Nunca más (Niall Horan y tu)

16. Quédate conmigo

Eran las once y media de la noche, mi madre no estaba en casa y yo me encontraba tumbada en mi cama sin poder dormir. Me senté en el borde de mi cama y aparté con mi mano el flequillo que caía sobre mi frente mientras suspiraba. Nunca me había pasado esto, siempre dormía del tirón. Me levanté de mi cama y me asomé por la ventana de mi habitación. Las ráfagas de las noches veraniegas esparcían los pocos cabellos que quedaban sueltos del mal moño que me había hecho para dormir. Lo bueno de las noches de verano de Ravens Port era que al ser un pueblo tan pequeño y sin demasiados coches la contaminación era poco más que leve, por lo que si alzabas el cuello podías ver una infinidad de estrellas en el firmamento, era simplemente precioso. Miré hacia la calle y desde donde estaba podía ver perfectamente los ojos azules de Niall mirarme desde la calle, en cuanto se percató que le estaba mirando me sonrió de esa manera tierna que empezaba a resultarme típica en su dulce rostro.

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Me puse la chaqueta fina azul marino y salí a la calle, al encuentro con Niall.

-¿Qué haces aquí a estas horas?-pregunté cuando llegué enfrente suyo y el me besó la mejilla.

-Venía a verte… lo necesitaba…-dijo él con una expresión que pude denotar por tristeza.

-¿Te pasa algo?-pregunté acariciando su mejilla.

-Mi madre se ha ido de viaje unos días, no tengo donde quedarme…

-¿Y tu padre?-él sonrió.

-Veo que no te contaron todo sobre los selchies.-yo le miré confundida.

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-Ahora tú tienes mi piel… no puedo volver al mar sin ella…-dijo cuando ambos estábamos en el sofá. Sí, mi abuela se había dejado algunas cosas…

-Si lo que quieres es volver al mar…

-No, eso significaría alejarme de ti, y no estoy dispuesto-dijo cogiendo mi mano. Podría quedarse aquí, mi madre esta semana estaba trabajando fuera, por lo que estaría sola, no pasaba nada si se quedaba aquí, así que…

-Ahora pareces ser tú la que está en el limbo…

-Quédate conmigo-solté de sopetón.

-¿Cómo?

-Aquí, en mi casa. Mi madre esta semana no está y… así ni tú ni yo estaremos solos…

-¿Enserio quieres que me quede aquí contigo?-preguntó con una sonrisa enorme en tu rostro.

-Creo que ganamos los dos. ¿No te importa dormir en el sofá?-le pregunté levantándome del susodicho.

-Por ti dormiría hasta en el suelo…-dijo mientras seguía acariciando mi mano.

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-¿¡Qué está en tu casa!?-preguntó Maica chillando mientras las demás se quedaban con la boca abierta.

-Lo solté sin pensarlo, no quiero que esté solo y tampoco quiero estarlo yo…-dije encogiéndome de hombros.

-Pero vamos si es muy romántico-dijo Aned.

-Desde luego ese chico ha logrado derribar tus muros querida ______-dijo Aran sonriente.

-Quien lo iba a decir… que en tan poco tiempo lo conseguiría… que monos-suspiró Anna.

-No tengo claro que siento por él pero… es como una… amistad especial…

-La amistad puede derivar en otras cosas-dijo Maica riendo.