Caminaba tranquilamente por la calle, hacía tres días que no sabía nada de ese misterioso rubio y esperaba que siguiera así. El primer día miraba hacia todos lados al salir a la calle, buscándole en cualquier lugar donde pudiera estar él, el segundo estaba algo más tranquila y hoy… bueno también, pero mantenía la guardia alta.
Llegué a la zona de costa, no había ido allí desde que le vi por última vez, y siendo yo, eso era demasiado extraño. Amaba ir cada día a la playa a pasear mientras las olas masajeaban mis pies. En esos momentos me sentía relajada y en paz, tranquila, liberada, éramos yo y mis pensamientos. Podía pasarme horas y horas en la playa, caminando, sentada… me gustaba la soledad. Ahora, intentaba pasar más tiempo con las chicas para volverme más sociable pero ellas no pretendían que no tuviera mis momentos a solas, eran totalmente sagrados para mí, nadie haría que los perdiera.
Las personas empezaban a marcharse de la playa, justo cuando atardecía, uno de los momentos más preciosos del día. Me senté a unos cuantos metros de la orilla, viendo como el sol se escondía bajo la manta azul del extenso y brillante mar. El cielo estaba teñido de unos preciosos matices anaranjados y fucsias, desde luego era un momento mágico.
-¿_____?-Me giré y le vi tras de mí, parado, expectante. Mi única reacción fue levantarme rápidamente.
-¿Tú otra vez? ¡No quiero verte! ¡Necesito que desaparezcas de mi vida!-espeté casi desesperada.
-_____, por favor, solo te pido que me dejes hablar contigo, no soy ninguna amenaza, no quiero hacerte daño-su cara denotaba tristeza y sinceridad.
-Yo… no…
-Por favor, serán solo unos minutos… vamos a la cafetería de aquí enfrente, tan solo unos minutos, por favor- dudé, bastante para ser sincera.
~
-¿Qué quieres tomar?-preguntó cuándo escogimos mesa, una justo enfrente de la cristalera que daba a la playa, ninguno de los dos nos sentamos.
-Iré a pedirlo yo, gracias-di dos pasos hacia la barra pero mi camino se vio interceptado por él.
-Déjame invitarte-dijo el sonriendo.
-Te advierto que así no vas a ganar puntos…-le dije con algo de soberbia, no quería que mis defensas contra él flaquearan.
-No pretendo usar esos trucos baratos _____, mereces algo mejor que eso.
-Igualmente déjame pagarme lo mío, un café por favor.-dije fríamente en verse al dulce comentario que acababa de dedicarme.
-Bien, dame el dinero-extendió su mano con su dulce sonrisa aún en su cara, ni si quiera le contesté con palabras, solo llevé mi billete hasta su mano y lo dejé ahí.
El rubio empezó a caminar hacia la barra mientras yo me sentaba en la silla. Apoyé mi codo en la mesa y mi rostro en la mano. Miré hacia la playa, una pareja caminaba tomada de la mano por la orilla. Caminaban lentamente, disfrutando de la compañía mutua y después pararon para regalarse un poco de amor con un beso dulce y suave. Es cierto que si quería tener una pareja, alguien que estuviera ahí conmigo, apoyándome y queriéndome… Miré a Niall mientras pedía lo que quisiera que estuviera pidiendo.
No podía negar que era un chico atractivo, además de demostrarme cuan dulce y delicado podía ser pero… por dios, él era una criatura mágica, algo totalmente fuera de lo normal, me gustaba la vida tranquila y sin alborotos y si le dejaba entrar, me lo dispersaría todo, me gustaba tal y como estaba. Seguí mirando por el ventanal esta vez hacia el cielo, la luna, como siempre, no tenía rival en el negro manto donde mandaba cual reina en un pueblo. Su luz blanca y tenue era hipnotizante, casi tanto como los ojos azules del rubio.
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Nunca más (Niall Horan y tu)
FanfictionÉpoca de vacaciones en Ravens Port, playa, calor, fiestas nocturnas... Es el momento del año que todos los jóvenes esperan, o casi todos... _____ Sinclair siempre ha sido una chica más bien introvertida, tiene pocas amigas pero buenas y no le gusta...