Capítulo 7: Min Yoongi.

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Mi madre me ve mientras yo solo bajo la mirada, estoy confundido, tengo miedo, realmente no se como sentirme.

— Jimin — dice ella — aún no acabo.

— ¿Que pasa?

— Jimin, los Ocior te están buscando. Él vendrá por ti, tienes que irte con él así estarás a salvo.

— No — niego con la cabeza — no no mamá, ¿como quieres que me vaya? No puedo mamá.

— Debes hacerlo — dice ella — debes irte enseguida, él llegará en un momento para llevarte con él.

— Pero mamá...

— Pero nada — interrumpe —, no quiero que te vayas, pero es lo mejor, así estarás a salvo.

— Mamá...

— No olvides que te amo hijo — dice ella acariciando mi mejilla — eres lo más importante en mi vida es por eso que hago esto.

— Está bien — digo cerrando mis ojos — iré.

Ella asiente.

(...)

Rato después oigo el timbre sonar, cierro mis ojos antes de cerrar mi maleta y bajarla de la cama; respiro hondo y camino hasta la sala lentamente quizá con un poco de temor, aprieto mis manos mientras camino, los nervios son muy fuertes en este momento.

— Jimin — dice la voz de mi madre — te presento a Min Yoongi.

El chico se gira para verme, trago saliva al verlo; su belleza es espectacular. Sus ojos de color gris, su piel tan blanca como la misma nieve, sus labios finos y rojos, su cabello corto de color negro. Viste un pantalón de color negro y una chaqueta del mismo color.

— H-Hola — digo tartamudeando — Soy...

—Jimin — interrumpe, trago saliva — Se quien eres.

— Bien... — murmuro y hago una pausa — lo siento no se que decir...

— No hay mucho de que hablar aquí — dice él — Vámonos, tenemos poco tiempo para empezar tu entrenamiento.

— ¿Entrenamiento? — pregunto con el ceño fruncido — ¿De que? ¿para que?

— Tienes que entrenar para saber defenderte — responde él — no creas que voy a cuidarte siempre, tienes que aprender a defenderte sólo.

— Especialmente a controlar tus habilidades
— dice mi madre — no es algo que se tome a la ligera, tienes que aprender muy bien a controlar tus instintos y habilidades.

— Tu madre tiene razón — dice él sacudiendo su cabello — lleva mucho tiempo aprender a controlar tus instintos y habilidades, así que es mejor empezar ahora.

— ¿Pero que quieren decir? — pregunto confundido — ¿Que instintos? ¿que habilidades? No siento nada, no siento nada anormal.

— ¿Puede ser lo que estoy pensado? — pregunta mi madre — Puede ser que ambas partes estén..

— Sus partes vampíricas están dormidas — dice él interrumpiendo a mi madre — Park Jimin, si que eres más especial que lo todos imaginamos.

— ¿Que quieres decir?

— Que apesar de tener partes de un Ocior y un Nefda también tienes una parte humana
— dice sonriendo — al no haber convivido con personas de tu misma especie tu parte humana se hizo una sola, tu parte humana es la única que controlas.

— ¿Eso quiere decir que soy un vampiro humano? — río — esto es una total locura.

— Créeme lo es — ríe — pero tranquilo, todo estará bien. Después de todo esto es una ventaja, todos te están buscando por tu forma vampírica nadie se imagina que tienes una parte humana.

— Bien — dice mi madre — váyanse, antes de que se haga tarde tienes que entrenar y todo eso.

— Vendremos a visitarlos pronto — dice él
— Vamos Jimin.

Asiento y el camina lentamente hacia afuera.

— ¿Traes tu maleta? — dice él — la estas olvidando.

— Aquí está — dice mi madre — fui a buscarla mientras hablaban.

Río y ella me acerca la maleta, la abrazo antes de salir y luego nos dirigimos al automóvil, un automóvil de color negro.
Subo la maleta al porta equipaje y subo al asiento del acompañante.

— Bien — dice él — vámonos, espero puedas sentirte bien en tu nueva casa.

— Si, gracias. — sonrío.

Él sonrie y el auto arranca enseguida, veo por el espejo retrovisor como se aleja cada vez más mi vieja casa, extrañaré todo lo que allí viví.





El Príncipe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora