Pasaron las semanas y el Journals Tour había comenzado, hoy era su primer show en Miami y podía ver a Justin demasiado nervioso, iba de aquí para allá practicando sus coreografías, cantando y volviendo a repasar todo.
—¡Princesa! — gritó Justin desde la puerta de atrás, caminé con el café de vainilla en la mano y entré a su camerino, él estaba en bóxer y el show comenzaba en media hora. Tendría que ponerse un traje blanco y atarse a unas alas hechas de instrumentos musicales, todo iba a la perfección
—Cariño— susurré en su oído mientras lo miraba por el espejo, él sonrió y se dio vuelta mientras depositaba un beso en mis labios. Su mirada estaba perdida en una de las paredes de la habitación—¿Estás bien, Biebs? — pregunté asustada tocando su mejilla.
—Estoy nervioso— me miró a los ojos y lo comprobé, definitivamente estaba nervioso. Reí y el se unió a mi risa.
—Es tu tercera gira mundial, Justin— dije mientras me tomaba de la cintura y hacía sentarme en sus rodillas a horcajadas de él, estábamos en el sillón rojo vivo y lo miré a los ojos mientras tocaba sus cabellos, él cerró los ojos a mi tacto.
Un nudo en mi corazón me cortó la respiración, él era perfecto en todos los sentidos, lo amaba perdidamente es un sentimiento que jamás experimente… El estar enamorada de alguien, amar es un sentimiento grande pero… explosivo.
—Hay millones de chicas felices y lloronas por verte con una sonrisa y cantar— le dije mientras mi cabeza se posaba en su cuello y daba besos en él—Tienes que disfrutarlo a pleno Biebs, es por ellas que estas aquí.
—Eres perfecta— dijo mientras acariciaba mis cabellos con ternura y amor, cerré mis ojos disfrutando de la sensación que crecía en mi interior. Alrededor de él todo era malditamente perfecto… como un sueño cumplido. Seguimos así por varios instantes, esto era un cuento de hadas, le había dado todo lo que tenía. Le había dado mi corazón, mi alma, mi cariño y mi virginidad. Él es la persona con la que quiero estar para toda mi vida compartiendo momentos, ir a un altar vestida de blanco ya para darle mi vida y estar con para siempre, tener una hermosa familia y pasar hermosos ratos junto a nuestros hijos.
—Tienes que cambiarte, cariño— dije mientras depositaba un casto beso en sus labios rosados claros. Él asintió mientras caminaba hacia el armario y empezaba a cambiarse. Se puso sus pantalones blancos caídos y la puerta se abrió mostrando a Alfredo con una planilla en su mano.
—Es hora Bieber, tenemos que ir detrás de escena— dijo mientras lo miraba y luego a mí—Hola ___________
—Alfredo— saludé alegre mientras él cerraba la puerta ya que Scooter lo llamaba, es todo un lío y la expectativa de que todo saldría hermoso estaba latente en los aires
Tomé mi celular y empecé a jugar a unos de los juegos que tenía, en menos de unos minutos Justin estaba vestido, solo quedaban dos minutos para que comience el show, las chicas gritaban emocionadas, ya había empezado la cuenta regresiva y cuando la misma salió seguido de una bomba los gritos salieron llenando todo el estadio de cuatro mil quinientas chicas.
Salimos del camerino y caminamos a detrás de escena donde el Team estaba reunido, nos abrazamos todos mientras elevábamos una oración para que todo saliera en orden y al final hicieron el grito de victoria. Justin me abrazó de la cintura y con lágrimas en los ojos lo miré.
—¿Por qué lloras, princesa? — dijo con la voz entristecida.
—Estoy demasiado orgullosa de ti— me acerqué a él y nuestras bocas se juntaron en un maravilloso beso, lleno de promesas y un futuro cercano juntos—Rompe el escenario, cariño.
—Lo haré— dijo mientras caminaba para poder entrar con las alas— Y… _______________
Miré hacia atrás ya que estaba por irme a verlo desde primera fila, infiltrándome con algunas de las Beliebers—¿Qué pasa? —
—Te amo—
—Te amo mucho más—