Capítulo 23. Circus [3/3]

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—¿Qué dijiste? —.





—No te cambies de habitación. Quédate conmigo —dejé de apretar la clavija de nuestra puerta para soltar todo el aire que me fue posible. Negué al mismo tiempo que parpadeaba y en el fondo seguí escuchando los insitentes llamados de Sehun. Aún cuando el cambio de oración fue tan drástico me permití avanzar hasta él. Hyukjae de pie en medio de la recepción me parecía un ser tan incomprensible. Lejano como aquellas esculturas desnudas que con sólo inclinar el cuerpo permitían una experiencia estética desnivelada, fuera del confort, pero sumamente placentera.




—¿Estás seguro de lo que dices? —entonces el sonido de mi celular se propagó sobre la sala. Mi amigo podía ser tan irritante cuando se lo proponía.




—Bastante seguro —buscó una de mis manos para entrelazarla. Esta noche Hyuk y yo teníamos muchas "primeras veces". Tal vez era posible que llegaramos muy lejos si continuabamos de esta forma. No al extremo de una relación, pues sé demasiado bien la línea que nos separa a ambos. Pero por lo menos a una convivencia más liviana que permitiera una bella amistad.




La amistad de mi esposo.




Qué incómodo llamarle así.




—Ya lo mencionaste tú. Hemos progresado tan bien que provocar el quiebre de la forma en la que vivimos estos días sería retroceder. Puedes verlo como una pijamada con un amigo. Uno que todas las noches soporta tus golpes mientras duermes —.




—Mis... ¡Oh por dios! —me cubrí la boca con ambas manos. Un sudor helado me llegó hasta los pies y volvió a la cabeza—. ¿Pero por qué nunca me dijiste nada! —.




—No creo que eso ayude a que dejes de boxear en la cama —Hyukjae me sonrió antes de esquivarme para abrir la puerta. Al escuchar a Sehun diciendo mi nombre me llegó un aroma intenso en la casa. 




—¡Nuestra comida! —exclamé corriendo hasta la cocina. La carne también murió. ¿Quién es el tonto ahora, Lee Hyukjae?




Al volver luego de apagar aquel desastre y que el humo de la carne se fuera llegué a la sala tras escuchar la voz de Sehun. Sin embargo, no era Hyuk quien le hacía compañía. Él no estaba. Pero en su lugar vi a una chica de, debo decirlo, bárbaras proporciones que acariciaba el cabello de mi mejor amigo como si en él pudiera desenredar los misterios del mundo.




—Oh... —apenas alcanzó a decir ella pues Sehun se levantó para atraparme con los brazos.




—Hey... —sonreí al contar el tercer beso que dejó sobre mi mejilla.




—Creí que ese idiota te estaba haciendo daño —.




—¿A dónde fue? —.




—No tengo idea. Sólo se subió —me incliné para tener a Sehun fuera de la vista y encontrarme con la atractiva chica en frente.




—Hola... —sonreí agitando mi mano. Me parecía demasiado dulce. Aunque llamó mi atención que sobre sus hombros llevara la chaqueta de Hun.




—Cierto, no los he presentado. Hae, ella es Lee Ji-Eun. Somos amigos desde preescolar. Sólo que tenía tiempo que no nos reuníamos —.




—Estuve mucho tiempo fuera de Corea —intervino ella estirando su mano en mi dirección. La estreché en cuanto pude estar más cerca. Vaya, era increíblemente bella.




Matemos a cupido [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora