Parte única

23.7K 3.4K 2.2K
                                    

De cierto modo, Harry siempre ha temido la respuesta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De cierto modo, Harry siempre ha temido la respuesta. Cuando se trata de él, no es un valiente Gryffindor, ni el Salvador del Mundo Mágico. Draco lo hace temblar, derretirse, retener el aliento; su mente se queda en blanco, a tal punto de que fue gracias a los avances del otro, que ha crecido su relación.

Pero la pregunta se ha hecho más constante, y ya no puede soportar las conclusiones que saca por sí mismo. Necesita que lo explique, que le cuente.

Necesita oír de su novio que no lo quiere, si es que ese es el caso, o su propia mente lo matará sin haber conocido la verdad.

Están sentados en uno de los sofás restaurados de Grimmauld Place, la chimenea no deja de chisporrotear a unos pies de distancia. Draco está apoyado contra uno de los posabrazos, un brazo sobre la parte alta del respaldar, las piernas extendidas y tobillos cruzados; tan elegante, tan despreocupado, parece una combinación imposible para alguien que no lo haya visto. Harry está inclinado hacia él, brazos rodeándole la cadera, la mitad superior de su cuerpo en el pecho y abdomen de su novio, las piernas las tiene dobladas sobre el mueble; él es todo lo contrario, y entierra parte de su rostro en la tela de su camisa cuando cae en cuenta y el rostro le arde.

—No pensé que te molestara —Menciona su novio, tono bajo, voz calma, palabras medidas. Lo detesta. Sabe que es el modo en que le habla a los clientes problemáticos en Gringotts o magos exasperantes que no captan sus instrucciones.

Nomemolesta —Balbuceó, y quizás fue sólo por el tiempo juntos, que el otro pudo entenderlo. No dijo nada, ni él alzó la cabeza para distinguir su expresión—. Me, uhm, ¿da curiosidad?

—¿Saber por qué no soy tan cariñoso como tú? ¿Es eso lo que te da tanta curiosidad, Harry?

El aludido emitió un vago sonido de afirmación y sintió el pecho de su novio ascender y descender cuando suspiró. Por reflejo, se apegó más a él, y el aroma de su colonia, tranquilizador y familiar, lo inundó.

—Bueno, oí de los chicos que los sangrepura tienden a ser menos expresivos —Recordó. "Los chicos", por supuesto, se refería al grupo en que se mezclaban los amigos de ambos desde hace años, para ir a cenar, pasear o beber, una o dos veces a la semana—, pero Pansy y Blaise no parecen tener tantos problemas como tú.

Draco emitió un largo "hm", reclinándose en el respaldar con cuidado suficiente para no obligarlo a cambiar de posición. A pesar de que no le devolvía el abrazo como era debido, tenía ese tipo de consideraciones para que él no se tuviese que separar, y Harry sintió, de forma absurda, que se enamoraba un poco más.

—No todo era afecto y abrazos en mi casa, si a eso te refieres. No veo qué tiene de malo, madre intentó que tuviese en mente que el cariño es bueno, aunque no útil si no es a tu familia.

—Esa enseñanza te habría dejado sin amigos —Musitó, frunciendo el ceño. Su novio, en respuesta, se encogió de hombros.

—Obviamos que no fui el hijo más obediente, considerando que me escapé de casa con alguien a quien todos creían que odiaba. A comparación de salir contigo, un amigo o dos no era gran cosa.

¿Por qué, Draco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora