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Banda sonora: Ed Sheeran- The A team

La semana había pasado más que genial, el invierno al igual que la nieve blanca y pura habían llegado, amaba esta época del año y mi felicidad condujo a que Justin me mimara como nunca. No podía estar más feliz, nunca había sentido esta sensación que me llenara todo el pecho, que sintiera vértigo en mi estómago y mi cabeza diera vueltas por una sola persona. Los medios y las fans, respetaban nuestra relación en la gran mayoría. 

Hoy debería ser la sorpresa para Justin, él seguía en el estudio con Usher y Scooter. Pero todos los bailarines seleccionados para el tour, Alfredo, Ryan y Chaz estaban aquí más todo el Team Bieber. Colgamos un gran cartel que tenía mis letras: “Nuevo World Tour “Journals” ¡Felicidades!” Las papeletas de colores estaban dentro de una especie de bomba para cuando entrara y salieran disparados y los globos estaban también para salir de su escondite. Hice absolutamente todo el almuerzo como para dar de comer a un ejército y los postres estaban en una mesa de un metro y medio aproximadamente, me levanté a las siete de la madrugada con cuatro horas de sueño haciendo dormir a Justin, faltaba una media hora para que Justin viniera y debería de cambiarme. Le dije a los chicos que me daría un baño rápido y me vestiría, ellos asintieron mientras esperaban en los sillones.

Subí como un rayo y cerré con cerrojo la puerta, me desvestí y prendí la ducha, pasó un minuto y aproveché para recogerme el pelo en un moño y cuando esta se templó entré para jabonar mi cuerpo, refregué el jabón de rosas blancas en mi cuerpo y estaba lista. Cerré el grifo y con la toalla empecé a secarme. Fui prácticamente corriendo a la habitación y abrí el armario. Opté por algo sencillo y casual (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=117114499&.locale=es) calcé mi jean azul claro junto a la hermosa camisa que había comprado en una tienda casual, puse mis pulseras y mis aretes de alas y puse las botas color caqui que hacían juego, desordené mi cabello seco para que se viera más despreocupado y solo puse lápiz labial claro de maquillaje. Me puse el perfume que a Justin le gustaba y estaba lista. 

—¡Esta Justin afuera! — gritó Alison desde abajo, bajé como un rayo y todos sonrieron, lo divisé a Justin bajando de su auto junto a Scooter y todos se escondieron. Incluyéndome.

—Cuenten hasta tres y prenden las luces, Alison tira los papeles y Alfredo desata los globos ¿Sí? — todos dijeron un “Si” bajo y me escondí detrás de la puerta de la cocina, me mordía mi labio inferior esperando a que llegara y la puerta se abrió con un débil sonido. 

—¿Princesa? — habló Justin buscándome, hice una seña con la cabeza y todos salieron de su escondite gritando un “Sorpresa”, los papeles y globos volaron por los aires y sonreí extasiada. 

—¿Qué… que pasa? — preguntó Justin confundido y me acerqué al cartel enrollado de la sorpresa. Y lo desenrollé dejando ver la sorpresa, Justin abrió los ojos como plato y su respiración se entre corto. 

—¿Es verdad, Scooter? — inquirió con la voz baja, él asintió sin poder ocultar su sonrisa grande. Y el empezó a gritar un “Si” mientras todos los felicitábamos. Miré la hora. Una en punto.

—¡Muy bien todos! — los hice callar por un segundo— Primero antes que nada, quería felicitar a Justin por su nuevo World Tour— todos gritaron en sincronía como un coro, a él le brillaban los ojos de la alegría y le tiré un beso—Pero ahora, debemos ir a comer, porque sinceramente no doy más—

Todos se fueron al comedor y se sentaron en su asiento respectivo, Justin me abrazó por la cintura y le sonreí—Estás hermosa, princesa. 

—Tú estás muy guapo— él sonrió y me dio un acalorado beso en mis labios, mientras que nuestras lenguas jugaban, sus manos vagaron débilmente por mi espalda dando cariños algo… eróticos. Gemí en sus labios y me ruboricé mientras lo alejaba un poco—Me encantaría seguir, pero ahora tienes que ir a compartir mesa con tu nuevo Team y conocerlos más. Son encantadores

—Tú eres encantadora— me ruboricé ante su cumplido y negué con la cabeza. Nos fuimos de la mano hacia la mesa donde todos comían alegremente, el pollo al limón y la carne asada junto a la variedad de ensaladas y pastas. Nos sentamos en unas sillas de la izquierda. Tomé su plato y el mío y me fui a servirle un poco de cada cosa. Le di el plato lleno y serví bebida en su vaso. Me senté y empecé a comer un poco de carne y ensalada. 

—Esto está delicioso__________— dijo Ryan con la boca llena, reí en agradecimiento—Tienes una maldita suerte de tenerla

—Soy demasiado afortunado— dijo besándome el dorso de la mano, muchos halagos por un día. La mesa surgió en risas y charlas sobre lo que será el Tour, lo veía a Justin demasiado feliz y contento por sus logros, estaba demasiado orgullosa. Mi teléfono vibró en mi trasero y me levanté de mi asiento

—Lo siento, debo contestar— todos asintieron y me fui al patio trasero. Era un número desconocido y privado, fruncí el ceño desconcertado. Dudé un segundo en contestar y lo hice

—¿Hola? — dije confundida, se oía un risa femenina y sádica a la vez, mi piel se heló. 

—Mi querida y puta hermana— dijo la voz ebria de Jessica, mi cuero cabelludo picaba de los nervios y respiré profundo.

—Jessica— pude pronunciar, mi respiración se había esfumado y sentía la vibración de mis sentidos a flor de piel 

—¿La estás pasando bien? ¿Eh? —

—Así es— inquirí segura. No me iba a romper, no me iba a romper decía y repetía en mi mente para estar segura, no podía llorar y mucho menos en el festejo de Justin. 

—Mira perra— su voz era un susurro masoquista—Tengo algunos planes para ti

Miré al cielo, pidiendo suplicio de esta tortura que me persigue toda mi vida. 

—No me interesa en lo absoluto ¿Sabes? — respondí gélida. De todas las hermanas y familias me tuvo que tocar esta mierda. 

—Te debería interesar, ya que tu culo estará a tres metros bajo tierra— rió malvada y dominante, cerré los ojos que estaban empezando a picar por las lágrimas y di un respiro para llenar mis pulmones de aire nuevo—Prepárate hermanita— 

Quise hablar, pero los sonidos de que la llamada se cortó se hicieron presentes, parpadee varias veces y miré a la pantalla del celular, lo tiré con fuerza al suelo y me puse de rodillas para recoger el Iphone que ahora, estaba roto. 

—¡Joder! — grité de la rabia y no era precisamente por el celular, sino porque nadie me deja en paz, no podía tener una vida tranquila y llena de amor. Porque la mierda debía estar presente siempre. Tiré el Iphone en una papelera del patio y me quedé afuera, en el medio del frío invernal que se colaba en mis huesos. Preferiría morir ahora mismo, sentada en el medio del invierno que me hostiga, pero poco a poco de estar sentada, puse mis rodillas en mi pecho y mi cabeza se apoyó en las mismas, quedándome dormida por el sueño y los sucesos que acaban de suceder. Y mi mente se cerró del mundo exterior, dejándome en mi pequeño cosmos de llantos y tristeza

Gritos SilenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora