Acto III

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Meses después, Adela había ocupado el lugar de Angélica. Era una más de la familia, había devuelto la felicidad a aquella casa, y los niños ya iban a la escuela. Esa noche de San Juan acudirían a la fiesta por primera vez en cuatro años. 
El abuelo está preocupado porque hoy es la séptima vez que la luna se llena. Tal y como él esperaba, la peregrina llegó. El abuelo sospecha que Angélica no está muerta, pues la peregrina no la conoce. Adela es feliz, pero le preocupa Martín, que no le habla (hasta ese día). Martín se ha dado cuenta de que en el pueblo existen ciertas habladurías de su relación con Adela, y cree que lo mejor es marcharse. Así que se lo comenta a ella y le confiesa que la quiere. Adela decide volver a suicidarse ya que ese amor sería traicionar al recuerdo de Angélica y a la madre no le gustaría nada. Sin embargo, Martín le cuenta que Angélica le dejó por otro hombre y él calló. 

La Dama Del AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora