Poderes Mentales

Capitulo 1

Hola, me llamo Francisca soy una chica de 16 años que vive en Nueva York, mi vida es bastante normal y también bastante aburrida, mis padres siempre repitiendo lo mismo. " Fran haz esto" "Fran haz lo otro". Mi escuela tampoco era muy fuera de lo normal, siempre bastante repetitiva, todos los días las mismas materias, etc. Un día estaba saliendo de clases junto a mis amigas, cuando una persona me llamo desde el otro lado de la acera, me resulto bastante conocida su figura así que confié y fui. (La peor decisión que pude haber tomado) Al llegar junto a la figura misteriosa, esta me abrazo y yo la abrace de vuelta, a los momentos después empecé a sentirme mareada y somnolienta, cuando ya no aguante, me desmaye. Al despertar me encontraba en un "cobertizo" con las manos atadas y la boca cubierta, la figura extraña, apareció detrás de un mostrador, pero esta vez ya no tenia la cara cubierta y pude ver que era mi enemiga de primaria Katia mi primer instinto, como era de esperar, fue tratar de escapar -Tranquilizate, no te gustaría caer en el foso- Cuando dijo esto repare en que había un foso detrás de mi, en el cual en el fondo estaba lleno de cuchillas y objetos corto punzantes, ella estaba puliendo un cuchillo tan grande como mi antebrazo, como era de esperarse yo estaba muy asustada y forcejeaba tratando de librarme sin caer al foso y morir. Me dijo que la única forma de que yo saliera viva de ese lugar era que dejara de entrometerme de cualquier forma en su vida, yo no respondí, porque no sabia como  me entrometía, entonces me explico que yo era una de las únicas capaces de cambiar el rumbo de la vida de las personas, según mi mente lo pensara, cada vez que yo pensaba en ella, cambiaba lo que le estaba pasando en ese momento. Entonces al conocer esto, recordé varios momentos de mi niñez que fueron muy extraños en su momento, pero que al saber esto cobraba sentido. Al cumplir 10 años, mis padres planeaban una fiesta sorpresa mientas yo estaba en la escuela, yo pensé mucho en esto durante el día, y lo que había comenzado como una fiesta normal, con pizza, una par de amigos y juegos bastante baratos, se convirtió en la mejor fiesta que pude haber tenido, todo lo que había  imaginado en el día se hizo realidad, un castillo para saltar, mucha comida, etc. También recordé otras ocasiones, pero lo que mas me importaba era pensar en como interfería en la vida de Katia, porque deseaba matarme, entonces recordé una vez que ella salio con un chico al que yo quería, me pase toda la noche pensando en como podría salir mal su cita. Al otro día me entere que su cita salio de lo peor, la comida era malísima, el se comporto como un verdadero animal. Al recordar esto me si cuenta que Katia ya estaba hablando mientras se acercaba a mi con el cuchillo, moviendo como si me cortara el cuello, al hacer esto una sensación fría me recorrió todo el cuerpo. Lo único que atine a decirle, para suplicar por mi vida una ultima vez, fue:

-Por favor no me mates, no tienes motivos para hacerlo, yo nunca tuve idea de lo que sucedía con mi mente-

Ella me respondió - ¡¿Que no sabes?! ¿No recuerdas todas las veces que pasaba lo que tu querías? Siempre, sin importar lo que fuera, sucedía lo que tu querías! ¿Me vas a decir que jamás te diste cuenta de eso?-

Al terminar estas palabras, vi que trotaba hacia mi, con el cuchillo en alto, planeando acabar por fin con mi vida. Cuando ya estaba a medio metro de mi, y se abalanzo para matarme con el cuchillo o en ultimo caso, empujarme al foso, noto que todo se desvanece en una nube blanca, en un segundo ya no estaba en el cobertizo, sino en una sala blanca e interminable. Veo una figura a lo lejos, un adulto un poco mas alto que yo, me decidí a acercarme a preguntarle donde estaba. Cuando me encuentro a su lado, me doy cuenta que esa figura era solo....... Una sombra, bastante confundida por lo que estaba de pie frente a mi, escucho una voz que me habla, las reconozco, son mis amigas diciéndome que despierte, hago un esfuerzo por conseguirlo y lo hago, despierto y me encuentro en la salida de mi escuela, tal y como fue un par de horas antes de mi encuentro con Katia, me fijo a la otra acera, donde se encontraba cuando pasó y me doy cuenta que no está, todo está tan cual, como si nada hubiera pasado, como si Katia no hubiera existido.