Sus ojos se abrieron una vez más, para ver un espectáculo de lo más grotesco. Vio que estaba tirado sobre un charco de sangre, y a su lado, el hombre que lo había golpeado hasta dejarlo inconsciente, se levantaba una vez más, rebosante de heridas sangrantes. Cayó otra vez, y lo apreció con sus propios ojos. Por tal razón, se paró, y con furia le dijo a aquel que estaba apaleando al hombre a tu lado:
— ¡¡Detente!! ¡¿Qué no vez que está a punto de morirse?!
Desde la penumbra, aquella persona lo miró. Se sorprende cuando, al admirar su figura, advierte que era una mujer. Pero más se sorprendió al darse cuenta de que no era ni más ni menos que Zoe, y que lo miraba con unos rojos ojos de furia intensa, los cuáles pronto desaparecieron, y ella se desvaneció, dejándose caer al suelo. Antes de que se golpee por la caída, Traful la agarra con ambas manos y susurra su nombre, confundido y a la vez aterrado.
—Z-Zoe...
— ¡Chico!—Dice el hombre de traje blanco al ver que venían más como él. — ¡¡No pierdas el tiempo!!—Agregó mientras de su bolsillo sacaba un arma de fuego. — ¡¡No te aseguro que ellos sean tan piadosos como lo fui yo!! ¡¡¡Huye!!!
Traful alza a Zoe en sus brazos, y ve cómo el hombre le disparaba a sus propios compañeros, desde el piso, sólo para darles más tiempo a ellos. Eso era un símbolo de que él, a diferencia de los demás, era buena persona.
—Gracias...—Dice Traful en voz baja, mientras huía. —...Amigo...
No había mucha luz, y él apenas podía distinguir unas cosas de otras, aunque todo era, en su mayoría, paredes lisas sin ventanas. Tras andar por varios minutos, llegó un momento en el que entró en desesperación, pues no encontraba la salida de ese oscuro laberinto. Se arrodilló con ella aún en sus brazos, y comenzó a llorar.
— ¡Lo siento Zoe! No puedo sacarte de aquí... Tal vez no vale la pena vivir, después de todo...
—Sí que lo vale... Tú me lo dijiste... Me dijiste que había cinco razones para vivir...—Decía ella, intentando recomponerse.
—Es verdad... ¿Quieres saber la primera?
— ¿Cuál es?
—La gente buena de este mundo... Como el hombre de recién, que nos dio tiempo para que huyamos...
—Gente buena ¿Eh? Yo sólo conozco a una persona así.
—Y ¿Quién es?
—Tú. —Ambos sonríen y se abrazan.
—No sabes lo mucho que me gustaría que salgamos a salvo de aquí... Así podría enseñarte las otras cuatro razones para vivir...
—Y saldrán. —Dijo una voz masculina misteriosa. Y de pronto, apareció a un lado de Traful. —Vengan conmigo... Sé el camino a la salida...
Ya sin nada que perder, además de a ellos mismos, deciden seguirlo. Pasan por unos caminos muy estrechos, y llegan a una gran puerta de vidrio.
—Aquí es. No fue tan difícil. Por cierto, soy Kuji, un gusto. —Dice extendiendo su mano y con una gran sonrisa en su rostro.
—Traful, un placer. —Dice estrechando su mano con Kuji, en forma de saludo.
—Yo soy Zoe... Gracias por ayudarnos, Kuji. —Dice sonriendo.
—No hay de qué. —Le responde devolviéndole la sonrisa
—Oye, amigo, una pregunta. —Dice Traful. — ¿Qué haces tú aquí?—Ambos se ponen serios.
—Está bien... Te lo diré... Supongo que eres un ser ajeno al experimento, y por eso, deberás guardar silencio ¿Entiendes?
—Creo que sí.
—Bien, aquí va: Soy un sujeto de pruebas, para el experimento antes mencionado. Sin entrar en detalles el experimento vuelve sumamente agresivas a las personas, pues su fin es crear una raza de humanos más fuertes. Si me vieras en acción... Tal vez pienses que se les fue de las manos ¡Jaja!—Ríe confiadamente.
—Bueno, eso es algo raro... Antes de que lo preguntes, yo no sé lo que hago aquí.
—Eso es más raro aún, amigo.
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Cinco razones para vivir
Adventure"-Si no intentas hacerte daño otra vez... Yo prometo que... ¡Te enseñaré el valor de la vida! ¡Te daré cinco razones para vivir! - ¿Y qué si lo intento otra vez? -Pues... Haré todo lo que esté a mi alcance para detenerte.-Ahora, una sonrisa confiada...