Página #8.5

486 62 31
                                    

     Cleodata se retiró junto a su amiga Ariel para darles su espacio a sus parejas, seguidas por Shockwave como guardaespalda. Ambas cybertronianas estaban curiosas una de la otra, ¿cuándo había pasado?, ¿cómo había pasado?, ¿por qué había pasado?

     La asistente de Sentinel Prime salía con un archivista del Salón de Registros y la reportera de Cybertron salia con el gladiador más famoso de todos los tiempos. ¿Algo que se quieran contar?

     —¿Me perdí de algo, hermana? —comenzó Cleodata.

     Ariel era una cybertroniana coqueta, amigable y linda por fuera, por dentro era una hembra fuerte y determinada. Cleodata le encantaba eso de ella, pero lo segura de sí misma era lo que le faltaba y eso se reflejó cuando no pudo contestarle enseguida la pregunta al lanzarle miradas discretas por la presencia de Shockwave. Shockwave hacía bien su trabajo como guardaespaldas pero cosas de hembras son cosas de hembras y eso se necesitaba espacio.

     —Shockwave, ¿nos permites? —ordenó Cleodata. Shockwave se retiró con una pequeña reverencia con la cabeza y se alejó a una distancia razonable.

     —Cleodata —Ariel le sujetó en un puño las dos manos—. Si no fuera por ti en esa noche de Visco, no hubiera pasado —dijo Ariel regocijándose en felicidad. Al parecer ambas tuvieron una historia esa noche—. Cuando Orion Pax me escoltó hasta mi casa después de haber bebido tanto, le declaré mi spark.

     —Pero solo fue una noche . . . ¿Tan rápido? —dijo impresionada Cleodata.

     —No fue solo una noche . . . Las veces que no estabas, yo le hacía compañía a Orion Pax con las investigaciones y archivos.

     —Era cuestión de tiempo entonces —dijo Cleodata asintiendo, analizando. Al rato ella contestó—. Me alegro mucho por ti, Ariel. —Luego Cleodata intercambio el agarre de manos y apretó el puño de su amiga—. Pero donde ese come archivos te abandone, lo mando a volar. —Señala al cielo mirándola a los ojos—. Y sin necesidad de los Puentes Espaciales —dijo seriamente Cleodata mientras le plantaba un beso en la frente—. Se vienen tiempos de guerra y todo puede pasar.

     —Gracias por preocuparte por mí —dijo Ariel mientras la abrazaba—. ¿Y tú?, ¿algo que necesite saber de ti, Lady Cleodata? —dijo la amiga en burla.

     Contar su vida privada, sucesos personales o antecedentes pasados no era el estilo de Cleodata.

     —No te pierdes de mucho, Ariel. No es tan emocionante como crees —dijo Cleodata creyendo que la detendría ahí.

     —¡No, hermana! —gritó Ariel entusiasmada llamando la atención de Shockwave—. ¿No me digas que tú y él ya han tenido interfaces?

     —¿Acaso tú no? —preguntó incrédula Cleodata.

     Y como si fueran salvadas por la campana, llega Shockwave, después de ver que los mechs ya no estaban.

     —Debemos irnos —dijo Shockwave escoltándolas.

.   .   .

     —¿También te dan celos las hembras, gladiador?

     Le besa la mordida de la cabeza. —Me cela todo aquel que crea que puede hacer lo que quiera contigo.

     Ariel abrazada de la espalda de Orion Pax observaba a los dos sparkmates quienes jugueteaban entre ellos; conmovida, como si tratara de invocar un gesto romántico por parte de Orion Pax. Él la observó sobre su hombro y como si fuera conexión de sparkmates, Orion le sujeto los brazos que lo rodeaban por la cintura, se giró y le beso ambas manos.

Gladiador GrisáceoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora