Nunca más (Niall Horan y tu)

15. Celos

Salí de casa de John, debíamos hacer un trabajo durante el verano, los profesores podían llegar a ser muy crueles pero John era un chico muy agradable y divertido, todo se hacía ameno con él, me alegraba profundamente haberme hecho amiga suya, aún que me costó lo suyo.

-¡_____!-mientras iba caminando hacia mi casa escuché como él me llamaba con su dulce voz.

-¡Hola Niall!-le saludé alegre, porque sí, me alegraba demasiado el verle ahora.

-¿Quién era ese?-preguntó mirando en dirección a la puerta de casa de John.

-Yo bien, ¿y tú que tal?-dije con ironía.

-Oh… perdona _____ es que…

-¿Te has puesto celoso?-pregunté con una sonrisa.

-Ahora pensarás que soy un posesivo…-dijo bajando su cabeza.

-No pienso eso Niall –dije llevando mi mano a su mentón y levantándolo.- puede parecerte una tontería pero… nunca nadie se había fijado tanto en mí como para sentir celos… aunque no tienes por qué tenerlos…

-Con eso quieres decir… ¿Qué debo hacerme ilusiones?-me ruboricé enseguida.

-Niall… yo… dejemos el tema… por favor-pedí mientras bajaba mi cabeza.

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-De veras que no hace falta que me acompañes a casa Liam…-susurró Aned.

-Si lo dices por tu hermano no me importa lo que me diga, o cuánto me odie.-dijo él seguro, aunque el hermano de la morena siempre había sido un impedimento para que ellos pudieran tener la relación de pareja que ambos tanto deseaban.

-No quiero que monte otro numerito-suspiró la morena.

-Aned… ¿Crees que si intento volver a hablar con él entrará en razón?-cuestionó él mientras cogía la mano de Aned.

-¿Razonó alguna de las otras cuatro veces Liam?

-Pues probaremos a ver si la quinta funciona.-Llegaron a casa de Aned y ésta abrió la puerta con sus llaves mientras intentaba calmar sus nervios. Entraron ambos en la casa, al parecer no había nadie, por lo que Aned respiró tranquila.

-¿Quieres algo?-le preguntó al castaño.

-Un poco de agua no estaría mal, hoy estoy cansadísimo

-Y lo dice el que ha estado sentado durante todo el partido-dijo ella irónica.

-También se puede uno cansar de estar sentado todo el rato-dijo él rascándose la nuca.

-Claro, claro…-dijo ella rodando los ojos mientras reía.

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Habían pasado ya unos días, los cuales Harry había aprovechado para conocer a Anna más a fondo, curioso por saber que tenía aquella chica que había despertado tanto en él, aquello que ni él mismo podía descifrar, eso que le parecía mágico, más que él mismo.

-¿Alguna vez te has enamorado?-preguntó el de pelo rizado de sopetón, sorprendiendo totalmente a la chica.

-¿A qué viene eso?-preguntó sin saber qué responder exactamente.

-Es por… saber- lo que se siente, eso era lo que finalizaba la frase que no se atrevió a pronunciar.

-Nunca he estado lo que es realmente enamorada la verdad… aunque bien que me gustaría saber que se siente, todo el mundo con pareja y felices a tu alrededor cuando tú te ves sola…

-Bueno quien sabe… tal vez el amor esté más cerca de lo que tú te crees- Ni si quiera sabía lo que decía, las palabras salían de su boca solas, Harry se estaba dejando llevar por lo que esa chica despertaba en él, un sentimiento que por lo desconocido seguía asustándole, demasiado.