What You Hide [TERMINADA] (YKG)

XII

Advertencia: contenido explícito.

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—Levántate —obedecí con dificultad la orden de Yoongi. Mis manos seguían en su cintura y él colocó las suyas en mis brazos para sostenerme— Tocaré para ti. Vamos a saltar —no me dio tiempo a decir nada cuando se inclinó un poco, para luego dar un pequeño salto, llevándome con él casi como si voláramos.

Aterrizamos sobre nuestros pies de manera lenta, justo en el tercer piso del edificio de música. Yoongi agarró una de mis manos y me llevó con dentro del salón donde se encontraba el hermoso piano marrón de la clase de música.

—Yo... —balbucee llamando su atención— No... no puedo... no puedo más. Por favor.

Estaba suplicando y las palabras salían entrecortadas así como mi respiración errática que me esforzaba por mantener. Ya no lo soportaba más y aunque tocara esa melodía tranquilizante, yo solo quería liberarme.

—Todo esto ha sido culpa mía. —su tono serio ahora fue reemplazado por uno condescendiente y amable, su mirada baja hasta mi entrepierna haciéndome jadear al instante.

Suelta mi mano y se arrodilla frente a mí. Baja el cierre de mi pantalón y lo desabrocha, bajando mis pantalones y el bóxer hasta mis rodillas de un solo movimiento, dejando mi miembro al aire frente a él. Lo veo tragar saliva pesadamente. Quiero retroceder porque aunque desee estar con él no quiero que él lo haga por obligación... aún así,  verlo arrodillado, observando mi miembro sin pudor alguno hace que me endurezca aún más si eso era posible y muera de anticipación ante lo que creo hará. Sus manos agarraron las mías y las sostuvo a cada lado de mis muslos, impidiendo de alguna forma movimiento por mi parte.

—¿Es esto lo que quieres? —pregunta con voz ronca, varonil y profunda, alzando la vista hacia mi, sus ojos llamean con las intenciones que deseaba hiciera, trago saliva sin responder pero la manera erótica en que pregunta hace que sea mi cuerpo quien conteste, mi miembro alzándose más, casi tocando su rostro y mi piel erizándose.— Creo que te lo debo...

Y sin decir nada más, acerca por completo su rostro, dando un beso en la punta de mi miembro, mandando todos mis pensamientos a la mierda y causando escalofríos por todo mi cuerpo. De manera inesperada, lo veo abrir su pequeña boca y meterse mi miembro en toda su extensión.

Comenzó a follarse la boca con mi pene, hasta donde alcanzaba, logrando que mi cuerpo entero se sacudiera de manera violenta por las sensaciones tan nuevas y placenteras para mi cuerpo pues verle de esa forma, tan entregado por querer darme lo que le he estado pidiendo silenciosamente es demasiado para incluso procesarlo.

—Puedes correrte —susurra aun con mi pene dentro de su boca y solo eso bastó, una palabra, una orden de su parte para descargarme dentro de su boca.

Se quedó quieto, esperando a que terminara y para mi sorpresa, tragó todo sin esfuerzo. Mis piernas flaquearon, pero su fuerte agarre me mantenía en pie ¿De donde saca tanta fuerza? No se alejó hasta que mis flujos fueron totalmente tragados por él y con suavidad, rozó sus labios por toda la extensión de mi pene, sacándolo de su preciosa y suave cavidad bucal. 

Eso sin duda fue lo más increíble que he hecho en toda mi jodida vida.

Subió mi pantalón y mi bóxer colocando y arreglándolos de nuevo. Se relamió los labios, limpiando las gotas que querían salir de la comisura de estos. Estaba embelesado viendo cada acción, cada movimiento que él hacía. Como un imán mis ojos se movían para observarle.

—Ven aquí antes de que vuelvas a excitarte —agarra una de mis manos y me guía al banquillo del piano, sentándose primero y llevándome a su lado.

Comenzó entonces con esa relajante melodía que calmó todos mis pensamientos, sentidos y cualquier cosa que pudiese haber querido antes... como un sedante mi cuerpo reaccionó a tan majestuoso sonido que con maestría solo él ejecutaba.

Supe que la melodía era diferente a la otra vez y mis ojos comenzaron a cerrarse involuntariamente. Caí en su hombro pero ni siquiera le sentí inmutarse, sino que siguió tocando sin problema y mucha concentración. Entonces mis ojos al fin cedieron... estaba mental y físicamente agotado, pero con una sensación de alivio y calidez rodeando cada parte de mi sistema.

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—Jungkook despierta.

Abrí los ojos con lentitud y me enderecé, maldije al sentir mi espalda arder en el acto. Seguro por la posición en la que estaba dormido sobre el escritorio del salón. Miré a los presentes. Estaban mis padres, Jimin, Tae y los padres de estos, también la directora Lee Somin.

Busqué entre todos, pero no encontré a quién quería ver y suspiré recordando lo que pasó.

—Hijo, vamos a casa —la voz calmada de mi padre me hizo verlo.

Asentí y nos despedimos de la directora que amablemente, extraño para los chicos y yo, nos despidió con una sonrisa. 

Los días posteriores pasaron con normalidad pero nadie hablaba de lo ocurrido ese día... era como si todos lo habían olvidado pero Jimin y Tae me explicaron que mientras yo dormía, Yoongi y sus padres dieron órdenes de no hablar del tema y seguir sus vidas normal por lo que nadie hizo más que obedecer.

Pregunté por él, quería saber dónde estaba, pero al parecer solo nosotros tres sabíamos con exactitud lo que había sucedido. El miércoles llegó y esperaba verlo en la clase de música, era mi oportunidad para hablar con él, necesitaba saber de él, estar con él... pero para sorpresa de todos ya había un profesor nuevo.

Kim NamJoon se llamaba. Un alfa de alto rango en la sociedad, muy estricto pero muy bueno explicando cada cosa y detallando para más comprensión a nosotros. Aún así...

—JungKook —miré a Jimin prestándole atención luego que me sacara de mis pensamientos.

Estábamos en la hora del receso pero yo no tenía apetito. Nada me sabia bien. Realmente ansiaba verlo.Sólo eso me calmaría por completo y para qué mentir... quisiera hacer algo más o más bien continuar. Pero más que nada... quería saber de él para asegurarme que estaba bien y preguntar muchas cosas que pese a todo no tuvieron explicación. 

Algo más oculta y yo quiero saber qué es pero si se fue y no tengo la oportunidad de volver a verlo... realmente siento que moriré porque mi lobo lloriquea llamándolo y eso parece estar cortándome la respiración, siento como si cada día fuesen años y esos años me pasaran factura. Me siento desolado y mi lobo parece apagar su esencia... si mi lobo llega a morir, no sé que será de mí a partir de este momento.

—Jungkook, no puedes seguir así. Al menos ya no estás desprendiendo ese olor tan fuerte, pero los omegas se están sintiendo atraídos por cada acción tuya desde ese día que te olieron y los alfas, dueños de algunos, están realmente molestos. Debes calmarte.

No me había percatado de lo que pasaba a mi alrededor. Tan solo pensaba en Yoongi y eso causaba estragos en mi interior, anticipando algo que sabía no llegaría nunca más.

—Jimin tiene razón Kook, deja de pensar tanto y céntrate en otras cosas. Al menos ese día el piano te calmó, porque parecía que todo el alumnado y docentes te caerían encima para violarte.

No quise preguntar lo que había sucedido ese día con los demás porque eso me llevaba a mi reacción y me sentía avergonzado por no haber podido controlarme y provocar a todos a mi alrededor.

—Jeon... —giré mi rostro ante la mención de mi apellido con esa voz autoritaria.

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