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P.O.V.LUCY:

-Yo...la verdad es que no consigo recordar mucho sobre lo que pasó. Tampoco recuerdo quién es la persona que me hizo esto, solo sé que es una chica, pero por alguna razón, su recuerdo es borroso- Empecé a explicar. Sigo sin entender cómo es posible que no recuerde a la persona que me hizo algo así.

Estúpida Lucy.

-Solo recuerdo que estaba con esa persona en una cabaña en el bosque y luego...me golpearon dejándome inconsciente. Cuando desperté esa persona me torturó de manera muy dolorosa dejándome en estas condiciones y q-quemó mis...mis llaves celestiales.- Mordí mi labio inferior para evitar volver a llorar y bajé mi cabeza, debía ser fuerte.

Levanté la cabeza sorprendida cuando sentí una mano acariciando mi cabello de manera reconfortante. Sting me sonreía mientras me daba apoyo, miré a los demás y todos me sonreían.

Mierda, ya estoy llorando.

-Tranquila rubia, ¡Sabertooth ahora es tu familia y te protegerá aunque le cueste la vida! Seremos tus confidentes, tus compañeros, tus amigos, tu gremio, tu familia y las personas en las que podrás confiar. Qué dices, ¿quieres unirte a esta familia?- Dijo mientras todo el gremio se ponía tras él, afirmando las palabras dichas.

¿Cómo puedo negarme después de esto?. Sí estoy llorando como una esponja a la que están escurriendo.

-¡Claro que si!- Grité mientras me limpiaba las lágrimas con la manga de la bata de hospital. Tendría que cambiarme.

Después de cambiarme esa horrible bata por unos vaqueros negros rotos y una blusa rosa pastel con unas convers blancas; estar hablando con mis nuevos nakamas y haberme peleado unas veinticuatro veces con el rubio oxigenado, podía decir sin dudas que me gusta este lugar y que podía confiar en ellos.

-Lucy-sama, tenga.- Yukino me extendió su mano, dónde se encontraban tres de las llaves doradas-piscis, libra y Ophiochus-.- Creo que esto le pertenece a usted.

-¿Qué?, pero Yukino, estás llaves te las dió mi madre antes de morir, ¿por qué quieres dármelas?.- Yukino negó ante mi respuesta.

-Hubo un tiempo en el que las utilicé, pero hace mucho que rompí el contrato con ellas y aprendí una nueva magia, estás llaves eran de su madre, por lo tanto, no debería habérmelas dado a mí, sino a usted. Y ahora que...bueno, ya no tiene sus llaves, creo que las necesitará.- Yukino puso sus manos juntas y se agacho ante mi- Por favor, aceptelas.

-Pero...-

-¡Por favor!

-Esta bien, cuidaré de ellas, no te preocupes.- Sonreí falsamente. No me hacía especial gracias tener entre mis manos tres llaves doradas porque me recordaban a mis llaves.

Espera. ¡Eso es!.

-¡Ábrete puerta de la balanza! ¡Libra!- Al instante, una mujer con un pañuelo en la boca y dos balanzas apareció frente a mi.

-¿Así funciona la magia celestial?- Preguntó un Sting confundido, ya que era la primera vez que veía a alguien invocar un espíritu.

-¿Qué desea Lucy-san?- Preguntó mientras realizaba un leve reverencia.

-Quiero hacer un contrato contigo y hacerte una pregunta...

-Esta bien, ¿cuál es esa pregunta?.

-¿Cómo están mis espiritus celestiales?, supongo que ya sabes a quienes me refiero, sus llaves fueron quemadas y... ¿ellos también están muertos?.- Por favor, por favor...

-Creo que eso debería verlo usted misma, venga conmigo por favor. Le traeré ropa ahora mismo. ¿Sus amigos también vienen?.

-Ehh..bueno, pu-

Vivamos // NALU (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora