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Jimin se encontraba en su habitación probándose diversos atuendos. Esta noche sería el estúpido baile de invierno que sus padres organizan cada año, ese baile que tanto odia.

Sus padres organizaban ese evento solo para que buscara una buena pareja. El problema era que él ya lo estaba haciendo por su cuenta. No necesitaba que sus padres le recordaran que era su deber casarse para poder heredar el trono.

Pero Jimin era un soñador, un amante del romanticismo, y estaba dispuesto a encontrar a un hombre que cumpliera sus expectativas. Aún si tenía que esperar años para encontrarlo o si tenía que buscar por cada rincón del mundo, él estaba dispuesto a arriesgarlo todo para ser feliz con su alma gemela.

Volteó a ver el reloj de su habitación. El baile estaba a punto de comenzar y él seguía buscando un atuendo que combinara con su hermosa máscara roja y su cabello plateado. Definitivamente esto no combina. Se dijo a si mismo mientras cambiaba las prendas que tenía en su mano por una elegante camisa blanca, un pantalón negro y una elegante gabardina roja.

Era un atuendo sencillo, pero le gustó y no tenía demasiado tiempo para bajar al salón antes de que sus padres lo regañaran, así que decidió usarlo.

Bajo las escaleras seguido de su hermano mayor Hoseok mientras observaba el entorno. Había una gran pista de baile y algunas mesas a los alrededores donde podías agarrar bocadillos. Igualmente pudo observar a unos cuantos sirvientes del castillo ofreciendo bebidas a los invitados que ya estaban presentes.

En cuanto los presentes voltearon a verlos a ambos, Jimin supo que sería una noche aburrida. Siempre incitaban a las mismas personas: los habitantes del pueblo y algún rey de naciones vecinas que era cercano a sus padres. Nunca entendió porque no invitaban a diferentes personas si nunca se interesó en alguno de ellos.

Sin embargo igualmente puso una sonrisa en su rostro, después de todo, siempre le dijeron que la educación va primero.

Continuó su camino mientras toda esa gente atosigaba a Hoseok con preguntas, después de todo era quien todos pensaban que heredaría la corona, eso sin saber que el príncipe ya la había rechazado y, por consecuencia, el deber de guiar al reino caía sobre los hombros de Jimin.

Él nunca le tomó importancia, después de todo él definitivamente quería volverse rey, pero tenía que buscar a alguien que lo acompañara en su reinado antes de hacerlo.

Una de las ventajas que él tenía por ser el menor y que sus padres nunca lo presentaron oficialmente en el reino, es que muchos del pueblo no lo conocían o no sabían que él era un príncipe. A los ojos de muchos, Hoseok siempre fue hijo único.

Atravesó la pista de baile para llegar a la entrada del salón. En definitiva no quería estar ahí. Se quedó parado mientras veía a más invitados llegar, de entre los cuales reconoció a muchos aún con la máscara puesta.

Sus padres pensaban que era ridículo que el baile se llevará a cabo con las caras de todos cubiertas, ya que así "nunca podría ver a alguien que le atrajese", pero Jimin no pensaba lo mismo. Él no quería que se le acercaran por ser "el príncipe de la nación", él quería que se acercaran por el simple hecho de ser él. Aparte de que sentía que, si es que llegaba a encontrar a su otra mitad en uno de estos bailes, el momento se volvería más sincero si ninguno conocía el rostro del otro.

Mientras observaba a la gente, un chico enmascarado llamó su atención. Tenía el cabello negro y una gran máscara azul cubría la parte superior de su rostro. Vestía un elegante traje azul marino con detalles dorados que lo hacían lucir perteneciente a la clase alta, más no parecía ser un rey o un príncipe debido a que iba solo y no parecía conocer a nadie.

Masked Dance || KTH + PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora