31. FLORES

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La escuela para Leah no era mierda después de un tiempo, pero seguía hallándole ciertos fallos que le disgustaba demasiado en su forma de organización; aunque, bueno, era una escuela católica, ¿no? Era lo que se ganaba por entrar ahí.

—He hablado con la directora sobre el dibujo de Mariana. —Avisó la maestra de ética. Unos días antes, la misma maestra encargó a todos hacer un trabajo con el que representaban cualquier valor; la amiga de la castaña terminó escogiendo el amor y lo representó en una pareja gay— No me fue permitido el colgarlo. La religión, ya saben. Estamos en un plantel religioso.

Leah, molesta porque Mariana no podría exponer su hermoso dibujo, se quejó con la maestra al instante. Tal parece que llevar cabello corto y defender a la comunidad LGBT+ ya te hace lesbiana, gay o bisexual; eso no le molestaba a ella porque era verdad en su caso, pero le molestaban las ideas de las personas así.

—Sin embargo, a nuestros padres no les dijeron eso en la primera junta, ¿o no? Habían dicho algo como: "Somos una escuela que se apega a la religión, pero no basa sus enseñanzas en la misma." —Dijo en ese momento— Además, no mames —a los profesores no parecía molestar que hablaran con palabrotas, pero sí sobre eso—, ¿ponen dibujos sacados de Internet y no el de Mariana, que ella misma hizo con su imaginación? El dibujo de Abril e Irany es el mismo e incluso parece que dibujaron a un hombre de espaldas, en vez de a una mujer; y el de Ana es igual a millones que pueden encontrar en Google al poner "Dibujo de mujer fuerte." Uy, sí. "Cuidado con la Moisés porque es la peor escuela" y están haciendo exactamente lo mismo. —Masculló al final. Siempre pintaban a su ex secundaria como la peor por ser estrictos, cuando todas eran peores.

—No es decisión mía. Lo pondría sin dudarlo. —La profesora le calmó, alzando los hombros antes de dar un discurso de cómo ella sabía sobre la comunidad. Parecía querer quedar bien, pero bueno.

Volviendo a casa, Leah le había contado todo a Amy, molestándole también por la actitud de la escuela. En definitiva no era un lugar apto para la salud mental de la joven chica.

Claramente no todo era malo... O, al menos fuera de la institución, no era así. Ambas muchachas podían hablar apenas llegar a sus hogares de cómo les fue, sobre la cantidad de tarea que tenían, las estupideces que hacían sus amigos o lo aburridas que eran algunas materias a causa de cómo las enseñaban los profesores. Mientras la azabache a veces se quejaba del exceso de tarea y lo estrictos que eran con ella, la otra quería que su escuela dejase de ser tan intolerante y flexible con los brabucones.

—Bah. Si los de tu escuela se juntaran con la mía, los míos se los madrean sin dudarlo por creerse tanto —dijo en una llamada Amy, riendo.

—No sería mala idea. ¡Que lo hagan, por favor!

Entre comentarios cada vez más fuera del tema, cambiándolo consecutivamente, un silencio reinó durante esa noche entre ambas conexiones. Estaban en el punto en el que deseaban dormir ya, pero no podían.

—Hyung... —Susurró.

—¿Uh?

—Sé que no es la forma en la que te lo esperabas... Pero, ¿quieres ser mi novia? —La pregunta hizo sonreír a la adormilada Leah y provocando que respondiera con un sí al instante. No había adquirido tal cual ese título aún hasta esa noche—. Te juro que después lo haré mejor. Te lo pediré más bonito.

"Oh, tal vez, lo haga yo..." Pensó la otra con una sonrisita en el rostro. Eran muchas las veces en las que Amy era quien tomaba la iniciativa y, quizá, era momento de que Leah lo hiciera.

Fue entonces que, durante un recreo, la joven comenzó a planificar mentalmente la forma en la cual podría hacerlo; quería que fuese algo lindo y especial para su pequeña, algo memorable. Recordaba que un día le prometió que le regalaría unos lirios por su significado: pureza y amor.

—Güey, es que solo ve a preguntar. Todos piensan que los IPhone son los mejores teléfonos, pero no es así —Jesús, un compañero suyo, le sacó de sus pensamientos cuando se comenzó a quejar en una charla que tenía con el resto de sus compañeros.

Sin hacerles mucho caso al chico y a sus amigos, mandó un mensaje a Fanny explicándole la situación, ella aceptó al instante. A sí pues, la joven terminó comprando por ella las lindas flores mientras que Leah le escribía un relato de Dominick y Evan que describiría también cómo se confesaría pero, claro, esto sin que ella lo supiera.

Cuando llegó el día y la hora de la confesión, las tres se juntaron en el cine junto a otra amiga y, como de costumbre, Leah y Amy se juntaron un rato antes para pasar tiempo juntas, claro que la segunda no sabía de la presencia de Fanny y que le estaba ayudando en tal acto.

Fue entonces que, una vez sentada, la mayor le entregó el relato a su Ratoncito mientras que esta también le entregaba un par de regalos: un lindo gatito calicó de peluche y un pequeño frasco con una larga cinta llena de dibujos que iban representados fragmentos de una de sus canciones: Umbrella.

—Son preciosos. —Susurró la joven, apretando con fuerza al peluche. Amaba los regalos así de especiales.

—Tú te mamaste con esto. —Se quejó, nerviosa, su futura novia oficial— ¿Puedo leerlo en casa? Ándale.

—No, no. Léelo aquí, ¿de acuerdo? Yo iré al baño, no te preocupes —Leah despeinó su cabello y se marchó a la parte trasera del cine, donde se encontraba Fanny con el teléfono en una mano y el ramo en la otra; no formaba parte del plan pero ella terminó grabando todo.

"Ojalá le gusten." Pensó con todas sus fuerzas tras tocar el hombro de Amy y regalarle una sonrisa nerviosa. El relato terminaba con una pequeña dedicatoria donde le decía si quería ser su novia y, al parecer, llegó justo a tiempo.

—Ay, ¡tonta! No mames —rió ella, quedándose sorprendida en su asiento. Tal vez no se lo esperaba.

—¿Quieres ser mi novia? —Leah murmuró.

—Se supone que yo lo pediría, ¡ah! Qué pena. —Lloriqueando como una niña berrinchuda, recibió un suave beso sobre su frente—. Sí, quiero ser tu novia.

Sí, definitivamente no fue la mejor confesión del mundo, pero para ambas había sido tan especial que nunca lo olvidarían. Aquel día se había confirmado su relación y, por fin, podrían presentarse como novias frente a sus amigos más cercanos; no importaba lo que el resto dijera. Leah estaba ahí y Amy estaba ahí.

«Tienes mi corazón,
Y nunca seremos mundos separados.
Tal vez en revistas,
Pero seguirás siendo mi estrella.
Bebé, porque en la oscuridad,
No puedes ver coches brillantes,
Y ahí es cuando me necesitas.
Contigo siempre compartiré.

Porque cuando brille el sol, brillamos juntos.
Te dije que estaría aquí para siempre.
Pensé que siempre seré un amigo.
Hice un juramento, soy yo hasta que termine.
Ahora que está lloviendo más que nunca,
Sepan que nos seguiremos teniendo.
Puedes pararte debajo de mi paraguas,
Puedes pararte debajo de mi paraguas,
Puedes pararte debajo de mi paraguas.

Estas cosas elegantes,
Nunca entrara en medio.
Eres parte de mi entidad,
Aquí por el infinito.
Cuando la guerra ha tomado su parte,
Cuando el mundo haya repartido sus cartas,
Si la mano es dura,
Juntos arreglaremos tu corazón.

Umbrella
-Rihanna.»

Fin.

ENTRE SECRETOS Y ANHELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora