Son las siete de la tarde cuando salgo de casa para ir al último partido de lacrosse. Margot y Chase van conmigo en el coche sin dejar de cuchichear en los asientos traseros.
—¿Es el segundo partido al que vienes? —me ha preguntado Chase.
—Sí.
—¡Noah ha conseguido que te guste por lo menos un deporte!
En realidad no lo hace. No entiendo cómo se puntúa, cómo son las posiciones de los jugadores y otras muchas cosas; pero vengo porque es algo importante para Noah.
Salir con Noah tiene ventajas: hay un sitio reservado para mí en la primera fila detrás de su banquillo y el amigo de un amigo de Noah me trae unas patatas para picar.
Empieza el partido, pero yo sigo a lo mío. Chloe no deja de mirarme desde su lugar. Está sentada al lado de Kendall Cass y eso me da miedo. Los reyes del mal sentados juntos: eso no puede ser algo bueno. Y me mantiene inquieta toda la noche.
En el primer tiempo, Freya se sienta a mi lado con un cubo de nachos con queso caliente
—¡Hey, Sierra!
Me trago un puñado de patatas y agito la cabeza.
—Hola, Freya.
—Ahora solo te veo en clase, ¿qué haces tan ocupada?
—Estamos preparando todo en el gimnasio para el baile.
Y es más cansado de lo que parece. A sólo días del baile, Emer no me deja ni sentarme en el suelo para descansar.
Estoy a punto de meterme otra patata en la boca cuando Chloe se levanta de su asiento y pasa delante nuestra golpeando mis rodillas con su bolso. En susurro bajo, dice:
—Lo siento.
¿He escuchado bien? ¿La bruja se ha disculpado?
Chloe pasa de largo contoneándose, y cuando está lo suficientemente lejos, Freya me susurra al oído:
—¿Te has enterado?
La miro como si dijera: <<¿De qué? Cuénta, cuénta>>
—Ella y Cass se acostaron hace un par de noches en una fiesta universitaria. Van a ir juntos al baile.
Eso me quita un gran peso de encima. No podría estar bailando con Noah y sentir su mirada acusadora en mi espalda como si me gritara: <<¡Me lo has quitado! ¡Noah era mío!>>. O tal vez se han juntado esos dos brujos para hacernos una jugarreta de malos de película.
Me meto un puñado de palomitas en la boca y me sacudo los pantalones de las palomitas que se me caen.
—¿Ya no hablas con Choe?
Freya me mira un segundo. No ha dejado de mirar el partido en toda nuestra charla. A Freya siempre le ha gustado el lacrosse, incluso antes de que saliera con Noah ya le gustaba. Siempre había pensado que le gustaba el deporte para acercarse más a Noah; pero le gusta el deporte para que su ego crezca.
—Poco, a veces salimos juntas a fiestas. De todas formas el año que viene no la veré más y ella no merece mi amistad.
Suena tan segura que por un segundo me pregunto si yo la merezco. No considero que seamos amigas cercanas, pero desde año nuevo hasta ahora sí nos hemos mantenido en contacto.
El resto del partido intento vivirlo como lo hacen el resto de personas, pero no puedo. Así que me quedo sentada en mi asiento y comiendo mis palomitas de mantequilla. Para cuando se me acaban, el partido lo hace también y salgo con la manada de personas a esperar a Noah cerca de su coche. Estoy apoyada en su coche cuando Kendall Cass se me planta de frente quitándome de la luz de una farola. Eso me hace temblar. Kendall impone demasiado y da miedo.

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El rincón de Millard
Fiksi RemajaSierra Bomer ha abierto un blog. "El rincón de Millard". Un blog anónimo y sin censura. Critica a sus compañeros, da su opinión de los rumores, y desenmascara secretos para hacer justicia. Pero... ¿y si su anonimato deja de existir para el capitán...