Leer la nota de al final ¡gracias por leer!
Al día siguiente, me levanté perezosamente de la cama y me metí al baño, cuando de repente, tres mensajes de texto aparecieron en la pantalla de mi celular:
“Recuerda, tenemos que juntarnos”
“Tu amiga Astrid me asusta ¿Por qué tiene mi número?”
“Enserio, podemos ir a Starbucks esta tarde”
Suspiré y dejé el teléfono en el lavabo, hice mis necesidades y me lavé la cara, salí del baño tratando de no lucir tan fantasmal y empecé a tender la cama, en eso mi celular sonó nuevamente, pero ahora, anunciando una llamada entrante:
-Hola As- respondí y me coloqué el teléfono en la oreja para sostenerlo con el hombro, extendí el edredón.
-Hola Gene, alguien me contó que ayer viste nuevamente a Augusto- rio y acomodé las almohadas.
-Sinceramente, yo no esperaba verlo nuevamente- resoplé y me senté en la cama.
-No seas así ¿en dónde lo viste?
-Estaba barriendo el porche y de repente escuché su irritante voz.
-¿Eso quiere decir que él sabe dónde vives?- pude imaginarme su boca casi tocando el piso.
-Desafortunadamente, sí- escuché un gritito al otro lado de la línea.
-Deberías sentirte bien por ello, Gene.
-Tu sí, yo no.
-Oh ¡vamos!
-No, tranquilízate, por Dios.
-Bah, da igual- escuché que abrían un clóset- tengo que irme, a diferencia de ti, a las once de la mañana tengo cosas que hacer.
-Bien- reí- nos vemos.
-Chao
Finalmente, la línea se cortó y volví a mis actividades mañaneras.
Augusto PDV
Había quedado con Genevieve para hacer el trabajo de inglés en el Starbucks más cercano. Esperé fuera de su porche unos minutos antes de que la chica saliera, vestía un suéter que le llegaba a sus muslos color azul marino con rayas blancas, jeans negros y vans negros, algo parecido a mí sólo que yo tenía una camiseta negra con un estampado de Hot Chelle Rae. Caminamos un poco en silencio, un silencio bastante incómodo, y finalmente llegamos al destino elegido.
Genevieve PDV
Observé nuevamente el lugar: calientito, vintage y agradable. Me acerqué a una mesa al lado de una ventana y bajé la pequeña bolsa de mi hombro, bufé y coloqué mis manos en la barbilla, recargándome en la mesa. Augusto llegó tiempo después con dos bebidas frías, vaya chico, y me entregó una.
-Gracias- dije y le arranqué de las manos el vaso.
-Bueno, pensé que no te gustaban los cafés fríos con éste clima- respondió y se colocó frente a mí.
-Pues pensaste mal, querido.
Comenzamos a trabajar en su computadora y nos apoyamos de algunos libros que entre él y yo habíamos traído. Paramos después de dos horas y media de estar en contacto con nuestras cabezas y la poca inteligencia que teníamos, especificándome, en el idioma.
-Bien, al parecer vamos en buen camino- sonrió y se recargó en su asiento.
-Oh, tú irás bien- respondí e hice lo mismo.
-Quizá, pero de igual manera no hubiera sido lo mismo con mis amigos- sonrió de nuevo- que son unos completos ‘cabezotas’.
Recordé que les había puesto ese apodo cuando apenas habíamos entrado a la preparatoria y que Astrid se encargó de divulgarlo con los demás.
-Esto lo estás haciendo por la situación ¿no?- ahora yo sonreí- no creí que fueras tan agradable, Vega.
-Muchos piensan eso- levantó su vaso ya vacío y levantó su labio inferior.
-¿Y eso que quiere decir?
-Que piensan cosas de mí que no son ciertas
Nos quedamos en un incómodo silencio.
-Creo que ya es hora de irnos, tengo cosas que hacer- dije y me levanté de mi asiento.
-Claro, lo siento- guardó su computadora en la mochila y me pasó mis cosas para guardarlas en mi bolsa.
-Gracias- me coloqué la bolsa sobre el hombro- nos vemos, Augusto.
-Hasta luego, Gene.
-Genevieve para ti, grandulón.
Llegué a mi casa y lo primero que hice fue llamar a mi mejor amiga.
-Okay Geni- fue lo primero que contestó después de tres largos timbrazos- necesito saber cómo estuvo tu día.
-Bien, como todos los sábados- sonreí y me arrojé al sillón.
-Ajá, claro.
-¿Por qué el sarcasmo?- pregunté y me senté en posición mariposa.
-Estuviste con Augusto- estaba apunto de responder cuando se me adelantó- y no te atrevas a mentirme.
-Puede ser ¿Cómo lo supiste?
-No fue difícil- rio- Gus lo publicó en Facebook.
¡¿Qué él hizo que?!
-Vaya pedazo de inútil- contesté molesta- necesito asimilarlo- dramaticé.
-Claro, Gene, por supuesto.
-¿Tienes algo que hacer hoy por la noche?
-No- pude sentir que sonreía- ¿Qué tipo de películas, tonta?
-De acción, porfavor- contesté- ¿a qué hora llegas?
-Dentro de una hora, chao.
-Bye bye.
Dentro de lo que cabe decir, tengo a la mejor amiga de todas.
PDVI
Genevieve y Astrid compartieron una noche de películas en la casa de la chica de cabellos azules, mientras que Augusto con suerte podía terminar de acomodar su muy desastrosa habitación. Ninguno de los dos sabía que esa pequeña visita al Starbucks podía iniciar toda una aventura.
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Después de tener un largo bloqueo mental ¡aquí está el tan venerado capítulo! :aleluya:
Les prometo que no fue intención mía no seguirla hasta el día de hoy, pero me dí cuenta que ésta novela tiene una gran historia por delante ¡así que aquí está!
Mis ideas no son predecibles, enserio, no tengo nada pensado todavía para el final, pero sí para los siguientes capítulos. Este capítulo en especial se lo quiero dedicar a una de mis amigas que durante un rato me estuvo insistiendo en seguirla.
Los/as quiere, Kels.
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Un día sin ti es simplemente injusto
Roman pour AdolescentsConozcan a Genevieve Valdez, una chica normal con gustos comunes. También a Augusto Vega, el típico muchacho popular en la preparatoria privada a la que asiste Genevieve. ¿Nombres poco conocidos? Sí, esa cualidad era única en ambos... cualquiera qu...