Parte 1/ ¿Quién soy yo?

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Capítulo 4/ "Rosita" (1)

Tía Valen corría junto a mi, por uno de los callejones pobres de la ciudad pisando cada una de las pequeñas lagunas que se encontraban en el suelo; era un ritmo diferente, el agua rebotaba entre mis pies y en el mismo aire, el sonido era profundo, caía en un vacío y después brotaba una gota cada vez más pequeña que la anterior.

Raya, línea, laguna, laguna ¿Césped? Habíamos llegado al campus, de mi odiosa escuela minutos antes del timbre, abracé a Valen y partí como toda ave del nido. Al subir las escaleras varias chicas se burlaban de mis calcetas que estaban empapadas de agua sucia y maloliente. En ese momento hubiera importado mucho, si no hubiera estado "Limoncito" del otro lado de la puerta esperándome como todos los días detrás de los casilleros; corrí a darle un fuerte abrazo y caminamos juntas por el pasillo como modelos en pasarela.
Todos eran pequeños a nuestros pies, nuestro caminar era altivo y elegante, digno de una tehuana, derecho, y cada paso de la misma distancia que el otro. Una habilidad que nos había costado adquirir y que practicamos todas las vacaciones en casa de mi amiga, recuerdo a su mamá riendo por las caras chistosas que hacíamos por el ardor calcinante que sentíamos en los pies después de caminar en línea recta durante horas.
Suena el timbre* todos corrimos a clase.

- Buenos días clase soy la profesora Rosa y seré su tutora este año. La profesora era linda, y se rumoreaba que era hija de la directora, así que todos debíamos prestarle respecto. Así que se nos ocurrió hacer una broma. Limoncito y yo éramos las reinas de la bromas, un chiste a la nueva nos iba  divertir a todos.
Limoncito tomo el clásico "pica-pica" y nos dirijimos a los casilleros de maestros. Captamos a Rosita abriendo el suyo y préstamos atención a la combinación (29778) Cuando nos dignamos a abrirlo vimos que era un asco, libros, por todas partes, papeles, boligrafos, un perfume muy dulce, y por último un shampoo, lo tomé, vertí los polvos y escapamos. Esperábamos que nadie nos hubiera visto, si no estábamos acabadas.

-Implorabamos que nadie nos hubiera visto si no estábamos acabadas, después de todo solo es una broma ¿no es así profesora?

Capítulo 5/ "Rosita" (2)

Toda la clase conocía nuestra increíble broma: Era fascinante, pasaron las clases y nada veíamos a Rosita impartiendo clases. Hasta que llegó su hora libre.
Era clase de matemáticas con Héctor el profesor más anciano, la hora paso rápido, todos estábamos pendientes de la broma, pasaron los minutos y tocaron el timbre.

En ese momento se acercó Elinar a preguntar sobre la broma, estaba paralizada ¿Cómo puede haber fallado? En ese momento las luces de mis ojos se encendieron, y me quedé varada en sus labios. Elinar, con ojos negros como la obscuridad con un tono pardo grisáceo, labios pequeños y con nariz bien formada. Tenia un lugar arriba de la ceja que me dejaba perpleja. Había soñado con su presencia desde el primer día en que lo ví.
Muy calmada conteste - Tranquilo, solo se paciente esto será grandioso. El mostró una sonrisa de satisfacción y me dejo.

Candi, ¿Candela? ¡Eugenia! Limoncito me dio un leve golpeteo en la cabeza y volví a la realidad  -¡Qué no me llames así! Le respondí. Mi madre decidió llamarme Candela Eugenia por mi padre que nunca conocí, el nombre me resultaba bastante desagradable. Así que odiaba que me llamarán de esa manera.
Pero esta vez era necesario; me perdí en el; como nunca lo había hecho y no quería regresar, no era un sueño, era una imposibilidad. ¡La broma no podía fallar! ¡Debía salir bien!
En ese momento escuchamos un grito de dolor. Limoncito y yo corrimos.

Capítulo 6/ "Rosita" (3)

¡Fantástico! Había funcionado ¡La broma había funcionado! Todos corrimos a ver el resultado.
¡Maldita sea! ¡Nos habíamos equivocado! ¡Carajo! El casillero que había abierto Rosa no era de ella si no de la profesora Monarca de Español. Que se  retorcía del dolor en esos momentos, alcanzamos a observar que se tomaba entre las piernas ¿Qué había pasado? Si los polvos estaban en el shampoo. Minutos después Limoncito me confesó al oído que también había vertido los "pica-pica" en la ropa interior de la docente ¿Pero como le pudo haber hecho daño? ¡si estaba completamente desnuda!
Todos estaban extasiados de risa con los ojos llorosos y la saliva de fuera.

-Limoncito y yo estábamos acabadas, esa broma no era nuestra.

Capítulo 7/ "Rosita" (7)

Todos estaban mofados de la risa y nosotras con una risa nerviosa tan falsa, que no me sentí yo en ese momento. MaxiLi un chico no muy inteligente del curso grito -¡Le hecharon "pica-pica" a el shampoo para puchas! Dios mio MaxiLi esa broma no era la nuestra ¿Qué había fallado? Como puedo ocurrir esto, me sentía culpable.
Varios chicos miraban a la profesora desnuda con morbo yo no podía mirarla más; ¿como pude ser tan cruel? Desvíe la vista de su desnudo cuerpo a la esquina de la regadera. Me pareció ver a una sobra tratando de escapar del agua, como si una gota le quemará, no era muy visible pero esa sombra se movía, mire hacia atrás y no había nada que la provocará, esa sombra me perturbaba.

Las carcajadas era abundantes, como una pandemia, se propagaba más y más, no tenía idea de que hacer, en ese momento la directora pego un grito se horror y nos mando a clases.

Toda la escuela perdió las últimas clases del día, y en todo el plantel se hablaba de nuestra extraordinaria broma. Unos chicos pidieron el número de Limoncito y otros trataban de ligarnos.
Comenzamos a jugar el infalible "verdad o reto" y en cada ronda nos preguntaban sobre nuestra broma, y nuestra excusa era -No queremos revelar detalles. Hubiera confesado que no fue nuestra idea si no hubiera estado Elinar en primera fila.
Retos, verdades, retos, retos y verdades, así matamos el tiempo y por un momento olvidé todo. Sonó la campana de salida ¡Gloria! Sólo quería llegar a casa y comer algo tenia tanta  hambre y pensar en Elinar y en su mirada misteriosa. Entre todos los besos que Limoncito y Ostin se dieron (uno de los amigos de Elinar) terminaron hiendose juntos.

Camine sola hasta el campus con la mirada baja como si algo me avergonzara. Estaba tan adentrada en la realidad que no me pude naufragar en los ojos de Elinar, al terminar ese pensamiento oí una voz conocida - ¡Candela! ¡Candi! Esperame hoy yo trabajo llevo a tu casa. Y luego me robo un beso en la frente.

-Me pareció ver a una sobra tratando de escapar del agua, como si una gota le quemará, no era muy visible pero esa sombra se movía, mire hacia atrás y no había nada que la provocará, esa sombra me perturbaba.

Capítulo 8/ "Rosita" (5)

-Ven caminemos juntos, me tomo de la manos. Debo expresar mi admiración poner polvos "pica-pica" en un jabón íntimo es muy ingenioso, tenias razón ¡fue grandioso! Dijo Elinar, me di cuenta que era un chico respetuoso pero no exagerado, mire a su camisa y la usaba con dos botones desabrochado y con el cuello bien almimodado; comencé a contarle mi asaña hasta que llegamos a la reja de mi casa y nos despedimos de beso ¿Mañana te veo? Rápidamente conteste que si.
Toda mi preocupación se había esfumado ese momento solo lo vivía por el, abrí la reja y me tiré al césped mojado por la lluvia de la noche anterio. Cerré los ojos y me dije -Candela solo fue una broma, y fue grasosa divirtió a todos. En ese momento solté una gran carcajada, un grito extasiado. Botas se fue acercando lentamente a mi y la mio mi mejilla, se acostó en mi pecho escuchando cada uno de mis latidos como una canción en la que se perdió, el felino estaba muy quieto lo abracé y entre a la casa, ahí estaba mi madre completamente sobria junto con mi tia con una expresión de angustia. La directora había mandado un correo explicando el suceso de hoy ¿Era grave? Tal vez lo era, o si lo era ya no importaba, debía volverlo a repetir quería volver a hablar con Elinar, era tarde para arrepentimientos me dirigí ami cuarto sin decir palabra. Me pare e frente del espejo con Botas todavía en los brazos y le dije.
-Te contare un sueño que tal vez fue realidad, gatito prometeme que este secreto lo llevaremos a la tumba, y empecé a relatar mi historia sin descartar la parte de la sombra.

Botas solo me arañó el rostro y lamio mi sangre con tanta desesperación que pensé en soltarlo; tome un baño y baje para comer, Tía Valen me vio con sorpresa por el rasguño del cretino de Botas y después subí, ese pobre animal no había comido en todo el día y un pedazo de carne recién arrancada no saciaba su hambre

-Hambre, hambre no de amor ni aventuras, habre de realidad, ¿Quién soy yo? Esta soy yo o solo es u a personalidad pasajera que invente con el tiempo después de todo; esto solo es una etapa ¿no es así Valen?

Botas; El fantasma de Candela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora