➵ Capítulo único...

287 35 9
                                    

Sintió la fría brisa chocando contra su delicada piel mientras los brazos del contrario lo rodeaban por detrás. Se sobresaltó pues estaba tan sumido en sus pensamientos que ignoró que alguien más pudiera llegar a aparecer en ese lugar. No lo esperaba, pero debió. Seokjin era el único que sabía de ese lugar. Después de todo, era de ambos.

Suspiró lentamente y cerró sus ojos en busca de algo de paz interior, si es que existía algo aún en él. Eso era lo que buscaba y anhelaba todas las noches entre sus lágrimas, las cuales caían sin cesar hasta que caía rendido ante el sueño. Conseguir convivir con sus pensamientos era su único objetivo.

Tal vez seguir emborrachándose no iba a funcionar más para él. Para olvidar debía buscar una forma permanente, no momentánea. El alcohol ya era un enigma a esta altura. Las últimas veces que lo había consumido solo le habían causado más sufrimiento y llanto del que solía acostumbrar.

Logró recordar cortos fragmentos de la última ocasión en la que el alcohol le jugó una mala pasada, lo cual provocó que inconscientemente arrugara su pequeña nariz y frunciera el ceño.

–Hey–Frotó su fría nariz contra el cuello del pelinegro y una intensa corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo, erizándole la piel y haciéndole abrir sus pequeños ojos castaños–¿Qué haces, Yoonie?

–Observo...–Abrió sus ojos y dirigió su mirada hacia arriba, cegándose momentáneamente al ver el cielo.

–¿Qué observas?–Le interrogó, curioso.

Seokjin ya estaba acostumbrado al silencio de Yoongi, no obstante esta vez era diferente. Lo percibía distinto. Su actitud le hacía estremecer y la preocupación empezaba a ser cada vez más ingente en su interior.

Cuando pasas mucho tiempo con una persona tienden a tener conductas y/o pensamientos similares, y también puedes saber los estados de ánimo del otro. No sabía qué tenía pero podía notarlo. Algo en el aire, algo en su postura, algo en la constante forma de omitir sus preguntas... algo estaba perturbando la normalidad. Algo estaba nublando la estrecha relación de confianza que tenían ambos.

–Al mundo, al cielo–Se calló unos segundos para pensar una respuesta más precisa–La verdad, todo.

–¿Cómo?–Una leve sonrisa apareció en su rostro–Tú necesitas lentes para ver de lejos. Y, si mal no recuerdo, los extraviaste la semana pasada.

–No tengo mis anteojos puestos–Relamió sus labios–Pero suelo venir aquí todos los días. Solo lo memoricé. Siempre es lo mismo después de todo, ¿no?

–Pues sí, creo nada ha cambiado desde que descubrimos este lugar. Supongo–Seokjin dejó de abrazarlo y, se percató de un color extraño en el cuello de su amigo. Con detención examinó silenciosamente las marcas rojas en él, las cuales se asemejaban a rasguños de animal–¿Yoonie?

–¿Sí?–Al momento de decir eso, sintió la mano del mayor en su antebrazo.

–Te sucede algo ¿no?

El silencio es la mejor respuesta que le podía dar en ese momento. Realmente odiaba que se interesara por él, por cómo se sentía. Odiaba que él fuera tan él, porque eso lo hacía sentirse peor al tratarlo indiferente. Y le duele mucho intentar separar las cosas, no sabe ni siquiera si va a funcionar...

–Vamos–Sonrió inconscientemente, como solía hacerlo. Como si la felicidad fuera genuina. Y aunque Yoongi no le veía su cara, supo que lo hacía porque lo memorizó de la misma forma que memorizó al mundo–Mírame, por favor.

El pelinegro titubeó, pero ¿de qué servía seguir ocultándolo? Se armó de valor y se giró rápidamente.

Los ojos del rubio se encontraban fijos y estupefactos en los del contrario, pero trató de calmarse para mostrarse fuerte ante su amigo.

El ojo del menor se encontraba tumefacto y de un color azul-violeta, mientras que su frente tenía un raspón que no se veía para nada  limpio. Podría incluso contraer una infección si es que no lo limpiaba adecuadamente.

–¿Qué te sucedió en el ojo? ¿Por eso no fuiste al taller de artes hoy?–El tono de enfado se podía percibir, aumentando progresivamente la tensión del momento.

El pelinegro suspiró. Las interrogantes eran muchas y tenían respuestas muy simples, pero ¿a caso él podría soportar la verdad? No. Jamás podría decirle que peleó con su hermano al confesarle que le gustaba un hombre. No. Jamás podría decirle que es homosexual. No porque Seokjin fuera homofóbico, sino porque le preguntaría cómo lo descubrió, y esa era una respuesta que no le podía dar.

¿Cómo le dices a tu amigo, a la única persona que es capaz de escuchar cada mierda que sale de tu boca, cada pensamiento inmaduro que tienes o teorías sobre cuál es el sentido que tiene la vida, que gustas del él? No puedes.

–Perdona, Yoonnie, no debería abrumarte de esta forma–Bajó la cabeza, apenado por su comportamiento impulsivo–Solo dime... ¿Estás bien?

–Estoy bien, hyung...–Tomó su mano, incitándolo a que tomara asiento frente a él–No tienes que preocuparte ¿sí? ¿Recuerdas el estante de mi habitación que estaba a punto de caerse? Bueno, ya sabes... Intenté arreglarlo y se me cayó encima–Rió con incomodidad–Pero estoy bien...

No le creyó. Sonaba como si lo hubiera ensayado, como si fuera alguien sin sentimientos. Faltaba su tono característico, ese tono que tenía el menor el cual hacía que todo sonara tan melodioso en su cabeza. Entendía que él era una persona muy reservada e iba a respetar su privacidad. Si el no quería contarle, debía tener un motivo y confiaba en que cuando llegara el momento le diría. Pero ¿se lo diría algún día? Seokjin sabía que su amigo estaba muy dolido por dentro. Porque aunque el pelinegro lo tuviera todo, se sentía tan vacío y sin propósito por dentro. Tan vacío que ya ni siquiera podía ocultar la tristeza que lo carcomía por dentro.

–¿No duele?–Colocó una mano en su frente y otra en su barbilla en un intento de acercar la cara del menor para ver observar más de cerca la gravedad de su herida.

–No... Estoy bien–Lo alejó cuidadosamente–No está tan profunda.

–Bueno... pero ahora vamos a mi casa. Te voy a curar esa herida de forma adecuada, ¿sí? Y luego iremos a comer algo calentito. Dios... ni siquiera entiendo cómo puedes estar vestido con tan poca ropa en pleno invierno.

El más bajo no respondió pero se levantó del césped y siguió a su mayor a paso silencioso.

Y en realidad no le dolía la herida... no le dolía que su propio hermano lo haya rechazado al intentar confiarle algo de suma importancia para él... porque llegó al límite del dolor y ya nada dolía más que ser solo su amigo. Y ese era su problema, pero él nunca se podría dar cuenta de dónde provenía tanta tristeza y dolor.

Nada le podía doler más que ser solo su amigo...

———

Holaa! Volví y con JinSu 💞

Solo quería decirles que el año pasado tuve bastantes problemas para escribir ya que aparte de mis clases normales tuve que tomar clases extra + era mi ultimo año de colegio y con eso las actividades consumieron todo mi tiempo dejándome con suerte tiempo para respirar. Ahora estoy de vacaciones desde Enero y recién llegó la inspiración KNEKW

Espero de corazón que les haya gustado, tenía una parte escrita desde hace mucho tiempo así que si está un poco inconexo les pido disculpa de antemano, trataré de arreglarlo ❤️

Gracias por leer ¡!

❀It hurts so badly...❀| JinSu [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora