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Haru pasó por alto lo sucedido, no creía en nada de que lo que dijo aquella cosa negra. Dió un suspiro fatigada por el extraño y pesado día de hoy. Dió la vuelta dando sus primeros pasos de regreso a la aldea. Miraba con atención los numerosos locales de comida, ropa entre otras cosas. Paseaba sin temor a ser regañada por su hermano si se lo topará por allí, no había probabilidades, él estaba en casa seguramente apostando aún. Era mejor estar afuera que tener que verlos apostar.
—¿Que estás haciendo aquí, Haru? —repentinamente la voz ronca de Madara apareció a su frente.
—¡¿Madara?! ¡¿Que estás haciendo aquí?! —exclamó sin esperar su presencia, la tomó por sorpresa.
—La apuesta terminó al igual que la fiesta. —contestó neutro—. Todos regresaron a sus casas, yo también iba de regreso y Tobirama está histérico de que no estás en la casa. ¿Y tú qué haces aquí?
—Fuí a comprar unas cosas. —respondió en seguida con una falsa sonrisa para que no se notará que estaba mintiendo.
—Mientes. —No era sencillo mentirle a Madara y Haru lo sabía.
—¿Y como salió la apuesta? —intentó cambiar de tema con otra pregunta pero solo empeoró las cosas.
—Gané la apuesta. Ahora saldrás conmigo.
Literalmente todo se rompió en Haru, como si un cristal fuera golpeando hasta romperse en miles de pequeños pedazos. Su cuerpo de tensó y los nervios se hicieron presentes, no podía negar que sentía felicidad pues le gustaba Madara pero no era capaz de mostrarlo ante un hombre que rara vez muestra emociones o alguna expresión, tenía que ocultarlo. En un intento desesperado por escapar del lugar dió un gran salto por los tejados de las casas.
—¡Maldición! ¡Tengo que escapar e irme lo más lejos, no seré capaz de resistir la vergüenza! —Su cara ardía en calor, con solo imaginar lo hermoso que sería salir con Madara le daba pena y felicidad.
—Te tengo. —demandó Madara apareciendo repentinamente a su frente, la tomó de la cintura, llevándola en contra de su voluntad hasta su casa en el interior del distrito Uchiha.
Sentada sobre el tatami de la gran residencia del Uchiha, Haría no se movía de su lugar. De reojo miraba con atención las cosas que tenía, no era muy llamativo pero tampoco era apagado, muebles rústicos como de cualquier otra casa japonesa. Algunos cuadros antiguos, armas, entre otras cosas. Mientras su curiosidad veía atentamente casa rincón de la sala, Madara la miraba fijamente sentado igual sobre un tatami admirando de pies a cabeza su presencia.
—No me gusta este silencio. Que te parece si hablamos de mis necesidades. —opinó el Uchiha para intentar entablar una conversación.
—Algo me dice que esto terminará mal. —pensó con leves sospechas entrecerrando los parpados—. Te escucho...
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El silencio de un secreto | Uchiha Madara
Fanfiction❝Lo que parecía ser un simple plan se convirtió en algo trágico que dió la vuelta entera a la historia que pudo haber terminado en un final feliz.❞ Senju Haru hermanastra de Hashirama y Tobirama se ve amenazada por un enemigo que no sería fácil de d...