Carta #15.

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Hola mi amor, soy yo otra vez. ¿Cómo te encuentras hoy?. Te escribo porque hoy me fue aún más inevitable pensar en ti, pequeño Ed. Justamente hoy se cumpliría un año desde el día en que oficialmente te pedí ser mi novio, pero lamentablemente no estás aquí.
Recuerdo que planeé toda una semana de citas, siguiendo los locos consejos de tu hermanita Olivia y de los turoriales que veíamos en YouTube.
Te regale plantas, te lleve a comer, te hice a mano un peluche y al final por fin te pedí algo formal en nuestra última cita.
Créeme, de solo recordar aquel momento vuelve a mi la emoción de cuando dijiste que si, fue algo especial y mágico.
Te extraño Edwin, me tienes de rodillas suplicando tu regreso, es que simplemente no puedo perdonarme a mi mismo por no haberte detenido antes. ¿Porqué te marchaste aún cuando te pedí quedarte?, siempre estuve para ti, y tu me dejaste.
Mi mente revive todos los momentos a tu lado, aquellas noches viendo las estrellas donde solía cantar para ti. Recuerdo bien mi orgullo al saber que aprendiste a tocar guitarra para tu proyecto de música, y jamás me he olvidado de la letra de aquella canción; esa canción que hablaba claramente de lo difícil que es vivir con depresión.
Siempre tuviste tan buenas ideas, y después de pasar aquel trauma siempre intentaste ayudar a los demás a ver el mejor lado de la vida.
Te convertiste en aquel chico alegre que yo tenía la fortuna de llamar mi novio, aquel al que le había entregado mi corazón y muy pronto le entregaría mi apellido.
Se que es un poco tonto, la juventud aún estaba a flor de piel y yo ya planeaba el futuro, pero es que de verdad yo sigo sin poder imaginar un futuro sin ti aún si ahora tengo que hacerlo.
Pero no permitiré que te escapes simplemente de mi lado, y puedes estar seguro de que es verdad, me conoces y sabes todo lo que sería capaz de hacer.
Voy a ir detrás de ti muy pronto, puedes estar seguro de eso. Quizá te lograste escapar en ese momento, pero no podrás desaparecer por siempre si no es conmigo a tu lado como siempre lo planeamos, aunque el destino probablamente ya no sea el mismo.
Voy a luchar por ti, Edwin Fitzgerald. Voy a luchar por ti hasta el día en que me muera, y aún si en la muerte debo seguir luchando por ti, tu bienestar y tu amor, ten la seguridad de que así será eternamente.

  Te amo con mi vida y podría hasta perderla por ti, B.

El día en que te perdí. (Versión cartas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora