Me levanté a media mañana. No tenía muy claro qué hacer. En esos casos hago rutinas. Me afeité lo poco que tenía que afeitarme. Me hubiera encantado tener más barba. Ojalá algún día tuviera más. Supongo que es como Asun, que decía que ojalá algún día tuviera más tetas. Aunque yo creo que tenía suficientes. Yo también deseaba tener más pene, pero no me iba a dedicar al porno. Toda mi vida hubiera deseado ser normal. Me refiero a normal con un color de pelo normal. No sé cuántos pelirrojos hay en Andalucía, pero hay poquitos. Siempre me acordaré los motes de mis compañeros. Hice memoria y recordé algunos que ahora me parecían divertidos. Y otros que odiaba, igual que odiaba a aquellos que me llamaban por ese mote. Terminé de hacer la cama, limpié la habitación y parte de la casa.
Paré un poco. ¿Qué iba a prepararme de comida? Ojalá mis tíos tuvieran pasta en la despensa, con un poco de tomate se arreglaría todo. Las tiendas estarían seguramente cerradas. Sonó el teléfono.
-Hola Adrián. ¡Soy José Carlos! Le saludé.
-Nos ha sobrado mucha comida de ayer. Sofía y yo hemos pensado que, si no tienes ningún plan, te vienes a almorzar con nosotros. ¿Qué te parece?
-Comer sobras suena fatal! Escuché risas al otro lado del teléfono. Supuse que también de su mujer.
-Sofía y yo hemos pensando que sería una buena idea que vinieras a conocernos. ¡Y no va haber muchas sobras!
Hubo una pausa, porque no lo tenía muy claro. Estaba pensando en rechazarlo, pero insistió.
A las 12.30 salí de casa hacia Barajas pueblo. Había chubascos débiles, pero comenzó a llover de verdad y no me lo esperaba. ¿Qué compras de regalo para Navidad a alguien que no conoces? Daba igual, no encontré ninguna tienda abierta. Y las que había eran caras de cojones. Se iban a tener que aguantar. Mejor nada que algo chungo.
Mi padre me estaba en la puerta del chalet. Hoy estaba más informal, no llevaba traje, pero paraguas. Me había vestido bien con camisa y zapatos de salir. Había intentado imitarle con el azul en la camisa y chaqueta de paño ultramarino. El resto oscuro, nunca se sabe lo formal que va a ser todo.
-Qué bien vestido vas. ¡Vas a sorprender a todos! Le di las gracias por el cumplido. Estaba algo mojado. No sentía frío en ese momento, pero sabía que después la cosa cambiría.
-Vamos a empezar así. ¡Te voy a presentar a todos uno a uno! Me noté un poco de miedo escénico. ¡Tranquilo! Va a salir todo muy bien. ¡Ya verás! He pensado que vamos a empezar de más difícil a más fácil. ¡Te presentaré a Laura! Posiblemente intuyera mi temor.
Nos acercamos al recibidor. Sofía estaba en la puerta esperando, la conocía. Mujer rubia, casi tan alta como yo. La primera impresión era de mujer segura de sí misma, pero me inspiró confianza. Me gustó, aunque después fuera desagradable, no lo sabía si iba a ser así. A veces yo también me equivoco con la gente. La bienvenida, no parecía nada forzada. Mi padre siguió:
-Seguro que va a ser raro, pero será raro para todos. ¡Al menos tenemos esa ventaja, no te parece! Dijo brindándome una sonrisa intentando relajarnos.
-¡Gracias! Sí, era todo muy raro. A saber, lo que iban a decir mis hermanos. Quizás deseaban mi muerte después de atarme a tótem y dispararme flechas. Recordé a san Sebastián.
Entramos y una de las chicas se acercó a mí para saludarme. Tendría quizás unos 16 años, tenía el pelo castaño y los ojos oscuros. Me gustó. Es cuando ves a alguien y te da buenas sensaciones. También tenía tetas, justo como a mí me gustan. Sin ser demasiado grandes, su madre tenía la misma cantidad, pero Sofía era más alta.
-Laura, te presento. Este es Adrián... Comenzó nuestro padre hasta que le interrumpió.
-Ardían? Se quedó un poco parada y pensativa. Pensé que no había entendido mi nombre. ¡Jo, tío! Me abrazó. ¡Adrián! Qué alegría. Te he buscado hace tiempo. ¡Cómo me alegro de verte! Me dio unos besos y me abrazó un largo rato. Noté esas tetas en mi pecho, que pensé que iba a tener una erección y me hubiera suicidado allí mismo. Porque con un pantalón de pinzas, no es lo mismo que unos vaqueros, se te nota todo.
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La fierecilla domada por Adri 1 y 2
Ficción GeneralAdrián es obligado a impartir clases a otro alumno del mismo instituto en contra de su voluntad. Es una historia en la que Adrián y JuanMa se conocen más a fondo y ambos descubren de sí mismos un cosas que desconocían. Contiene spanking 2ª parte se...