Habían decidido no jugar con los demás hoy, pues debían estar viendo los pros y contras de llevarse a los demás con ellos; ayer por la noche, habían estado hablando con su madre sobre lo que tendrían que hacer para que el plan saliese a la perfección.
Rei había comentado que no podrían llevarse a todos, más que nada, a los bebés y menores de 4 años. Con mucho trabajo a los de 6 años en adelante, Emma le sonrió, diciéndole que estaba consciente de ello.
Incluso les dijo que cuando se fueran, los niños restantes serían enviados a otras plantaciones, claro, si llegaban a quemar nuevamente Grace Field. La cual dijo, que era la opción más viable.
"— Si queman Grace Field, eso distraerá a los demonios... Aunque si lo pienso, no sé si podamos usar el mismo truco, pero podríamos volver a intentarlo."
No les contó más, pues cuando Norma intentó preguntar, su madre sólo les había sonreído, diciéndoles que, si lograban salir igual de bien en calificaciones, les contaría; las muecas de inconformidad no se hicieron esperar, y Emma sólo pudo reír.
Su madre podría estar de su lado y apoyarlos, pero seguía siendo igual de enigmática que siempre.
Norma alzó la mirada del libro que ambos estaban leyendo, bajo el árbol. Mirando al cielo.
— Oye Rei.
— ¿Qué?
— ¿Alguna vez te has preguntado... sobre el pasado de mamá?
Él la miró un momento, para después ver el cielo, como lo hacía su hermana.
— Algunas veces... Las veces en las que mamá contempla el horizonte con melancolía o como a veces observaba el muro, como si desease algo.
— ¿Crees que mamá también...?
— ¿Hablas sobre que si también vivió aquí o te refieres a otra cosa?
Lo volteó a ver, con una sonrisa nerviosa.
— Bueno, la verdad es que, son muchas cosas... que quiero saber de mamá. ¿Y tú?
Rei la miró.
— ... Sí... Yo también quiero saber más sobre mamá.
Y se hubieran quedando divagando, de no ser porque alguien vino y los abrazó. Sobresaltándolos.
— ¿Por qué no han venido a jugar con nosotros! Lo creo que Rei, pero, ¿Tú Norma?
Se trataba de su mejor amiga, Emilia, una chica de cabellos negros y ojos ámbar.
Rei la miró ofendido y Norma soltó una risa nerviosa.
— ¿Y bien?
— Es que...
— Necesitamos estudiar, lo cual, tú también deberías hacer.
Emilia dejó de abrazarlos, y miró a Rei con molestia.
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Pero si que eres lenta, por eso siempre eres la tercera de nosotros y también por eso, Mamá también logra atraparte de nosotros tres.
— ¡Eres un...!
— Cálmense chicos, y tú... — miró seria a su hermano, frunciendo el ceño. — Discúlpate con Emi.
Rei suspiró, mirando sin expresión a su mejor amiga, quien le miraba con los cachetes inflados. Dejó el libro en sus piernas, y con sus manos, tomó sus mejillas, desinflándolas.
— Perdón, Emi. — la soltó, sonriéndole de forma burlesca. Emilia frunció los labios un momento, para después sonreírle abiertamente.
— Está bien, después de todo, tienes razón.
— Sólo dime en que necesitas ayuda y te ayudaré.
— ¿En serio?
Rei la miró, asintiendo. Emilia sonrió todavía más, agradeciéndole, mientras iba con los demás a jugar; Norma miró a Emilia y luego a su hermano, con una pequeña sonrisa divertida.
— ¿Te gusta Emi, Rei?
— ¿A qué viene eso?
— Oh vamos, somos hermanos, además... — su sonrisa acrecentó, dándole un mal presentimiento al castaño. — He notado cómo la miras y ayudas, y cómo ella actúa contigo.
— ¿Y eso qué tiene? Somos mejores amigos, y los amigos se ayudan.
— ¡Deja de negarlo! Te gusta Emi y lo sabes. — Rei chasqueó la lengua, ignorándola, volviendo su atención al libro. — ¡Mamá también lo sabe!
— ¿Y tú que ganas sabiendo que Emi me gusta o no?
— ¿Entonces lo admites? ¿Que te gusta?
Él suspiró.
— Sí, ella me gusta... Y ni se te ocurra decírselo a los demás. — amenazó, mirándola sobre el libro. Norma soltó una risa, haciéndolo suspirar. — De hecho, siempre la tuve contemplada en nuestro plan de escape.
Norma se puso seria, poniendo una mano debajo de su mentón, pensando.
— Rei, ¿Crees que deberíamos decirles a los demás? Respecto a Grace Field y nuestros hermanos...
El chico frunció el ceño, mirando la página del libro. Él en su momento lo pensó, y sigue creyendo que deberían decirles; el caso es, que no muchos puedan tomarlo bien o siquiera creerlo, además, estaba seguro que algunos le tomarían algún resentimiento a su madre.
Y él no iba a dejar que la agrediesen. Si alguien le hacía algo a su mamá, le haría pagar. Muy caro.
— Puede ser. Pero tenemos los contras que son: el que no nos crean, el que odien a mamá y el que nos odien a nosotros también. — enumeró con sus dedos, mirando a su hermana. — Y si lo saben y se dejan sumir en el miedo y desesperación...
— Yo me encargaré de que eso no pase. No voy a abandonar a los demás, y no sólo porque mamá nos lo pidió... Ellos también son nuestra familia. — concluyó, con una sonrisa tranquila. Una sincera.
Él también sonrió.
— Y si llegaran a odiar a mamá, ambos la defenderíamos. Ella es nuestra mamá y familia, después de todo... ¿Entonces se los contaremos?
— Todo y a todos. — revolvió sus cabellos, sonriente. Norma también sonrió.
— Sí.
...
Emma miró con molestia el comunicador. Suspiró, peinando su cabello hacia atrás.
Debería haberlo visto venir, quizás porque ella fue uno de esos niños que quiso escapar. O quien cooperó para que su familia escapara.
Sería, en cierta forma, normal que dudaran de ella.
Se levantó, saliendo, cuidando que nadie la viese y se dirigió a su cuarto. Al llegar, cerró detrás de sí, mirando al techo.
Su mirada se tornó molesta y determinada. Aquella persona que vendría a hacer de "apoyo", no estorbaría en su plan que tenía con sus hijos.
Ella no impediría que el plan se llevase a cabo.
Una sonrisa sombría surcó su rostro.
-Traumada Taisho
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Pour Mes Enfants [The Promised Neverland]
Fanfic[Long-fic/What If] Emma se da por vencida, y decide convertirse en Mamá. Pero al descubrir que Rei y Norma, son hijos suyos, decide hacer lo que ninguna madre ha hecho, sacrificarse para que sus hijos se salven. Demostrando así, lo que una madre es...