Un nuevo moretón se situaba en el rostro de Sasha aquel 4 de julio. Sus lágrimas picaban en sus ojos mientras le contaba que había pasado a Bleu, después de haberse negado entrar en detalles con los demás.
El miedo reinaba cada parte del cuerpo de Sasha, el miedo de que todo salga mal, el miedo de llegar a casa y tener que enfrentar a quien se encontraba allí, el miedo de que algún día tendrá que enfrontarse a aquella persona. Sasha era vulnerable delante de Bleu, sintiendo que ella la protegía y entendía, con Enzo se sintió de la misma forma pero no quería causarle preocupación. El error de Sasha fue confiar en alguien que ha matado a sus hijos para protegerlos del monstruo del cual tanto temían.
La maldad no existía en Bleu. Era una alma pura, totalmente destrozada pero siempre poniendo a los demás primeros que ella. No le importaba que iba a suceder con ella, solo quería ayudar a quienes no merecían el dolor. En este caso solo pensó en Sasha y no en las consecuencias.
Por un momento pensó en Enzo, esperanzada ignoró el hecho que estaría roto, pensando que se repondría con el tiempo; otro error de Bleu. Enzo jamás volverá a ser el mismo.
Pensó en California, la dulce e inocente California. Supo que la vería cada día sentada en el mismo banco de siempre, tomando de su café helado y el sol. Sasha decía que le gustaba tomar el sol, era su momento para estar sola. Bleu estaba segura de que California la vería y sabía que le dolería los primeros días pero con el tiemo lo tomará como una visita diaria; error número tres de Bleu.
Pensó en Kilian, arriesgándose volvió a ignorar el hecho de que posiblemente su comportamiento infantil vuelva peor que como antes lo erá; Bleu no se equivocó en este pensamiento.
Pensó en Zenda y solo respiró de tan solo imaginar el descontrol que ella podrá tener al enterarse, pero sabe muy bien que Enzo podrá calmarla y controlar todo; Bleu volvió a equivocarse.
Escuchaba atentamente las palabras que Sasha les dirigía. Miraba su rostro herido y las ganas de protegerla crecieron. Bleu llegó a la conclusión de lo que era necesario, su plan que tiene tiempo listo, hoy se llevará a cabo.
-¿Crees que podamos ver los fuegos artificiales más tarde? -la pregunta de Sasha tenía un poco de vida, pero Bleu entendió; una luz necesita más luz para seguir iluminando.
Bleu asintió con una sonrisa
-Disfruta los fuegos artificiales, mañana no volverás a casa - Sasha no entendió el verdadero mensaje que Bleu quiso transmitirle y solamente sonrió.
-Vayamos a un lugar alto, para que los veas mejor -toma su mano y camina por la acera.
El veneno se encontraba listo en sus bolsillos, siendo una pócima para sanar almas. Tenía memorizado cada paso: En primer lugar, invertir el veneno en una bebida. El segundo paso era tomarlo, el tercero acostarse y el cuarto limpiar el alma y cantarle una canción de cuna para un sueño perfecto y profundo.
Llegaron a una casa que se encontraba por un bosque, treparon uno de los árboles y tomaron asiento en una de las ramas.
Sasha siguió contándole lo ocurrido y cada maltrato que recibió en la madrugada. Bleu era la única persona en saber esto, Sasha tenía miedo de hacer la denuncia, tenía miedo de que cometiera un error y la matará.
El estruendo de los fuegos artificiales llamó la atancion de ambas. Miraron al cielo y en cuento vio los primeros rayos de colores, Sasha sonrió. Los multicolores iluminaban su rostro, Bleu vió la felicidad en sus ojos por tan solo unos segundos, siendo opacado por la tristeza inagotable.
Bleu tomó un frasco y bebe del líquido que contiene. Toma unas gotas de veneno y las introduce en el líquido, le ofrece a Sasha y está asiente. Toma del frasco y mira a Bleu. Le estaba regalando una ultima sonrisa sin ni siquiera saberlo.
Aquella sonrisa Enzo pudo sentirla. Sintió el dolor que transmitía, Enzo no supo cómo tomarlo así que solo la guardó en su corazón, sin saber que sería lo último que recibiría de Sasha.
Bleu solo esperaba por los minutos y cargó a Sasha entre sus brazos, la mirada de Sasha estaba perdida entre los fuegos artifiacles, murmurando por una última vez:
"Algun día seré libre como ellos"
Lo que Sasha no sabía es que en realidad era una luciérnaga, que con su pequeña luz podía iluminar los escombros más profundos en la oscuridad. Iluminaba cada rincón de las almas perdidas y te hacía volver a sentir la esperanzas que se desvanecieron a través del tiempo.
En sus últimos minutos, Bleu mece suavemente el cuerpo de Sasha y le canta una canción lenta al oído. Los ojos de Sasha se cierran lentamente y murmura: "¿Seré una estrella?"
Bleu seca las lágrimas que caen por las mejillas de Sasha y sonríe. Besa su frente al terminar la canción
-La más brillantes de todas, Sashs. Descansa...
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AVISO MUY IMPORTANTEEste libro está hecho sin ninguna intención de que el TID (Trastorno de Identidad Disociativa) sea mal interpretado en ningún sentido. Escribir de este trastorno y un asesinato es MUY DELICADO e hice todo mi esfuerzo en que se deje claro que una persona con este trastorno no tiene un alter malo o sean asesinos.
Les invito a investigar más de este trastorno, existen varios canales de YouTube de personas/sistemas que tienen este trastornos donde explican a más profundidad. Pueden buscar a:
-Long Soul System (es en español)
-Dissociadid (en inglés con videos subtitulados)
-Multiplicity and Me (en inglés)Gracias por leer el libro✨💕
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La Canción del Asesino
Historia CortaSINOPSIS La mirada borrosa de Sasha observaba con miedo a quien se encontraba sostiniendo su cuerpo sin fuerzas. En sus oídos una voz melodiosa cantaba mientras su cuerpo era mecido, el sudor resbalaba por su frente y sus manos temblaban sin contro...