De uno y de todos los modos.

Te quiero pedir una cosa.

Stiles estaba realmente confundido. 

¿Una fiesta? ¿En plena mitad de semana? A él nunca lo invitaban, a menos que Scott lo hiciera, y fuera una fiesta de Alison, pero siempre eran en fin de semana. ¡Además era el fastidioso de Jackson!

Su mente trabajaba al mil por hora. En esos cinco minutos ya tenía 345 teorías maquinadas. Una de ellas era probablemente que fuera una broma, o le iban a dar una noticia que lo haría enojar, o tal vez le dirían que tenia una enfermedad sobrenatural y no tenía cura, y debían  hacerlo feliz el poco tiempo que le quedaba. ¡O incluso podría ser que Derek le dijera que se casara con él!

Nah, era más probable que le dijeran que tenía una enfermedad incurable que los unicornios le habían pegado mientras durmía, y ahora tendría que vomitar arcoiris con tacos. ¿Qué? Sí existen los hombres lobos, podría existir cualquier cosa, ¿No?

-Ya Stilinski, hasta acá huele como se quema tu cerebro.- Habló Jackson.- Sólo es una maldita fiesta. Será dos horas después del termino de clases, amá. Nos vemos.

Y el rubió se fue caminando por el pasillo. Dejando al pequeño de los Stilinski con un ceño fruncido y una mente confundida. ¿Amá? ¿Acaba de decir Amá? 

...

-¿Irás a la fiesta? Yo iré, definitivamente.- Comentó Scott.

Stiles los volteó a ver como sí le  hubieran salido dos cabezas más.

-¿Estás loco? ¡Es jackson!- exagero el de lunares.

- Es una fiesta de la manada. Y tú eres de la manada, mamá Gallina.- Se burló Scott llendose de las gradas.

...

-¡Stiles! ¡Stiles!- llego corriendo Isaac junto al castaño.

-¿Qué sucede?

-¿Puedo ir a la fiesta? Sé qué me habías dicho que no podía ir, pero ¡Es jackson! ¡Me mando una cartita! ¡Por favor! Además, no sé qué llevar, jackson de burlo de mí...- Y dejó de escuchar el chico pálido, otra vez volvía el cachorro a hablar de Jackson, era más que obvio que le gustaba ese rubio sin nada de guapura, era más que obvio que Derek se llevaba el puesto de ser más guapo de todos, y con perdón de todos pero, ¡Es el más caliente!

Stiles sonrió, le gustaba cuando Isaac contaba sus aventuras con una sonrisa de adolescete enamorado, aunque lo negará y lo intentará esconder con un ceño fruncido, pero le molestaba que fuera por Jackson, ¡Su cachorro no podía estar con cualquier zuripanta rubia! ¡Haría que Jackson pasará por mil filtros antes de tocar un solo cabello de su niño!

¿Su niño? Sí, para Stiles, el pequeño Isaac era sólo un niño. Él miró como este le agarraba del antebrazo mientras seguia contando con esa sonrisa que Jackson se había caído del barandal a propósito de las escaleras de la escuela, sólo porqué Isaac se había puesto triste, y quería hacerlo reír. ¿Para que negarlo? Le salía ese instinto de mamá gallina con todos los integrantes de la manda.

Que sí Liam ya había comido, que sí Lydia necesitaba ayuda con algún peinado, que sí Allison necesitaba ideas para darle pequeños detalles a Scott, que sí este último se había acordado de hacer los deberes de la escuela, que sí Isaac tenía su jugo favorito, que peter tuviera una caja extra de su cereal favorito, sí no se pondría insoportable, más de lo que podría a llegar a ser, en todo el día. ¡Incluso con Whittmore! Que le recordaba que podía a quedarse a comer con ellos a la hora de la cena, sonrió al recordar la primera vez que se reunieron solo para cenar en la, obra en construcción, mansion Hale.

-¿Se puede saber a dónde vas, Whittmore?- pregunto Stiles con las manos en las caderas viendo seriamente a Jackson, que se encontraba apunto de salir del comedor