Muy tarde había comprendido todo lo que perdió.
Creyó que su destinado lo esperaría, que le perdonaría, que formarían una gran familia feliz, pero no fue así, el omega no le esperó, lo perdonó, claro que lo hizo, pero solo tenían una relación de socios, como si en el pasado no hubieran sido esposos enlazados y hubieran compartido cama incontables veces.
Tarde entendió todo lo que perdió por la llamada Guerra Civil.
Se arrepentía enormemente con todo su ser; dejó al omega de su vida y escapó con su mejor amigo Bucky, otro omega, y tarde comprendió lo que eso significaba para todos, para Tony, su, en ese entonces, omega.
Escapó con la mitad de la manada. Fueron siete horribles y tortuosos años en la soledad de la selva de Wakanda.
Cuando por fin pudieron regresar, por razones que no recordaba, y llegaron a la Torre Vengadores, vieron algo que absolutamente nadie había siquiera esperado; había súper héroes nuevos y habían hecho una manada, una fuerte manada. Lo supo cuando vio al objeto de todo su amor detrás de algunos alfas que no ocultaban su amenazante mirada, en posición defensiva. Cuando Tony al fin hizo que le dejaran ir frente a ellos toda la ex-manada vio una marca de posesión reciente en su cuello y luego de una breve presentación vieron llegar a un estúpido sujeto con una capa de circo roja, dueño del olor y marca que ahora poseía el omega líder.
Tarde entendió que lo perdió y no lo recuperaría. Tarde entendieron todos que aún fueran aceptados en aquella manada nunca nadie tendría posiciones de dominio o podrían vagar libremente sin miradas incómodas y malintencionadas en sus personas. Lo sabían, joder, pero cómo dolía.
Lo que terminó de romper su corazón fue ver, junto a su equipo luego de algunos meses, como por la puerta había entrado Tony cargando a un pequeño niño castaño que en cuanto vio a su otro padre se bajó de los brazos de su madre para correr hacía el ahora conocido Hechicero Supremo ó Doctor Strange gritando "Papi" mientras recibía halagos y cariños por donde pasaba y siendo recibido amorosamente por el alfa de capa. Todo bajo la feliz y afectuosa mirada castaña.
Tarde enserio comprendió todo lo que perdió, y no le quedó de otra mas que sonreír y aceptar, aún quemara por dentro, aunque no lo quisiera, porque eso fue lo que ganó.
Había sido tonto pensar o imaginar que el omega le esperaría. Realmente tonto y estúpido, y ahora se arrepentía.
FIN