarse mucho, la vuelve a tomar cruzando sus dedos para un mejor y firme agarre. Se levanta y camina a la cama, jalando consigo al dueño de esta. Cuando Bruce está sobre el colchón, Clark lo suelta sólo un minuto para quitarse la ropa y meterse a su lado, tomando bajo la cobija, otra vez su mano. Sin decir alguna otra palabra, ambos hombres se quedan viendo los ojos del otro hasta que se duermen. Clark se atreve a besar la frente de Bruce en una acto de cariño cuando este esta total y profundamente dormido.