Episodio 1 - Lluvia ácida -

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Capitulo 1. Lluvia ácida.

Partió al amanecer, en busca de la esperanza que había perdido desde el incidente de aquel 22 de febrero. Un monótono jueves más donde la lluvia había humedecido los adoquines de los estrechos callejones de aquella recóndita ciudad, formando así un turbio laberinto de hielo para los osados que salían a pasear con unos botines cualquiera. Atrapados en el embrollo de calles heladas, dos débiles siluetas se distinguían entre la niebla.

- ¡Hugo! - repetía una madre persiguiéndo a su hijo entre lágrimas. - Hugo, vuelve. Por Dios te lo pido, hijo. No vas a conseguir nada con esto... ¡¡HUGO!! - la silueta más atrasada se arrodilló en el pavimento empapado, contemplando a unos dioses intocables que escupían a su existencia, a su fragilidad, a su flaqueza, a su renuncia... La lluvia se filtraba lentamente en el alma de aquella madre, que yacía de rodillas en un mar ahogado por la desesperanza, y contaminándola así por un hastío interior que no le permitía levantarse y correr a por su hijo.

El pequeño luchaba a ciegas contra el milar de alfileres que se clavaban en su piel, congelando lentamente ese ímpetu que le impulsaba ciegamente a correr. La lluvia ahogó en el olvido los sollozos de su madre mientras la silueta de un Hugo firme y envalentonado seguía corriendo, como si de un toro bravo enzarzado entre miles de puyas y banderillas embistiese a un ente invisible sin saber bien por qué, tan solo porqué su instinto, su intuición, le impulsaba a seguir adelante hasta que la propia Muerte le cercenara las piernas; y ni aún así dejaría de correr. Ese ímpetu le impedía ver como sus ínfimas fuerzas de prepúbero estaban a punto de agotarse y el ardor incandescente que sentían sus pequeños músculos derretían las escarchas que habían quedado clavadas por la lluvia. Corría, corría sin mirar atrás siquiera, no habían obstaculos a los que enfrentarse y superarlos, o al menos eso intentaba pensar Hugo. Una baldosa mal colocada derribó violentamente a aquel ternero desbocado, haciéndole resbalar varios metros gracias a la cantidad de agua que fluía por el pavimento. El pequeño riachuelo formado por aquel diluvio empezó a teñirse de rojo alrededor de aquel triste títere, movido por sus propios impulsos y sentimientos, que rompió en lágrimas mientras la sangre fluía de su brazo izquierdo, totalmente lastimado por la accidentada caída. Hugo se hizo un ovillo y la lluvia, las lágrimas, la sangre y la desesperación dotaron de aquella imagen un sentimiento de impotencia a quienquiera que lo viese. 

Pasaron diez minutos. La sangre había dejado de brotar de la herida y un rastro de lágrimas secas quedaron incrustradas en aquel rostro desesperado y roto. El traqueteo de unos pasos acelerados alertaron a Hugo, que tras un nefasto intento de enderezarse se quedó en el suelo en la misma postura hasta que reconoció la voz de aquel que se acercaba.

- ¡Hugo! ¿¡Qué has hecho, Dios mío!? - la madre se acomodó a su lado, envolviendo a su hijo entre sus brazos y meciéndolo para así calmar el dolor que ambos sentían. 

.- No.. lo volv.. - balbuceó Hugo como pudo, carraspeando levemente para desenroncar su ténue vocecilla - No lo volveré a ver. - dijo entre lágrimas con su último hilo de voz.

- No, hijo. Él siempre vuelve. - hizo una pausa para retener las lágrimas. - Nos lo prometió. - Un leve gimoteo encadenó los posteriores sollozos de aquella madre que, desconsolada y rota, abrazaba a su hijo, creando así una perfecta postal.

Hacía diez años de aquel incidente. Ahora tiene diecisiete años, diecisiete largos años con los que ha convivido con una carga durante cada uno de los días de aquella década, diez años de dolor, de lágrimas, de lluvia; diez años de sufrimiento, de abandono, de impotencia e inesperanza. Diez años que le pesaban como toneladas de angustia comprimida en una enorme mochila ilimitada de recursos oscuros y negativos que le habían torturado cada minuto del día durante todo su pasado. 

Diez años que terminaron hoy, el día en que Hugo se levantó de aquel accidente, se enderezó en mitad del camino y prosiguió en la busca de su objetivo. El día en que Hugo volvería a luchar por ver a su padre.

------------------------------------------------- Fin del Episodio 1. (1/2) ----------------------------------------------------

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